/ miércoles 12 de mayo de 2021

Género como patente para abusos

Aunque la Real Academia de la Lengua Española, acepta el mexicanismo “abusado” como una expresión de aguzar los sentidos, se puede interpretar de dos maneras una persona abusada, es aquella que ha sido víctima de abuso, pero también, una persona abusada, de acuerdo al mexicanismo, es quien está siempre, alerta, hábil, hasta a la defensiva con los sentidos aguzados ante cualquier contingencia, lo correcto sería decir aguzada.

En pleno Siglo XXI el abuso contra la mujer debe ser prácticamente inaceptable, repudiable y castigado, no por la vieja actitud machista de que es el sexo débil, claro que no, porque además no lo es. El repudio se extienda a cualquier persona o ser vivo que sea víctima de abuso o de la agresión y a fuerza de otro, independiente del sexo o cualquier forma de ejercer violencia sobre otro ser vivo.

La lucha de las mujeres a las que nos hemos sumado muchos, se justifica y nos hermana para acabar con ese trato desigual e injusto.

Pero además de las mujeres abusadas, están por el otro lado las mujeres aguzadas y las abusivas, también tiene sus particulares maneras de abusar, ello ha provocado una imperceptible o silenciosa manera de abuso fuera de la distinción de sexo. Más claramente, hay mujeres y hombres aguzados o abusadores y mujeres y hombres víctimas de los abusos de los aguzados sean mujeres u hombres indistintamente.

Dos ejemplos que ilustren más precisamente, va una mujer por la calle rodeada de cinco perros, sin correa, no obstante que la legislación de la ciudad de México obliga a pasear sus perros con correa, el tamaño de los animales intimida a otras personas que de igual manera pasean con sus mascotas, aunque los perros fueran mansos y bien educados, la cortesía y el respeto, obligaría a la mujer a conducirse con sus perros como todos los demás lo hacen, el pretexto de ella es, que sujetar con correa a los animales, es mal trato, pero no considera que ella y solamente ella sabe que sus animales son “inofensivos” ella elude cumplir con el reglamento respectivo, cuando es reconvenida por alguien, si se trata de un hombre, su defensa es victimizarse y revirar diciendo que seguramente le resulta atractiva al hombre y que está usando el pretexto para acosarla y de ésta manera elude la ley, se victimiza, y acusa a su acusador, desde luego impunemente.

El segundo ejemplo más reprobable, es el de un(a) seudo periodista, acomplejada, mentirosa y resentida, mezcla explosiva y lamentable para una mujer o un hombre en esa profesión. Imagine nombrarle director(a), por casualidad y no por méritos propios, desubicada y sintiéndose enloquecida por el nombramiento, con la necesidad de suplir sus capacidades, llegue a despedir a todos para superar su inseguridad, pero para adelantarse a las consecuencias de su torpeza, que acuse a todos de machistas y, se declare perfecta, que inunde las redes de mentiras y calumnias, por falta de argumentos y calidad moral, para justificar o echarle la culpa a su fracasada y efímera gestión. Esa es la diferencia entre abusadas y abusivas. Pero en los dos ejemplos, el género es pretexto y justificación de abusos.

sadot16@hotmail.com

Aunque la Real Academia de la Lengua Española, acepta el mexicanismo “abusado” como una expresión de aguzar los sentidos, se puede interpretar de dos maneras una persona abusada, es aquella que ha sido víctima de abuso, pero también, una persona abusada, de acuerdo al mexicanismo, es quien está siempre, alerta, hábil, hasta a la defensiva con los sentidos aguzados ante cualquier contingencia, lo correcto sería decir aguzada.

En pleno Siglo XXI el abuso contra la mujer debe ser prácticamente inaceptable, repudiable y castigado, no por la vieja actitud machista de que es el sexo débil, claro que no, porque además no lo es. El repudio se extienda a cualquier persona o ser vivo que sea víctima de abuso o de la agresión y a fuerza de otro, independiente del sexo o cualquier forma de ejercer violencia sobre otro ser vivo.

La lucha de las mujeres a las que nos hemos sumado muchos, se justifica y nos hermana para acabar con ese trato desigual e injusto.

Pero además de las mujeres abusadas, están por el otro lado las mujeres aguzadas y las abusivas, también tiene sus particulares maneras de abusar, ello ha provocado una imperceptible o silenciosa manera de abuso fuera de la distinción de sexo. Más claramente, hay mujeres y hombres aguzados o abusadores y mujeres y hombres víctimas de los abusos de los aguzados sean mujeres u hombres indistintamente.

Dos ejemplos que ilustren más precisamente, va una mujer por la calle rodeada de cinco perros, sin correa, no obstante que la legislación de la ciudad de México obliga a pasear sus perros con correa, el tamaño de los animales intimida a otras personas que de igual manera pasean con sus mascotas, aunque los perros fueran mansos y bien educados, la cortesía y el respeto, obligaría a la mujer a conducirse con sus perros como todos los demás lo hacen, el pretexto de ella es, que sujetar con correa a los animales, es mal trato, pero no considera que ella y solamente ella sabe que sus animales son “inofensivos” ella elude cumplir con el reglamento respectivo, cuando es reconvenida por alguien, si se trata de un hombre, su defensa es victimizarse y revirar diciendo que seguramente le resulta atractiva al hombre y que está usando el pretexto para acosarla y de ésta manera elude la ley, se victimiza, y acusa a su acusador, desde luego impunemente.

El segundo ejemplo más reprobable, es el de un(a) seudo periodista, acomplejada, mentirosa y resentida, mezcla explosiva y lamentable para una mujer o un hombre en esa profesión. Imagine nombrarle director(a), por casualidad y no por méritos propios, desubicada y sintiéndose enloquecida por el nombramiento, con la necesidad de suplir sus capacidades, llegue a despedir a todos para superar su inseguridad, pero para adelantarse a las consecuencias de su torpeza, que acuse a todos de machistas y, se declare perfecta, que inunde las redes de mentiras y calumnias, por falta de argumentos y calidad moral, para justificar o echarle la culpa a su fracasada y efímera gestión. Esa es la diferencia entre abusadas y abusivas. Pero en los dos ejemplos, el género es pretexto y justificación de abusos.

sadot16@hotmail.com