/ sábado 29 de septiembre de 2018

Es de sabios escucharnos

“La libertad de expresión

es el derecho que permite

ejercer otros derechos humanos

y estatutarios que poseen

los sujetos”: Ismael Leandry Vega


Hay debates en nuestra sociedad que son difíciles. Son difíciles no porque estemos en México, sino porque así lo son en todo el mundo. La mayoría de los debates de política pública, de leyes y de las sociedades se llevan a cabo en las calles, sí, pero también en las universidades, centros de pensamiento que nos enseñan no solamente a tolerar las diferencias de pensamiento, sino a argumentarlas, dialogarlas y encontrar soluciones para convivir.

En Estados Unidos, por ejemplo, ahora se vive una época en donde en las universidades, dependiendo de las convicciones políticas de un invitado a una conferencia, se puede cancelar la conferencia o hay muchísimas protestas que la hacen inmanejable. Figuras de mucha estatura intelectual de todas las partes del espectro político se han manifestado en contra de esta tendencia, que censura y acalla el diálogo con los que piensan diferente a nosotros. Si no oímos, poco podremos escuchar y menos podremos comprender.

Por eso celebro que -en medio de las enormes presiones sociales a las que se vio enfrentada la casa de estudios tapatía ITESO-, un diálogo controversial haya podido suceder. Lo digo sin calificar el diálogo en sí mismo, sino como partidario de la búsqueda de paz en este país – que suficiente ha tenido de violencia, de voces acalladas y de enfrentamiento. Busquemos parar por un momento y reflexionar de lo siguiente:

El diálogo requiere valor de escuchar lo que a veces consideramos equivocado, porque si los puntos de vista han elegido expresarse en un foro, es de valorarse. En nuestro país, quien toma el camino de la palabra en vez de imponer su voluntad de forma violenta, ayuda a construir la paz. El diálogo requiere excelencia para tomar de buena fe a las otras personas como individuos que valen en sí mismos y no valen solamente por sus puntos de vista.

Por eso celebro que en una casa de estudios en la que también me estoy formando, se haya tomado el camino del diálogo, porque más que cambiar de opinión, creo que es de sabios escucharnos entre todos, con valor, respeto y sin censura al pensamiento. Aunque puede parecer difícil de ver, a la distancia creo que veremos que sólo así ganamos todos y avanzamos un poco más hacia la pacificación de México.

* Secretario general PAN Guadalajara

“La libertad de expresión

es el derecho que permite

ejercer otros derechos humanos

y estatutarios que poseen

los sujetos”: Ismael Leandry Vega


Hay debates en nuestra sociedad que son difíciles. Son difíciles no porque estemos en México, sino porque así lo son en todo el mundo. La mayoría de los debates de política pública, de leyes y de las sociedades se llevan a cabo en las calles, sí, pero también en las universidades, centros de pensamiento que nos enseñan no solamente a tolerar las diferencias de pensamiento, sino a argumentarlas, dialogarlas y encontrar soluciones para convivir.

En Estados Unidos, por ejemplo, ahora se vive una época en donde en las universidades, dependiendo de las convicciones políticas de un invitado a una conferencia, se puede cancelar la conferencia o hay muchísimas protestas que la hacen inmanejable. Figuras de mucha estatura intelectual de todas las partes del espectro político se han manifestado en contra de esta tendencia, que censura y acalla el diálogo con los que piensan diferente a nosotros. Si no oímos, poco podremos escuchar y menos podremos comprender.

Por eso celebro que -en medio de las enormes presiones sociales a las que se vio enfrentada la casa de estudios tapatía ITESO-, un diálogo controversial haya podido suceder. Lo digo sin calificar el diálogo en sí mismo, sino como partidario de la búsqueda de paz en este país – que suficiente ha tenido de violencia, de voces acalladas y de enfrentamiento. Busquemos parar por un momento y reflexionar de lo siguiente:

El diálogo requiere valor de escuchar lo que a veces consideramos equivocado, porque si los puntos de vista han elegido expresarse en un foro, es de valorarse. En nuestro país, quien toma el camino de la palabra en vez de imponer su voluntad de forma violenta, ayuda a construir la paz. El diálogo requiere excelencia para tomar de buena fe a las otras personas como individuos que valen en sí mismos y no valen solamente por sus puntos de vista.

Por eso celebro que en una casa de estudios en la que también me estoy formando, se haya tomado el camino del diálogo, porque más que cambiar de opinión, creo que es de sabios escucharnos entre todos, con valor, respeto y sin censura al pensamiento. Aunque puede parecer difícil de ver, a la distancia creo que veremos que sólo así ganamos todos y avanzamos un poco más hacia la pacificación de México.

* Secretario general PAN Guadalajara