/ domingo 25 de agosto de 2019

Encuestas: rechazo y emergencia

Óscar Ábrego

En su más reciente encuesta nacional –efectuada del 19 al 22 de julio- la firma Arias Consultores, de nuevo arrojó una serie de datos sintomáticos: el gobierno que encabeza Enrique Alfaro cayó a un 19.5% de aprobación, con un nivel de rechazo del 70%. Esto supone que entonces la gente estaría a cosa de nada para exigir su renuncia.

Y es que cuando revisamos con atención los indicadores, algunos develan la pésima percepción que el público tiene de su gobernante. Por ejemplo, cuando se le consultó a los ciudadanos sobre el combate a la corrupción, Alfaro Ramírez apenas llega al 10.7% de aprobación, contra un 81.6% de calificación reprobatoria. En cuanto al tema de la mejora de la seguridad pública, su valoración positiva es de 8.3%, frente a una negativa del 89.3%

Pero hay más. A la pregunta de qué tanta confianza le inspira el gobernador de su Estado, la muestra refleja que Alfaro obtiene el 23.3% de confianza, por un 76.7% de desconfianza. Y al contestar si ha mejorado la entrega de apoyos a personas de escasos recursos, sólo 14 de cada 100 encuestados lo aprueban.

Ahora bien, en lo que concierne a la relación entre Andrés Manuel López Obrador y Enrique Alfaro Ramírez, las personas consultadas por la vía telefónica, le dan una aprobación del 5.5%, mientras que al 59.3% le resulta indiferente si Alfaro se lleva bien o mal, con el titular del Ejecutivo federal.

Esta última referencia es muy valiosa para el análisis crítico, pues según los gurús de Casa Jalisco y algunos “líderes de opinión" que a cambio de un “buen trato" han puesto su talento al servicio del alfarismo, recomendaron vender la idea de que su vínculo con el presidente es tan amistoso, que los tiempos de gloria están por llegar. Pues bien, queda claro que al pueblo le importa un comino qué tipo de convivio sostienen ambos personajes. Al final, es obvio que las familias sólo exigen resultados concretos. Nada más.

En esta misma tesitura, recordemos que hace unos días, otra medición nacional elaborada por la empresa Caudae Estrategias, ubicó a Enrique Alfaro en el vigésimo lugar en la evaluación de los atributos positivos de los gobernadores de México. Dicho trabajo evaluó la honestidad, capacidad e integridad de todos los mandatarios.

En lo relativo a honestidad, Alfaro se posicionó en el vigésimo lugar. En capacidad, quedó en vigésimo primero y en integridad, volvió a quedar en el vigésimo primer sitio.

Ante la consistencia de la información que brota de los sondeos de opinión, la administración naranja -en términos de imagen- se encuentra en una posición poco menos que alarmante. En el entorno se siente un mal humor social y a nadie nos conviene que un gobierno tenga en contra el ánimo generalizado de la concurrencia.

Así las cosas, ojalá que la llamada Refundación, contemple en su menú de estrategias la receta que le permita salir de esta emergencia.

@oscarabrego111


Óscar Ábrego

En su más reciente encuesta nacional –efectuada del 19 al 22 de julio- la firma Arias Consultores, de nuevo arrojó una serie de datos sintomáticos: el gobierno que encabeza Enrique Alfaro cayó a un 19.5% de aprobación, con un nivel de rechazo del 70%. Esto supone que entonces la gente estaría a cosa de nada para exigir su renuncia.

Y es que cuando revisamos con atención los indicadores, algunos develan la pésima percepción que el público tiene de su gobernante. Por ejemplo, cuando se le consultó a los ciudadanos sobre el combate a la corrupción, Alfaro Ramírez apenas llega al 10.7% de aprobación, contra un 81.6% de calificación reprobatoria. En cuanto al tema de la mejora de la seguridad pública, su valoración positiva es de 8.3%, frente a una negativa del 89.3%

Pero hay más. A la pregunta de qué tanta confianza le inspira el gobernador de su Estado, la muestra refleja que Alfaro obtiene el 23.3% de confianza, por un 76.7% de desconfianza. Y al contestar si ha mejorado la entrega de apoyos a personas de escasos recursos, sólo 14 de cada 100 encuestados lo aprueban.

Ahora bien, en lo que concierne a la relación entre Andrés Manuel López Obrador y Enrique Alfaro Ramírez, las personas consultadas por la vía telefónica, le dan una aprobación del 5.5%, mientras que al 59.3% le resulta indiferente si Alfaro se lleva bien o mal, con el titular del Ejecutivo federal.

Esta última referencia es muy valiosa para el análisis crítico, pues según los gurús de Casa Jalisco y algunos “líderes de opinión" que a cambio de un “buen trato" han puesto su talento al servicio del alfarismo, recomendaron vender la idea de que su vínculo con el presidente es tan amistoso, que los tiempos de gloria están por llegar. Pues bien, queda claro que al pueblo le importa un comino qué tipo de convivio sostienen ambos personajes. Al final, es obvio que las familias sólo exigen resultados concretos. Nada más.

En esta misma tesitura, recordemos que hace unos días, otra medición nacional elaborada por la empresa Caudae Estrategias, ubicó a Enrique Alfaro en el vigésimo lugar en la evaluación de los atributos positivos de los gobernadores de México. Dicho trabajo evaluó la honestidad, capacidad e integridad de todos los mandatarios.

En lo relativo a honestidad, Alfaro se posicionó en el vigésimo lugar. En capacidad, quedó en vigésimo primero y en integridad, volvió a quedar en el vigésimo primer sitio.

Ante la consistencia de la información que brota de los sondeos de opinión, la administración naranja -en términos de imagen- se encuentra en una posición poco menos que alarmante. En el entorno se siente un mal humor social y a nadie nos conviene que un gobierno tenga en contra el ánimo generalizado de la concurrencia.

Así las cosas, ojalá que la llamada Refundación, contemple en su menú de estrategias la receta que le permita salir de esta emergencia.

@oscarabrego111