El día 30 de noviembre de 1970, último día en que gobernó al país el presidente Gustavo Díaz Ordaz (GDO), la Deuda Pública Externa (DPE), ascendía a 3 mil 800 millones de dólares.
Esta era la deuda que habían acumulado 6 expresidentes de la República –incluyendo el pago de la expropiación petrolera y la nacionalización de la industria eléctrica-, a saber: los expresidentes: general Lázaro Cárdenas del Río (LCR), expropiador del petróleo, sexenio 1934-1940; genera Manuel Ávila Camacho (MAC), sexenio 1940-1946; licenciado Miguel Alemán Valdés (MAV), sexenio 1946-1952; el contador Adolfo Ruiz Cortines (ARC), sexenio 1952-1958; licenciado Adolfo López Mateos (ALM), nacionalizador de la industria eléctrica, sexenio 1958-1964 y licenciado Gustavo Díaz Ordaz (GDO), que aprobó instalar el “Metro” autofinanciable en México, sexenio 1964-1970.
Todos estos expresidentes, como regla no escrita, tuvieron extremo cuidado que el Estado Mexicano (EM) no se endeudara a niveles peligrosos. Esta regla no escrita, fue violada por todos los expresidentes siguientes -el priísta Luis Echeverría Álvarez (LEA); el priísta José López Portillo y Pacheco (JLPP); el priísta Miguel de la Madrid Hurtado (MMH); el priísta Carlos Salinas de Gortari (CSG) –aunque éste, mediante negociaciones redujo la DPE a una tercera parte-; el priísta Ernesto Zedillo Ponce de León (EZPL); el panista Vicente Fox Quesada (VFQ); el panista Felipe Calderón Hinojosa (FCH) y el priísta Enrique Peña Nieto (EPN)-, que fueron endeudando a la nación mexicana a extremos gigantescos, inimaginables.
El botón de muestra, clásico endeudador del país, lo tenemos en EPN, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), actual presidente del país, que concluirá su mandato gubernamental el día 30 de noviembre del corriente año 2018.
Es el caso, que EPN, en cuanto se dio cuenta el día 1 de julio del 2018, que la coalición triunfadora de las elecciones para presidente de la República fue la coalición “Juntos haremos historia”, encabezada por Andrés Manuel López Obrador (AMLO), y, que la coalición “Todos por México”, que encabezó José Antonio Meade Kuribreña (JAMK) quedó en el tercer lugar de la votación ciudadana, inmediatamente gestionó un préstamo de 10 mil 500 millones de dólares, mismo que le aprobó la “soberana” pero abyecta LXIII Legislatura, esto es, el Congreso de la Unión (CU), que siempre estuvo al puro “mande usted” de EPN, préstamo que se repartiría entre todos los servidores públicos del Poder Ejecutivo Federal (PEF) y del Poder Legislativo (PL) –acordémonos que “el que parte y reparte se queda con la mejor parte”- que quedarían fuera de la administración pública, con el cambio de gobierno, ordenado en dichas elecciones, por la aplastante mayoría ciudadana, que votó a favor de las propuestas de AMLO.
El acto de endeudar a la nación en los últimos cinco meses de este sexenio, que se ve sencillo y de rutina administrativa, tiene una gran trascendencia, porque demuestra la actitud dilapidadora del erario, de parte de EPN, dado que implica un préstamo que rebasa en 276.31%, toda la DPE del EM acumulada durante 36 años, esto es, desde el año de 1934 hasta el año de 1970, por los mencionados seis expresidentes de la República.
¡El sistema político del PRI y del PAN, ha quedado exhibido con todo su cinismo y descaro!
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