/ lunes 15 de abril de 2019

Envejecer con dignidad


Por encima de la necesidad, está la dignidad

El Cape

Dignidad deriva del vocablo en latín dignitas se define como la cualidad que se hace valer como persona, se comporta con responsabilidad, seriedad y con respeto hacía sí mismo y hacía los demás, no deja que lo humillen ni degraden, ya que la cualidad de digno significa valiosa, con honor, merecedor del respeto poseedor de una calidad humana irreprochable, por lo tanto, debe prevalecer el respeto a la dignidad de la persona, con todos sus derechos y libertades.

Desde otro punto de análisis, la dignidad, al igual que la conciencia es un modo de comprensión por el hombre de su deber, comportamiento y responsabilidad ante la sociedad, regula también (la dignidad) la actitud hacía él por parte de quienes lo rodean y de la sociedad en su conjunto, incluyendo en sí las exigencias de respeto a la personalidad como ser humano.

Ahora bien, por diversos aspectos convencionales, se considera que la vejez comienza a los 65 años de edad y dura hasta la muerte, es preciso expresar que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) establece la edad de 60 años para considerar que una persona es adulta mayor; también se dice que la vejez o edad avanzada, es la última etapa en la vida de los seres que antecede a la muerte. El envejecimiento es inevitable, que no importa llegar a esta etapa, lo que preocupa es llegar con salud porque no hay duda que desde que nacemos vamos envejeciendo día a día, que desde luego es notorio ya que se entra a la etapa de declinación y desgaste natural ya en lo físico como en lo psíquico, se marcan las huellas del tiempo.

La ciencia médica siempre ha luchado por prolongar la vida, y lo está logrando, ahora habrá que prever en qué condiciones vivirán esos adultos mayores que cada día son más, la calidad de vida de nuestros adultos mayores es un tema pendiente ya que muchos llegan a edades avanzadas, desvalidos, enfermos, recluidos en asilos, sin ninguna pensión económica, en muchos casos sin tener seguridad social, aunque se puede gozar de los servicios hospitalarios civiles. Teniendo una salud satisfactoria, podrá saborear los momentos de descanso, de las reuniones familiares, de los viajes con los hijos, nietos y bisnietos.

El abandono que se sufre en varios conceptos como la viudez, en la tercera edad, llamada también como la ancianidad, por parte de la familia, es un fenómeno que se vive a diario, son innumerables las historias que existen sobre el abandono, desplazamiento o destierro del núcleo familiar, aunque, es oportuno señalar que dentro de ese núcleo se encuentran hijos, hijas, nietos y nietas que sin regatear esfuerzos ni forzar al resto de la familia, se entregan al cuidado integral de aquel familiar considerado adulto mayor, encargándose de sus alimentos, limpieza, salud y en casos posibles de que se divierta. El descanso físico y la tranquilidad espiritual para quien brinda ese apoyo viene cuando fallece su ser querido quedándose con la satisfacción moral y psicológica de haber cumplido en la misma forma y términos en que su oportunidad recibió del que ya no está en este mundo.

Aunque lo ideal es que el cuidado se debe realizar en casa de la familia o del adulto mayor, la realidad no siempre es así. Gran parte de la población en calidad de adulto mayor, necesita ser asistido por alguien, ya sea en casa, en un asilo, o por cuestiones de enfermedad prolongada en hospitales ya que puede pasar por una mala salud degenerativa, deterioro físico, mental entre otros que dificultan el desarrollo de actividades de la vida diaria de manera independiente.

En otro orden de ideas, cifras del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), revelan que 60 de cada 100 personas de la tercera edad que ingresan a sus centros gerontológicos, presentan rechazo o total abandono de sus hijos, además carecen de recursos económicos, por lo que la institución hace un llamado para fortalecer la cultura del envejecimiento exitoso y saludable.

Amigo lector, mediante las acciones que tomemos, cuando se llegue a esta etapa, podemos envejecer con dignidad para que, de esa forma, estemos rodeados de los nuestros y disfrutando de una calidad de vida satisfactoria para todos.


*Rector General del Centro Universitario UTEG

e-mail joseroque@uteg.edu.mx



*****FRASE


* El descanso físico y la tranquilidad espiritual para quién brinda ese apoyo viene cuando fallece su ser querido quedándose con la satisfacción moral y psicológica de haber cumplido.


* La Organización de las Naciones Unidas (ONU) establece la edad de 60 años para considerar que una persona es adulta mayor; también se dice que la vejez o edad avanzada, es la última etapa en la vida de los seres que antecede a la muerte.


Por encima de la necesidad, está la dignidad

El Cape

Dignidad deriva del vocablo en latín dignitas se define como la cualidad que se hace valer como persona, se comporta con responsabilidad, seriedad y con respeto hacía sí mismo y hacía los demás, no deja que lo humillen ni degraden, ya que la cualidad de digno significa valiosa, con honor, merecedor del respeto poseedor de una calidad humana irreprochable, por lo tanto, debe prevalecer el respeto a la dignidad de la persona, con todos sus derechos y libertades.

Desde otro punto de análisis, la dignidad, al igual que la conciencia es un modo de comprensión por el hombre de su deber, comportamiento y responsabilidad ante la sociedad, regula también (la dignidad) la actitud hacía él por parte de quienes lo rodean y de la sociedad en su conjunto, incluyendo en sí las exigencias de respeto a la personalidad como ser humano.

Ahora bien, por diversos aspectos convencionales, se considera que la vejez comienza a los 65 años de edad y dura hasta la muerte, es preciso expresar que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) establece la edad de 60 años para considerar que una persona es adulta mayor; también se dice que la vejez o edad avanzada, es la última etapa en la vida de los seres que antecede a la muerte. El envejecimiento es inevitable, que no importa llegar a esta etapa, lo que preocupa es llegar con salud porque no hay duda que desde que nacemos vamos envejeciendo día a día, que desde luego es notorio ya que se entra a la etapa de declinación y desgaste natural ya en lo físico como en lo psíquico, se marcan las huellas del tiempo.

La ciencia médica siempre ha luchado por prolongar la vida, y lo está logrando, ahora habrá que prever en qué condiciones vivirán esos adultos mayores que cada día son más, la calidad de vida de nuestros adultos mayores es un tema pendiente ya que muchos llegan a edades avanzadas, desvalidos, enfermos, recluidos en asilos, sin ninguna pensión económica, en muchos casos sin tener seguridad social, aunque se puede gozar de los servicios hospitalarios civiles. Teniendo una salud satisfactoria, podrá saborear los momentos de descanso, de las reuniones familiares, de los viajes con los hijos, nietos y bisnietos.

El abandono que se sufre en varios conceptos como la viudez, en la tercera edad, llamada también como la ancianidad, por parte de la familia, es un fenómeno que se vive a diario, son innumerables las historias que existen sobre el abandono, desplazamiento o destierro del núcleo familiar, aunque, es oportuno señalar que dentro de ese núcleo se encuentran hijos, hijas, nietos y nietas que sin regatear esfuerzos ni forzar al resto de la familia, se entregan al cuidado integral de aquel familiar considerado adulto mayor, encargándose de sus alimentos, limpieza, salud y en casos posibles de que se divierta. El descanso físico y la tranquilidad espiritual para quien brinda ese apoyo viene cuando fallece su ser querido quedándose con la satisfacción moral y psicológica de haber cumplido en la misma forma y términos en que su oportunidad recibió del que ya no está en este mundo.

Aunque lo ideal es que el cuidado se debe realizar en casa de la familia o del adulto mayor, la realidad no siempre es así. Gran parte de la población en calidad de adulto mayor, necesita ser asistido por alguien, ya sea en casa, en un asilo, o por cuestiones de enfermedad prolongada en hospitales ya que puede pasar por una mala salud degenerativa, deterioro físico, mental entre otros que dificultan el desarrollo de actividades de la vida diaria de manera independiente.

En otro orden de ideas, cifras del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), revelan que 60 de cada 100 personas de la tercera edad que ingresan a sus centros gerontológicos, presentan rechazo o total abandono de sus hijos, además carecen de recursos económicos, por lo que la institución hace un llamado para fortalecer la cultura del envejecimiento exitoso y saludable.

Amigo lector, mediante las acciones que tomemos, cuando se llegue a esta etapa, podemos envejecer con dignidad para que, de esa forma, estemos rodeados de los nuestros y disfrutando de una calidad de vida satisfactoria para todos.


*Rector General del Centro Universitario UTEG

e-mail joseroque@uteg.edu.mx



*****FRASE


* El descanso físico y la tranquilidad espiritual para quién brinda ese apoyo viene cuando fallece su ser querido quedándose con la satisfacción moral y psicológica de haber cumplido.


* La Organización de las Naciones Unidas (ONU) establece la edad de 60 años para considerar que una persona es adulta mayor; también se dice que la vejez o edad avanzada, es la última etapa en la vida de los seres que antecede a la muerte.