/ domingo 13 de mayo de 2018

Entorno / Razón y voto

Reflexionando sobre el discurso del presidente Enrique Peña Nieto, donde pidió a la población la capacidad de ejercer su derecho político y ciudadano para votar; a escasos días de la elección presidencial, el primero de julio del año en curso, el presidente de forma tendenciosa inducía a no votar “por ya saben quién”.

La razón es una facultad de madurez política y emocional, en la que la razón se impone ante los miedos provocados por la propia naturaleza del hombre, siempre enarbolando la verdad y la realidad, la razón es un proceso de estudio, de reflexión, de esa palabra logos que desde la filosofía griega ha sido parte fundamental de la epistemología, ese logos se razona cuando se contrasta la realidad del México contemporáneo con una población aproximada de 125 millones de habitantes y dentro de este universo más de la mitad de la población viven en pobreza, y cerca de diez millones están en situación de extrema pobreza.

El México contemporáneo con los gobiernos emanados de la Revolución Mexicana, y de la filosofía del bien común, no ha podido erradicar esta calamidad social, millones de seres humanos viven de una economía informal, desde el que vende su mercancía en los mercados ambulantes y plazas públicas, hasta el que estira la mano por un peso de limosna, o los discapacitados que se mueven con mucha dificultad para vivir de la caridad.

En el México contemporáneo existen dos méxicos, uno el de los pobres y otro el de los ricos, unos beneficiados por el Tratado del Libre Comercio y otros muchos no beneficiados, como aquellos del centro y el sur del país, que dejan su región, sus tierras, su lugar donde nacieron para llegar a las grandes ciudades de la República, la mancha de la pobreza cada día se extiende más.

Este es el espejo del razonamiento, del voto que el día primero de julio llegará al poder un presidente, no sabemos quién, porque del hoy al mañana, el razonamiento hacia el voto puede cambiar la tendencia electoral dentro de este proceso, parafraseando la canción popular que aprendimos en el kinder: “A la víbora, víbora de la mar, de la mar por aquí pueden pasar, los de adelante corren mucho y los de atrás se quedarán tras, tras, tras…”

Esta canción infantil se vuelve una realidad ante la contienda electoral, en los procesos que a diario se difunden conforme al método científico de la estadística, y los porcentajes se publican en los medios escritos y electrónicos de comunicación.

El voto es un derecho ciudadano y tiene un papel fundamental en la soberanía que establece el artículo 39 constitucional, en cuanto al pueblo y el poder, dándose la voz de inalienable derecho, es decir que los derechos políticos y ciudadanos son irrenunciables para ejercer de manera pacífica el cambio que el pueblo de manera libre y soberana ejerza a través de su derecho al sufragio, la defensa del mismo debe de resolverse en los Tribunales Electorales que han sido creados para este fin.

Ante el razonamiento del voto, la ciencia jurídica tiene la obligación de garantizar elecciones limpias y transparentes, para fomentar dentro del México, la cultura del respeto al derecho ajeno, como voluntad política y la cultura de la paz.


Profesor de Derecho de la Universidad de Guadalajara


antonio_dejesus@hotmail.com

Reflexionando sobre el discurso del presidente Enrique Peña Nieto, donde pidió a la población la capacidad de ejercer su derecho político y ciudadano para votar; a escasos días de la elección presidencial, el primero de julio del año en curso, el presidente de forma tendenciosa inducía a no votar “por ya saben quién”.

La razón es una facultad de madurez política y emocional, en la que la razón se impone ante los miedos provocados por la propia naturaleza del hombre, siempre enarbolando la verdad y la realidad, la razón es un proceso de estudio, de reflexión, de esa palabra logos que desde la filosofía griega ha sido parte fundamental de la epistemología, ese logos se razona cuando se contrasta la realidad del México contemporáneo con una población aproximada de 125 millones de habitantes y dentro de este universo más de la mitad de la población viven en pobreza, y cerca de diez millones están en situación de extrema pobreza.

El México contemporáneo con los gobiernos emanados de la Revolución Mexicana, y de la filosofía del bien común, no ha podido erradicar esta calamidad social, millones de seres humanos viven de una economía informal, desde el que vende su mercancía en los mercados ambulantes y plazas públicas, hasta el que estira la mano por un peso de limosna, o los discapacitados que se mueven con mucha dificultad para vivir de la caridad.

En el México contemporáneo existen dos méxicos, uno el de los pobres y otro el de los ricos, unos beneficiados por el Tratado del Libre Comercio y otros muchos no beneficiados, como aquellos del centro y el sur del país, que dejan su región, sus tierras, su lugar donde nacieron para llegar a las grandes ciudades de la República, la mancha de la pobreza cada día se extiende más.

Este es el espejo del razonamiento, del voto que el día primero de julio llegará al poder un presidente, no sabemos quién, porque del hoy al mañana, el razonamiento hacia el voto puede cambiar la tendencia electoral dentro de este proceso, parafraseando la canción popular que aprendimos en el kinder: “A la víbora, víbora de la mar, de la mar por aquí pueden pasar, los de adelante corren mucho y los de atrás se quedarán tras, tras, tras…”

Esta canción infantil se vuelve una realidad ante la contienda electoral, en los procesos que a diario se difunden conforme al método científico de la estadística, y los porcentajes se publican en los medios escritos y electrónicos de comunicación.

El voto es un derecho ciudadano y tiene un papel fundamental en la soberanía que establece el artículo 39 constitucional, en cuanto al pueblo y el poder, dándose la voz de inalienable derecho, es decir que los derechos políticos y ciudadanos son irrenunciables para ejercer de manera pacífica el cambio que el pueblo de manera libre y soberana ejerza a través de su derecho al sufragio, la defensa del mismo debe de resolverse en los Tribunales Electorales que han sido creados para este fin.

Ante el razonamiento del voto, la ciencia jurídica tiene la obligación de garantizar elecciones limpias y transparentes, para fomentar dentro del México, la cultura del respeto al derecho ajeno, como voluntad política y la cultura de la paz.


Profesor de Derecho de la Universidad de Guadalajara


antonio_dejesus@hotmail.com