/ jueves 19 de noviembre de 2020

El problema es la impunidad

El canciller Marcelo Ebrard, asegura que México sabrá aplicar la Ley y estará a la altura en el caso del General Cienfuegos, quien arribó a México el miércoles pasado tras el desistimiento de cargos por narcotráfico y lavado de dinero que tenía en los Estados Unidos. Sin embargo, existen muchas y muy fundadas dudas, de que realmente el sistema de justicia mexicano se encuentre a la altura de las circunstancias.

El Gobierno mexicano pretende proyectar esto como un gran logro diplomático y como un asunto de justicia que debe llevarse a cabo en nuestro país. Lo cierto es que la detención sin previo aviso de un presunto criminal del tamaño de Cienfuegos fue considerada como una afrenta directa al Gobierno de México. Sin embargo, la ruta y las formas del gobierno mexicano para traer al General ante la justicia mexicana tampoco fueron las correctas. Finalmente, este caso si generó tensión en la relación bilateral.

Es evidente que el narcotráfico es un problema históricamente complejo para ambos países, por la conexión que los dos tienen con la producción, el paso, la venta, el consumo de la droga y las consecuencias violentas de esta cadena. Ambos países han colaborado por años para investigar y trazar rutas que den soluciones a las distintas problemáticas que genera el narcotráfico en ambos países.

Sin embargo, hay antecedentes nada favorables que hacen pensar que la llegada de Cienfuegos a México es tan solo el inicio de su camino hacia la impunidad. Ni siquiera nos vayamos lejos, pensemos simplemente en dos hechos recientes en los que el Gobierno Mexicano estuvo rebasado por el crimen: La segunda fuga del Chapo y la liberación de Ovidio Guzmán, su hijo. Parece broma, pero no lo es, México ya ha estado en muchas ocasiones en el foco de la discusión internacional, por este tipo de asuntos que evidencian, el grado de sometimiento, incapacidad, corrupción e impunidad que reinan en México.

Cienfuegos tiene una investigación abierta en México, pero eso no es garantía de absolutamente nada. Estamos hablando de un militar de alto rango que fue Secretario de Defensa y tiene acusaciones serias de vínculos con el narcotráfico. Esto es más que un reto para el gobierno mexicano, es el caso político más relevante que se ha presentado en el gobierno de Andrés Manuel, y la deuda es principalmente con los ciudadanos mexicanos. Si el gobierno de México pretendiera hacer una depuración profunda del crimen que tras años ha permeado a nuestras instituciones este sería el momento, ¿Quién ganará? ¿La justicia o la impunidad?


* Politóloga

Twitter: @glapem_

Instagram: @glapem_

El canciller Marcelo Ebrard, asegura que México sabrá aplicar la Ley y estará a la altura en el caso del General Cienfuegos, quien arribó a México el miércoles pasado tras el desistimiento de cargos por narcotráfico y lavado de dinero que tenía en los Estados Unidos. Sin embargo, existen muchas y muy fundadas dudas, de que realmente el sistema de justicia mexicano se encuentre a la altura de las circunstancias.

El Gobierno mexicano pretende proyectar esto como un gran logro diplomático y como un asunto de justicia que debe llevarse a cabo en nuestro país. Lo cierto es que la detención sin previo aviso de un presunto criminal del tamaño de Cienfuegos fue considerada como una afrenta directa al Gobierno de México. Sin embargo, la ruta y las formas del gobierno mexicano para traer al General ante la justicia mexicana tampoco fueron las correctas. Finalmente, este caso si generó tensión en la relación bilateral.

Es evidente que el narcotráfico es un problema históricamente complejo para ambos países, por la conexión que los dos tienen con la producción, el paso, la venta, el consumo de la droga y las consecuencias violentas de esta cadena. Ambos países han colaborado por años para investigar y trazar rutas que den soluciones a las distintas problemáticas que genera el narcotráfico en ambos países.

Sin embargo, hay antecedentes nada favorables que hacen pensar que la llegada de Cienfuegos a México es tan solo el inicio de su camino hacia la impunidad. Ni siquiera nos vayamos lejos, pensemos simplemente en dos hechos recientes en los que el Gobierno Mexicano estuvo rebasado por el crimen: La segunda fuga del Chapo y la liberación de Ovidio Guzmán, su hijo. Parece broma, pero no lo es, México ya ha estado en muchas ocasiones en el foco de la discusión internacional, por este tipo de asuntos que evidencian, el grado de sometimiento, incapacidad, corrupción e impunidad que reinan en México.

Cienfuegos tiene una investigación abierta en México, pero eso no es garantía de absolutamente nada. Estamos hablando de un militar de alto rango que fue Secretario de Defensa y tiene acusaciones serias de vínculos con el narcotráfico. Esto es más que un reto para el gobierno mexicano, es el caso político más relevante que se ha presentado en el gobierno de Andrés Manuel, y la deuda es principalmente con los ciudadanos mexicanos. Si el gobierno de México pretendiera hacer una depuración profunda del crimen que tras años ha permeado a nuestras instituciones este sería el momento, ¿Quién ganará? ¿La justicia o la impunidad?


* Politóloga

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