/ lunes 1 de noviembre de 2021

El retorno del Seguro Popular

Con tristeza y preocupación, vemos cómo se resquebraja día con día, el sistema de salud pública mexicano. Con la pandemia, las carencias de este sistema quedaron expuestas y se agravaron por las equivocaciones del Gobierno Federal en la compra de medicamentos, pérdida de la cobertura por el desempleo y la eliminación de las consultas médicas para pacientes.


Frente a la pretensión de contar con un sistema de salud a semejanza de los países nórdicos, organizaciones como Acción Ciudadana contra la Pobreza, el Centro de Estudios Espinosa Yglesias y México Evalúa alertan que el actual sistema de salud excluye a 33 millones de mexicanos (el 26% de la población) profundizando la brecha social y afectando a los más pobres. Destacan que solo el 45% de la población, es decir, 56 millones de personas, está afiliada a algún servicio de salud de la seguridad social.

Por eso es urgente el regreso del seguro popular, implementado en 2004, en el marco de la estrategia del Programa Nacional de Salud 2001-2006, con el objetivo específico de brindar acceso a los servicios de salud a aquellas personas que carecen de seguridad social.

Como sabemos, más de la mitad de los mexicanos trabajan en la informalidad y no tienen acceso a los servicios de salud que proporcionan el IMSS o el ISSSTE. El Seguro Popular pretendía atender a esta población no derechohabiente mediante un seguro de salud, público y voluntario, orientado a reducir los gastos médicos de bolsillo y fomentar la atención oportuna a la salud.

Un gran logro del Seguro Popular fue su amplia cobertura que para 2019 contaba con 10 veces más afiliados que en 2004, pasando de 5.2 millones a 52 millones de beneficiarios. Esta cantidad representa a casi la mitad de la población mexicana. Cuatro de cada diez personas en México contaban en 20019 con seguro popular.

Todo se perdió el 1 de enero de 2020 cuando desaparecieron las unidades médicas de los módulos de afiliación al Seguro Popular. Las modificaciones de MORENA a la Ley General de Salud, de noviembre pasado, crearon el Instituto de Salud para el Bienestar que sustituye este programa, con nulos resultados hasta el momento.

De hecho, el Insabi, que ha sido uno de los programas “estrella” de la Presidencia, solamente sirvió para financiar la estancia de 585 médicos cubanos por un monto de 135 millones de pesos, dejando en el olvido a médicos mexicanos por demás calificados.

Siguiendo a las organizaciones civiles ya mencionadas México es de los países de la OCDE que menos gasta en salud, destinando el 2.8% del PIB, cuando el promedio de estos países es del 6.6%, lo cual se refleja en las debilidades del sistema, como la falta de hospitales y de recursos humanos calificados suficientes para atender las necesidades de los pacientes.

Por ello, para el PAN, el Seguro Popular debe activarse a nivel nacional y al ser una exigencia de la población, que no tiene una atención médica acorde a sus necesidades y tiene complicaciones para adquirir medicinas.


* Diputado federal PAN

Con tristeza y preocupación, vemos cómo se resquebraja día con día, el sistema de salud pública mexicano. Con la pandemia, las carencias de este sistema quedaron expuestas y se agravaron por las equivocaciones del Gobierno Federal en la compra de medicamentos, pérdida de la cobertura por el desempleo y la eliminación de las consultas médicas para pacientes.


Frente a la pretensión de contar con un sistema de salud a semejanza de los países nórdicos, organizaciones como Acción Ciudadana contra la Pobreza, el Centro de Estudios Espinosa Yglesias y México Evalúa alertan que el actual sistema de salud excluye a 33 millones de mexicanos (el 26% de la población) profundizando la brecha social y afectando a los más pobres. Destacan que solo el 45% de la población, es decir, 56 millones de personas, está afiliada a algún servicio de salud de la seguridad social.

Por eso es urgente el regreso del seguro popular, implementado en 2004, en el marco de la estrategia del Programa Nacional de Salud 2001-2006, con el objetivo específico de brindar acceso a los servicios de salud a aquellas personas que carecen de seguridad social.

Como sabemos, más de la mitad de los mexicanos trabajan en la informalidad y no tienen acceso a los servicios de salud que proporcionan el IMSS o el ISSSTE. El Seguro Popular pretendía atender a esta población no derechohabiente mediante un seguro de salud, público y voluntario, orientado a reducir los gastos médicos de bolsillo y fomentar la atención oportuna a la salud.

Un gran logro del Seguro Popular fue su amplia cobertura que para 2019 contaba con 10 veces más afiliados que en 2004, pasando de 5.2 millones a 52 millones de beneficiarios. Esta cantidad representa a casi la mitad de la población mexicana. Cuatro de cada diez personas en México contaban en 20019 con seguro popular.

Todo se perdió el 1 de enero de 2020 cuando desaparecieron las unidades médicas de los módulos de afiliación al Seguro Popular. Las modificaciones de MORENA a la Ley General de Salud, de noviembre pasado, crearon el Instituto de Salud para el Bienestar que sustituye este programa, con nulos resultados hasta el momento.

De hecho, el Insabi, que ha sido uno de los programas “estrella” de la Presidencia, solamente sirvió para financiar la estancia de 585 médicos cubanos por un monto de 135 millones de pesos, dejando en el olvido a médicos mexicanos por demás calificados.

Siguiendo a las organizaciones civiles ya mencionadas México es de los países de la OCDE que menos gasta en salud, destinando el 2.8% del PIB, cuando el promedio de estos países es del 6.6%, lo cual se refleja en las debilidades del sistema, como la falta de hospitales y de recursos humanos calificados suficientes para atender las necesidades de los pacientes.

Por ello, para el PAN, el Seguro Popular debe activarse a nivel nacional y al ser una exigencia de la población, que no tiene una atención médica acorde a sus necesidades y tiene complicaciones para adquirir medicinas.


* Diputado federal PAN