/ martes 4 de diciembre de 2018

Expresión ciudadana / Compromisos vs realidades

Víctor M. De La Cruz Ruvalcaba


En el discurso emitido por Andrés Manuel López Obrador, en el Zócalo de la Ciudad de México ya como nuevo Presidente de la República Mexicana, enumeró sus 100 compromisos de gobierno, que en su mayoría son buenos propósitos para mejorar la precaria y compleja situación que vivimos los mexicanos de inseguridad, corrupción, pobreza y ausencia de servicios básicos.

Algunos de los compromisos que más centraron mi atención fueron; el de “Que se atendería a todos los mexicanos sin importar creencias, clases, organizaciones, sexo, partidos, sectores económicos o culturales, pero aplicando el principio de que, por el bien de todos, primero los pobres” y el de que “Habrá un auténtico estado de derecho. Es decir que a nadie le estaría permitido violar la Constitución y las leyes, y que no habría impunidad, fueros ni privilegios”.

Seguido del que se “Mantendrían relaciones respetuosas con el Poder Legislativo y con el Poder Judicial, ya que el Poder Ejecutivo dejaría de ser el poder de los poderes”, No obstante, debo admitir que me sorprendió mucho que en ninguno de los compromisos se incluyera algo sobre las relaciones respetuosas con los gobiernos de los estados.

Para casi ningún jalisciense es secreto que la futura administración del Gobierno Estatal de Jalisco, manifestó su inconformidad por el nombramiento del Coordinador de Delegados para esta entidad, particularmente cuando se trata del candidato que perdió las elecciones en la pasada contienda electoral para gobernador y en la cual hubo un desgaste natural de su relación por lo expresado por ambas partes durante la campaña.

Si a lo anterior se le agrega que el gobierno federal pretende recortar algunas partidas del presupuesto que se le debe asignar al estado para cubrir las necesidades de servicios para la población, entonces se ve complicada una reconciliación entre los representantes de las dos instancias de gobierno.

El Presidente de México también ofreció que “Se garantizará la libre manifestación de ideas y de creencias religiosas y la libertad de prensa. Es decir que se estaría por el diálogo, la tolerancia, la diversidad y el respeto a los derechos humanos”.

Sin embargo, parece que algunos de sus compañeros de partido no están de acuerdo con esta premisa, pues hace días cuando el gobernador electo Enrique Alfaro Ramírez, manifestó sus desacuerdos con el actual gobierno federal, inmediatamente fue desafiado por el senador Félix Salgado Macedonio, amenazando a Jalisco y a otras entidades federativas con la desaparición de poderes, solo le faltó decir que los jaliscienses deberíamos de someternos incondicionalmente o habría castigo.

¿Dónde quedó el respeto a los ciudadanos jaliscienses que votaron por esa opción para el gobierno local y la tolerancia a los gobiernos y pueblos del resto de las entidades?

En Jalisco, Bruno Blancas, representante de la fracción de Morena en el Congreso local, afirmó que iban a votar contra el nombramiento de Octavio Solís Gómez para Fiscal General del Estado, y hasta el momento no habido nadie que se pronuncie argumentando que por ese desacuerdo les van a quitar su curul como represalia.

No tengo ninguna duda de que el Presidente de México, ampliaría sustancialmente el respaldo de la población, particularmente de aquellas personas que no votaron por él, si hubiera más diálogo y tolerancia, ya que una parte importante de ciudadanos considera que eso no sucedió en la cancelación de la construcción del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México o con las inconformidades de los gobernadores de algunos estados, por los nombramientos de los súper-delegados, particularmente en las entidades donde se nombraron a los candidatos que perdieron la elección para gobernador representando a Morena.

Más que un trato diplomático de la federación hacia los estados, pareciera que es una revancha política para imponer otra figura de autoridad similar a la de los gobernadores, con el respaldo absoluto a los delegados para centralizar y distribuir los recursos que los gobiernos locales deberían de emplear para cumplir con las obligaciones que los ciudadanos les otorgaron cuando los eligieron.

Aunque el Presidente López Obrador, anunció en otro de sus compromisos que reducirán el 50% del gasto de publicidad del gobierno, durante estos días se está difundiendo constantemente la campaña publicitaria de la nueva administración invitando a los mexicanos a unirnos para lograr el cambio, advirtiendo que si no va a hacer más difícil, pues hagámoslo menos complicado… ¡Hagámoslo Juntos!, negociar no es imponer, es también ceder aunque solo sea en algunos temas.

Finalmente y como parte del sector de las comunicaciones, recibo con beneplácito la promesa de respetar la libertad de expresión; “Nunca el gobierno aplicará censura a ningún periodista o medio de comunicación”.

Email: xpresioncd@hotmail.com

Víctor M. De La Cruz Ruvalcaba


En el discurso emitido por Andrés Manuel López Obrador, en el Zócalo de la Ciudad de México ya como nuevo Presidente de la República Mexicana, enumeró sus 100 compromisos de gobierno, que en su mayoría son buenos propósitos para mejorar la precaria y compleja situación que vivimos los mexicanos de inseguridad, corrupción, pobreza y ausencia de servicios básicos.

Algunos de los compromisos que más centraron mi atención fueron; el de “Que se atendería a todos los mexicanos sin importar creencias, clases, organizaciones, sexo, partidos, sectores económicos o culturales, pero aplicando el principio de que, por el bien de todos, primero los pobres” y el de que “Habrá un auténtico estado de derecho. Es decir que a nadie le estaría permitido violar la Constitución y las leyes, y que no habría impunidad, fueros ni privilegios”.

Seguido del que se “Mantendrían relaciones respetuosas con el Poder Legislativo y con el Poder Judicial, ya que el Poder Ejecutivo dejaría de ser el poder de los poderes”, No obstante, debo admitir que me sorprendió mucho que en ninguno de los compromisos se incluyera algo sobre las relaciones respetuosas con los gobiernos de los estados.

Para casi ningún jalisciense es secreto que la futura administración del Gobierno Estatal de Jalisco, manifestó su inconformidad por el nombramiento del Coordinador de Delegados para esta entidad, particularmente cuando se trata del candidato que perdió las elecciones en la pasada contienda electoral para gobernador y en la cual hubo un desgaste natural de su relación por lo expresado por ambas partes durante la campaña.

Si a lo anterior se le agrega que el gobierno federal pretende recortar algunas partidas del presupuesto que se le debe asignar al estado para cubrir las necesidades de servicios para la población, entonces se ve complicada una reconciliación entre los representantes de las dos instancias de gobierno.

El Presidente de México también ofreció que “Se garantizará la libre manifestación de ideas y de creencias religiosas y la libertad de prensa. Es decir que se estaría por el diálogo, la tolerancia, la diversidad y el respeto a los derechos humanos”.

Sin embargo, parece que algunos de sus compañeros de partido no están de acuerdo con esta premisa, pues hace días cuando el gobernador electo Enrique Alfaro Ramírez, manifestó sus desacuerdos con el actual gobierno federal, inmediatamente fue desafiado por el senador Félix Salgado Macedonio, amenazando a Jalisco y a otras entidades federativas con la desaparición de poderes, solo le faltó decir que los jaliscienses deberíamos de someternos incondicionalmente o habría castigo.

¿Dónde quedó el respeto a los ciudadanos jaliscienses que votaron por esa opción para el gobierno local y la tolerancia a los gobiernos y pueblos del resto de las entidades?

En Jalisco, Bruno Blancas, representante de la fracción de Morena en el Congreso local, afirmó que iban a votar contra el nombramiento de Octavio Solís Gómez para Fiscal General del Estado, y hasta el momento no habido nadie que se pronuncie argumentando que por ese desacuerdo les van a quitar su curul como represalia.

No tengo ninguna duda de que el Presidente de México, ampliaría sustancialmente el respaldo de la población, particularmente de aquellas personas que no votaron por él, si hubiera más diálogo y tolerancia, ya que una parte importante de ciudadanos considera que eso no sucedió en la cancelación de la construcción del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México o con las inconformidades de los gobernadores de algunos estados, por los nombramientos de los súper-delegados, particularmente en las entidades donde se nombraron a los candidatos que perdieron la elección para gobernador representando a Morena.

Más que un trato diplomático de la federación hacia los estados, pareciera que es una revancha política para imponer otra figura de autoridad similar a la de los gobernadores, con el respaldo absoluto a los delegados para centralizar y distribuir los recursos que los gobiernos locales deberían de emplear para cumplir con las obligaciones que los ciudadanos les otorgaron cuando los eligieron.

Aunque el Presidente López Obrador, anunció en otro de sus compromisos que reducirán el 50% del gasto de publicidad del gobierno, durante estos días se está difundiendo constantemente la campaña publicitaria de la nueva administración invitando a los mexicanos a unirnos para lograr el cambio, advirtiendo que si no va a hacer más difícil, pues hagámoslo menos complicado… ¡Hagámoslo Juntos!, negociar no es imponer, es también ceder aunque solo sea en algunos temas.

Finalmente y como parte del sector de las comunicaciones, recibo con beneplácito la promesa de respetar la libertad de expresión; “Nunca el gobierno aplicará censura a ningún periodista o medio de comunicación”.

Email: xpresioncd@hotmail.com