/ domingo 30 de junio de 2019

Guardia Nacional

Los últimos presidentes de México, soñaron con la idea de constitucionalizar la militarización en México.

Este objetivo lo consiguió el actual Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Logro lo que ninguno de sus antecesores pudo hacer, modificar la Constitución Política de México, para que las fuerzas armadas lleven a cabo en nuestro país labores policiacas. Lo anterior, con la finalidad de combatir a la delincuencia organizada, que azota severamente a nuestro pueblo mexicano. Los grandes enemigos de México en estos momentos son, (en mi opinión): la inseguridad y la violencia, así como la corrupción y la impunidad.

Lo que AMLO no contemplo en su proyecto de accionar a la Guardia Nacional en México, fue contemplar los planes de su homologo Donald Trump, Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica.

Recordemos que su principal promesa de campaña fue la de hacer un muro en la frontera entre México y E.U.A. Con la finalidad de evitar la migración hacia su país.

Como nos dimos cuenta, en días pasados y ya con su campaña de relanzamiento para reelegirse nuevamente, no dejo pasar la oportunidad para nuevamente usar como campaña el muro que evite el ingreso de extranjeros hacia su país.

Pues bien, digamos que el proyecto de AMLO, le cayó como anillo al dedo a Donald Trump. Ahora el muro es México.

Dobló rápido y eficazmente al gobierno mexicano, con el amago del cobro e incremento del arancel, comenzando como un 5 por ciento, e incrementar hasta llegar a un 25 por ciento el mismo. Dicha medida generaría un caos en la economía mexicana.

Lo anterior fue suficiente para acordar con esta administración medidas drásticas contra los migrantes que ingresan por el sur de México, principalmente del triangulo del Norte de Centroamérica, compuesto por: Honduras, Salvador y Guatemala.

Para empezar, ya hay seismil efectivos de la Guardia Nacional combatiendo el fenómeno de la migración.

Cierto es que anteriormente se violó la Constitución Mexicana sistemáticamente y por varios sexenios, cuando los presidentes de México decidían sostener a las fuerzas armadas en las calles llevando a cabo funciones policiacas.

Ahora tenemos otro problema a nivel Constitucional, ya que el artículo 11 de nuestra Ley Suprema categóricamente señala que: “Toda persona tiene derecho para entrar en la República, salir de ella, viajar por su territorio y mudar de residencia, sin necesidad de carta de seguridad, pasaporte, salvoconducto u otros requisitos semejantes. El ejercicio de este derecho estará subordinado a las facultades de la autoridad judicial, en los casos de responsabilidad criminal o civil, y a las de la autoridad administrativa, por lo que toca a las limitaciones que impongan las leyes sobre emigración, inmigración y salubridad general de la República, o sobre extranjeros perniciosos residentes en el país.

Toda persona tiene derecho a buscar y recibir asilo. El reconocimiento de la condición de refugiado y el otorgamiento de asilo político, se realizarán de conformidad con los tratados internacionales. La ley regulará sus procedencias y excepciones”.

Los lineamientos dictados del gobierno estadounidense a México, vulneran sin duda la libertad de tránsito en México. Solo falta que AMLO reforme la Constitución Política de México, de acuerdo a las instrucciones del gobierno estadounidense.

jimenezabogado@gmail.com

Los últimos presidentes de México, soñaron con la idea de constitucionalizar la militarización en México.

Este objetivo lo consiguió el actual Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Logro lo que ninguno de sus antecesores pudo hacer, modificar la Constitución Política de México, para que las fuerzas armadas lleven a cabo en nuestro país labores policiacas. Lo anterior, con la finalidad de combatir a la delincuencia organizada, que azota severamente a nuestro pueblo mexicano. Los grandes enemigos de México en estos momentos son, (en mi opinión): la inseguridad y la violencia, así como la corrupción y la impunidad.

Lo que AMLO no contemplo en su proyecto de accionar a la Guardia Nacional en México, fue contemplar los planes de su homologo Donald Trump, Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica.

Recordemos que su principal promesa de campaña fue la de hacer un muro en la frontera entre México y E.U.A. Con la finalidad de evitar la migración hacia su país.

Como nos dimos cuenta, en días pasados y ya con su campaña de relanzamiento para reelegirse nuevamente, no dejo pasar la oportunidad para nuevamente usar como campaña el muro que evite el ingreso de extranjeros hacia su país.

Pues bien, digamos que el proyecto de AMLO, le cayó como anillo al dedo a Donald Trump. Ahora el muro es México.

Dobló rápido y eficazmente al gobierno mexicano, con el amago del cobro e incremento del arancel, comenzando como un 5 por ciento, e incrementar hasta llegar a un 25 por ciento el mismo. Dicha medida generaría un caos en la economía mexicana.

Lo anterior fue suficiente para acordar con esta administración medidas drásticas contra los migrantes que ingresan por el sur de México, principalmente del triangulo del Norte de Centroamérica, compuesto por: Honduras, Salvador y Guatemala.

Para empezar, ya hay seismil efectivos de la Guardia Nacional combatiendo el fenómeno de la migración.

Cierto es que anteriormente se violó la Constitución Mexicana sistemáticamente y por varios sexenios, cuando los presidentes de México decidían sostener a las fuerzas armadas en las calles llevando a cabo funciones policiacas.

Ahora tenemos otro problema a nivel Constitucional, ya que el artículo 11 de nuestra Ley Suprema categóricamente señala que: “Toda persona tiene derecho para entrar en la República, salir de ella, viajar por su territorio y mudar de residencia, sin necesidad de carta de seguridad, pasaporte, salvoconducto u otros requisitos semejantes. El ejercicio de este derecho estará subordinado a las facultades de la autoridad judicial, en los casos de responsabilidad criminal o civil, y a las de la autoridad administrativa, por lo que toca a las limitaciones que impongan las leyes sobre emigración, inmigración y salubridad general de la República, o sobre extranjeros perniciosos residentes en el país.

Toda persona tiene derecho a buscar y recibir asilo. El reconocimiento de la condición de refugiado y el otorgamiento de asilo político, se realizarán de conformidad con los tratados internacionales. La ley regulará sus procedencias y excepciones”.

Los lineamientos dictados del gobierno estadounidense a México, vulneran sin duda la libertad de tránsito en México. Solo falta que AMLO reforme la Constitución Política de México, de acuerdo a las instrucciones del gobierno estadounidense.

jimenezabogado@gmail.com

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