/ sábado 8 de febrero de 2020

Femicide

El feminicidio es la expresión más extrema de violencia contra la mujer; se trata del asesinato de mujeres por hombres motivados por el odio, el desprecio, el placer, la suposición de propiedad sobre las mujeres o por el simple hecho de ser mujer

Diana Russell, escritora y activista


El término "Femicide" tiene varias décadas de historia. Fue en los años 70 cuando surge por primera vez el concepto en Estados Unidos, y en los 80's cuando se acuñó por primera vez en República Dominicana. La palabra "Femicide" se define como "el asesinato misógino de mujeres por hombres" que toma en cuenta varios factores como: la violencia de género, los motivos, los victimarios, los cambios estructurales en cada sociedad en particular, la tolerancia por parte del Estado y otras instituciones hacia este delito, así como las diferentes formas en que éstos son alentados. De ahí que, en la década de los 90, el término "Femicide" se traduce al español como "feminicidio" y no "femicidio". La primera, más apegada a la palabra "homicidio" para referirse al asesinato de mujeres.

La violencia contra la mujer ha sido reconocida como un problema creciente en la sociedad mexicana actual. Se considera como una violación de los derechos humanos que genera un problema social y estructural. El término feminicidio, se utiliza para diferenciar y castigar en materia penal, aquellos asesinatos cometidos por varones a mujeres, motivados por un sentido de tener derecho a ello o superioridad sobre las mujeres, por el placer o deseos sádicos hacia ellas, o por la suposición de propiedad.

A nivel nacional, los últimos años han sido de pesadilla para las mujeres. De 2012 a la fecha el delito de feminicidio ha crecido 137.5%. De acuerdo a cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en 2019 se registraron 1,006 víctimas de feminicidio, 10% más que en 2018, cuando se contabilizaron 912.

Durante 2019, no hubo un solo estado de la República, que no registrara feminicidios. Los casos más críticos se presentaron en Veracruz (163), Estado de México (125), Ciudad de México (68), Nuevo León (67) y Jalisco (56). En estas 5 entidades se cometieron en promedio uno de cada dos homicidios de mujeres el año pasado.

No obstante, en días recientes el Fiscal General de la República, Alejandro Gertz, causó polémica al declarar que es difícil tipificar dicho delito, por lo cual este tipo penal no debería existir. Para Gertz, tipificar estas muertes como feminicidios, equivale a documentar siete condiciones, requisitos y circunstancias que "complican inútilmente su judicialización".

El Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio aseguró que eliminar el tipo penal de feminicidio, para redefinirlo como agravante de homicidio, es inadmisible y un grave retroceso, ya que la propuesta de Gertz no responde a un estudio diagnóstico previo, que haya identificado obstáculos en la acreditación del delito por parte de todas las procuradurías y fiscalías de justicia en el país.

Uno de los temas más complejos en relación al feminicidio es el difícil abordaje legal y probatorio debido a la necesidad de una denuncia previa; de una investigación en relación con el asesino y la víctima; de un estudio del arma homicida; y de la narración de los hechos y demostrar el nexo entre ambos. Lo anterior hace que la construcción de una teoría del caso así como la recolección de evidencias dentro de una carpetas de investigación abierta sea muy compleja.

Entonces, la plática real no recae en si el feminicidio es un delito o un agravante del homicidio. En 2012 se tipificó, que es un gran logro, pero la plática está en el siguiente paso que es reducir el delito y la impunidad, ahí está el verdadero desafío. De lo contrario vamos a regresar a una discusión ya superada en donde las fracciones políticas se enfrascan en si es o no es. Lo anterior únicamente aleja de la creación u optimización de procesos de justicia.

El pragmatismo de la propuesta que hace el fiscal tiene sentido y podría justificarse, sin embargo, en una sociedad lastimada por estos crímenes que se cometen diariamente, se tiene que nombrar la situación, para reconocerla como existente y solo así, trabajando para resolverla, desde una perspectiva de derechos humanos y cultura de paz, buscando prevenir, investigar, reparar y garantizar la no repetición de los feminicidios, que el grito de justicia ¡Ni una más! Sea una realidad.


* Coordinador de Análisis y Comunicación del PAN Jalisco

El feminicidio es la expresión más extrema de violencia contra la mujer; se trata del asesinato de mujeres por hombres motivados por el odio, el desprecio, el placer, la suposición de propiedad sobre las mujeres o por el simple hecho de ser mujer

Diana Russell, escritora y activista


El término "Femicide" tiene varias décadas de historia. Fue en los años 70 cuando surge por primera vez el concepto en Estados Unidos, y en los 80's cuando se acuñó por primera vez en República Dominicana. La palabra "Femicide" se define como "el asesinato misógino de mujeres por hombres" que toma en cuenta varios factores como: la violencia de género, los motivos, los victimarios, los cambios estructurales en cada sociedad en particular, la tolerancia por parte del Estado y otras instituciones hacia este delito, así como las diferentes formas en que éstos son alentados. De ahí que, en la década de los 90, el término "Femicide" se traduce al español como "feminicidio" y no "femicidio". La primera, más apegada a la palabra "homicidio" para referirse al asesinato de mujeres.

La violencia contra la mujer ha sido reconocida como un problema creciente en la sociedad mexicana actual. Se considera como una violación de los derechos humanos que genera un problema social y estructural. El término feminicidio, se utiliza para diferenciar y castigar en materia penal, aquellos asesinatos cometidos por varones a mujeres, motivados por un sentido de tener derecho a ello o superioridad sobre las mujeres, por el placer o deseos sádicos hacia ellas, o por la suposición de propiedad.

A nivel nacional, los últimos años han sido de pesadilla para las mujeres. De 2012 a la fecha el delito de feminicidio ha crecido 137.5%. De acuerdo a cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en 2019 se registraron 1,006 víctimas de feminicidio, 10% más que en 2018, cuando se contabilizaron 912.

Durante 2019, no hubo un solo estado de la República, que no registrara feminicidios. Los casos más críticos se presentaron en Veracruz (163), Estado de México (125), Ciudad de México (68), Nuevo León (67) y Jalisco (56). En estas 5 entidades se cometieron en promedio uno de cada dos homicidios de mujeres el año pasado.

No obstante, en días recientes el Fiscal General de la República, Alejandro Gertz, causó polémica al declarar que es difícil tipificar dicho delito, por lo cual este tipo penal no debería existir. Para Gertz, tipificar estas muertes como feminicidios, equivale a documentar siete condiciones, requisitos y circunstancias que "complican inútilmente su judicialización".

El Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio aseguró que eliminar el tipo penal de feminicidio, para redefinirlo como agravante de homicidio, es inadmisible y un grave retroceso, ya que la propuesta de Gertz no responde a un estudio diagnóstico previo, que haya identificado obstáculos en la acreditación del delito por parte de todas las procuradurías y fiscalías de justicia en el país.

Uno de los temas más complejos en relación al feminicidio es el difícil abordaje legal y probatorio debido a la necesidad de una denuncia previa; de una investigación en relación con el asesino y la víctima; de un estudio del arma homicida; y de la narración de los hechos y demostrar el nexo entre ambos. Lo anterior hace que la construcción de una teoría del caso así como la recolección de evidencias dentro de una carpetas de investigación abierta sea muy compleja.

Entonces, la plática real no recae en si el feminicidio es un delito o un agravante del homicidio. En 2012 se tipificó, que es un gran logro, pero la plática está en el siguiente paso que es reducir el delito y la impunidad, ahí está el verdadero desafío. De lo contrario vamos a regresar a una discusión ya superada en donde las fracciones políticas se enfrascan en si es o no es. Lo anterior únicamente aleja de la creación u optimización de procesos de justicia.

El pragmatismo de la propuesta que hace el fiscal tiene sentido y podría justificarse, sin embargo, en una sociedad lastimada por estos crímenes que se cometen diariamente, se tiene que nombrar la situación, para reconocerla como existente y solo así, trabajando para resolverla, desde una perspectiva de derechos humanos y cultura de paz, buscando prevenir, investigar, reparar y garantizar la no repetición de los feminicidios, que el grito de justicia ¡Ni una más! Sea una realidad.


* Coordinador de Análisis y Comunicación del PAN Jalisco