/ domingo 9 de septiembre de 2018

Empoderamiento de la ignorancia y el NAIM

Eduardo Sadot Morales



Al triunfo de AMLO, se ha observado en México un curioso fenómeno social, la gran mayoría de quienes votaron por él, que fincaron todas sus esperanzas en un cambio, con su triunfo, se han sentido empoderados, no obstante que aún no rinde protesta. En las calles se respira un aire de empoderamiento de las clases sociales más desprotegidas, esos mexicanos que se sintieron ultrajados, humillados y agraviados, como ejemplo de ello les comparto.

En una calle de la ciudad de México se encontraba una mujer embarazada, de aproximadamente 24 años, traía tres niños jugueteando frente a los coches que estaban en el alto del semáforo y un cuarto niño que ya cargaba en sus brazos un joven – su esposo seguramente – la mujer evidenciaba su ignorancia peleando por desarmar la carreola, toda la escena se desarrollaba en el carril de baja velocidad, precisamente bajo de la banqueta frente a los coches, prácticamente con la autosuficiencia que da ser propietaria de toda la calle y obligando a todos los coches a mantenerse detenidos, el conductor del vehículo de baja velocidad encendió las luces altas para recordar que estaban obstruyendo el paso, la mujer hecha una furia dijo ”que no te fijas pendejo”, quizá se refería a su infructuosa lucha por guardar la carreola sin conseguirlo.

Quienes observamos con curiosidad nos preguntábamos, si ella estaría consciente de que estaba bajo la banqueta, que obstruía el paso de los vehículos y que, al menos por seguridad de sus hijos debiera estar en la banqueta y no sobre el arrollo de los vehículos, pero no paró ahí, además del insulto dijo “por eso ya ganó López Obrador pinches ricos” nuestra sorpresa fue aún mayor cuando el semáforo marcó verde la mujer con sus hijos y su marido con toda calma se subió finalmente a la banqueta.

El tema obliga a reflexión, que piensa esa parte del pueblo, sin preparación ni cultura, que seguramente con trabajos reúne el dinero para su sustento.

Cuantos casos similares hay ahora en todo el país, cada quien interpreta su cambio a su manera, cada quien espera beneficiarse según sus circunstancias y cuántos desilusionados, comprenderán, que una cosa es lo que un presidente pueda hacer o un cambio pueda provocar para verse beneficiados, y en cuantos casos las cosas seguirán iguales por no identificar la fuente de sus males, fincada en su dejadez y por no invertir ese tiempo dedicado a tener más hijos, si hubiese estudiado y allegarse conocimientos para mejorar su calidad de vida.

El tema obliga también a pensar en el tema del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), del que se pretende fincar su construcción en una consulta popular, la democracia tiene sus límites, debe dejarse a los expertos, en lo personal, a pesar de haber estudiado muchos años hasta el doctorado, los conocimientos y especialidad, no llegan a tanto, como para decidir la conveniencia de continuar con su construcción en el proyecto original o valorar la conveniencia de construir otro alterno en Santa Lucía a poco más de cuarenta kilómetros de la capital, con todas las implicaciones que tiene al incrementar el flujo de personas en dirección a la Ciudad de México, cuantas cosas habremos de ver en la ilusión y esperanza de que el cambio que debemos hacer, está en la responsabilidad personal y pretendamos transmitírselo al gobierno, a un solo hombre, sin que nadie en lo particular quiera hacer nada.


sadot16@hotmail.com


Eduardo Sadot Morales



Al triunfo de AMLO, se ha observado en México un curioso fenómeno social, la gran mayoría de quienes votaron por él, que fincaron todas sus esperanzas en un cambio, con su triunfo, se han sentido empoderados, no obstante que aún no rinde protesta. En las calles se respira un aire de empoderamiento de las clases sociales más desprotegidas, esos mexicanos que se sintieron ultrajados, humillados y agraviados, como ejemplo de ello les comparto.

En una calle de la ciudad de México se encontraba una mujer embarazada, de aproximadamente 24 años, traía tres niños jugueteando frente a los coches que estaban en el alto del semáforo y un cuarto niño que ya cargaba en sus brazos un joven – su esposo seguramente – la mujer evidenciaba su ignorancia peleando por desarmar la carreola, toda la escena se desarrollaba en el carril de baja velocidad, precisamente bajo de la banqueta frente a los coches, prácticamente con la autosuficiencia que da ser propietaria de toda la calle y obligando a todos los coches a mantenerse detenidos, el conductor del vehículo de baja velocidad encendió las luces altas para recordar que estaban obstruyendo el paso, la mujer hecha una furia dijo ”que no te fijas pendejo”, quizá se refería a su infructuosa lucha por guardar la carreola sin conseguirlo.

Quienes observamos con curiosidad nos preguntábamos, si ella estaría consciente de que estaba bajo la banqueta, que obstruía el paso de los vehículos y que, al menos por seguridad de sus hijos debiera estar en la banqueta y no sobre el arrollo de los vehículos, pero no paró ahí, además del insulto dijo “por eso ya ganó López Obrador pinches ricos” nuestra sorpresa fue aún mayor cuando el semáforo marcó verde la mujer con sus hijos y su marido con toda calma se subió finalmente a la banqueta.

El tema obliga a reflexión, que piensa esa parte del pueblo, sin preparación ni cultura, que seguramente con trabajos reúne el dinero para su sustento.

Cuantos casos similares hay ahora en todo el país, cada quien interpreta su cambio a su manera, cada quien espera beneficiarse según sus circunstancias y cuántos desilusionados, comprenderán, que una cosa es lo que un presidente pueda hacer o un cambio pueda provocar para verse beneficiados, y en cuantos casos las cosas seguirán iguales por no identificar la fuente de sus males, fincada en su dejadez y por no invertir ese tiempo dedicado a tener más hijos, si hubiese estudiado y allegarse conocimientos para mejorar su calidad de vida.

El tema obliga también a pensar en el tema del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), del que se pretende fincar su construcción en una consulta popular, la democracia tiene sus límites, debe dejarse a los expertos, en lo personal, a pesar de haber estudiado muchos años hasta el doctorado, los conocimientos y especialidad, no llegan a tanto, como para decidir la conveniencia de continuar con su construcción en el proyecto original o valorar la conveniencia de construir otro alterno en Santa Lucía a poco más de cuarenta kilómetros de la capital, con todas las implicaciones que tiene al incrementar el flujo de personas en dirección a la Ciudad de México, cuantas cosas habremos de ver en la ilusión y esperanza de que el cambio que debemos hacer, está en la responsabilidad personal y pretendamos transmitírselo al gobierno, a un solo hombre, sin que nadie en lo particular quiera hacer nada.


sadot16@hotmail.com