/ jueves 18 de noviembre de 2021

El Presidente y el lobo

A penas la semana pasada escribía en este espacio lo que parecía describir el viaje del presidente López Obrador a la ONU y la lluvia de críticas al querer erigirse como candil de la calle en temas de “Humanismo”, fue justo al día siguiente cuando visitó Colima y ahí dio un enérgico mensaje al secretario de salud sobre la compra urgente de medicamentos que hacen falta y que decía que no lo dejaban dormir, una reacción sin duda a la incongruencia del discurso emitido horas antes, pero que también no tiene explicación de su parte desde hace 3 años.

Pues ahora resulta que la orden se cumplió pero apenas para poder abastecer las farmacias del sector salud por un periodo de un mes y medio, y no toda la lista de fármacos estarán a disposición, lo que deja mal parado una vez más al Presidente que sigue sin ejercer en serio el golpe en la mesa.

Según datos del instituto farmacéutico nacional (Inefam ), en México es necesario tener en existencia mil 800 millones de piezas al año, sin embargo en la más reciente auditoria sólo existen hasta Noviembre 221 millones 387 mil piezas lo que significa un abasto para 6 semanas, mientras que la justificante del Gobierno Federal es cerrar el año con 670 millones de piezas, es decir apenas un tercera parte de lo mínimo indispensable. Pero esto no es todo, la ineficiencia y la falta de sensibilidad en los pedidos sigue siendo el tema del Cáncer, pues en la lista de compras prioritarias no existe el Citarabina, un fármaco indispensable para el tratamiento de diversos tipos de Cáncer infantil, el INSABI sigue guardando silencio, evade preguntas sobre este tema y lo peor, cada vez es más evidente que el Gobierno Federal no tiene, no le interesa tener a los niños con cáncer en su agenda de atención.

Creer que hay garantías en que lleguen medicamentos necesarios a las farmacias del sector salud es igualmente comparado al cuento de Pepito y el Lobo, pues se ve difícil que ocurra ante un mes donde prácticamente las empresas trabajan 15 días para luego hacer cierre de año y la logística de un posible acomodo de al menos mil 500 millones de piezas sería meramente imposible, por lo cual, el discurso de Colima la semana pasada pasó a la historia, a menos que el Presidente despida a quienes provocaron este desastre como también evidenció en la declaración; pero no lo hará porque hacerlo es como escupir al cielo, sabiendo que en una mañanera “justificó” al menos en el tema del cáncer tener pruebas contra laboratorios PISA, pruebas que seguimos esperando para esclarecer entonces que el presidente y sus otros datos realmente eran los correctos.

A esto hay que sumarle el proyecto de López Obrador que aseguraba la corrupción en el tema de medicamentos y que por ende habría diseñado un nuevo protocolo para la compra, asignación y distribución, calificándola de eficiente y transparente, pero ni una ni otra han sido demostradas, mientras que ustedes lee esta columna hay quienes ya perdieron la vida o la esperanza de que el medicamento necesario les llegue al menos para este año, con la incertidumbre de poder resurtir cuando la receta lo indique.

Ese es el México del que se quejaba el presidente y del que dijo cambiaria a partir del primer día de su gestión, hizo incluso una gira de agradecimiento por el país refrendando seguridad, servicios de salud y más, hoy estamos en medio de tragedias como la del IMSS en Michoacán donde un “Apagón” hizo que fallaran los respiradores y una decena de personas fallecieron mientras eran atendidos por Covid-19, o la inundación en Tula en septiembre donde también no hay responsables, o la compra de equipo de terapia intensiva a un hijo de Manuel Bartlett , del cual no hubo consecuencias.

Mientras, el presidente sigue saludando y agradeciendo las muestras de cariño de quienes en Washington lo esperaban en el aeropuerto, en algunas calles e incluso a las afueras de los lugares de reunión con líderes de América del Norte, igual que en Nueva York, algunos con carteles que lo describían como el mejor presidente, entonces para ellos la pregunta: ¿Por qué entonces no se regresan a México?.


* Periodista

A penas la semana pasada escribía en este espacio lo que parecía describir el viaje del presidente López Obrador a la ONU y la lluvia de críticas al querer erigirse como candil de la calle en temas de “Humanismo”, fue justo al día siguiente cuando visitó Colima y ahí dio un enérgico mensaje al secretario de salud sobre la compra urgente de medicamentos que hacen falta y que decía que no lo dejaban dormir, una reacción sin duda a la incongruencia del discurso emitido horas antes, pero que también no tiene explicación de su parte desde hace 3 años.

Pues ahora resulta que la orden se cumplió pero apenas para poder abastecer las farmacias del sector salud por un periodo de un mes y medio, y no toda la lista de fármacos estarán a disposición, lo que deja mal parado una vez más al Presidente que sigue sin ejercer en serio el golpe en la mesa.

Según datos del instituto farmacéutico nacional (Inefam ), en México es necesario tener en existencia mil 800 millones de piezas al año, sin embargo en la más reciente auditoria sólo existen hasta Noviembre 221 millones 387 mil piezas lo que significa un abasto para 6 semanas, mientras que la justificante del Gobierno Federal es cerrar el año con 670 millones de piezas, es decir apenas un tercera parte de lo mínimo indispensable. Pero esto no es todo, la ineficiencia y la falta de sensibilidad en los pedidos sigue siendo el tema del Cáncer, pues en la lista de compras prioritarias no existe el Citarabina, un fármaco indispensable para el tratamiento de diversos tipos de Cáncer infantil, el INSABI sigue guardando silencio, evade preguntas sobre este tema y lo peor, cada vez es más evidente que el Gobierno Federal no tiene, no le interesa tener a los niños con cáncer en su agenda de atención.

Creer que hay garantías en que lleguen medicamentos necesarios a las farmacias del sector salud es igualmente comparado al cuento de Pepito y el Lobo, pues se ve difícil que ocurra ante un mes donde prácticamente las empresas trabajan 15 días para luego hacer cierre de año y la logística de un posible acomodo de al menos mil 500 millones de piezas sería meramente imposible, por lo cual, el discurso de Colima la semana pasada pasó a la historia, a menos que el Presidente despida a quienes provocaron este desastre como también evidenció en la declaración; pero no lo hará porque hacerlo es como escupir al cielo, sabiendo que en una mañanera “justificó” al menos en el tema del cáncer tener pruebas contra laboratorios PISA, pruebas que seguimos esperando para esclarecer entonces que el presidente y sus otros datos realmente eran los correctos.

A esto hay que sumarle el proyecto de López Obrador que aseguraba la corrupción en el tema de medicamentos y que por ende habría diseñado un nuevo protocolo para la compra, asignación y distribución, calificándola de eficiente y transparente, pero ni una ni otra han sido demostradas, mientras que ustedes lee esta columna hay quienes ya perdieron la vida o la esperanza de que el medicamento necesario les llegue al menos para este año, con la incertidumbre de poder resurtir cuando la receta lo indique.

Ese es el México del que se quejaba el presidente y del que dijo cambiaria a partir del primer día de su gestión, hizo incluso una gira de agradecimiento por el país refrendando seguridad, servicios de salud y más, hoy estamos en medio de tragedias como la del IMSS en Michoacán donde un “Apagón” hizo que fallaran los respiradores y una decena de personas fallecieron mientras eran atendidos por Covid-19, o la inundación en Tula en septiembre donde también no hay responsables, o la compra de equipo de terapia intensiva a un hijo de Manuel Bartlett , del cual no hubo consecuencias.

Mientras, el presidente sigue saludando y agradeciendo las muestras de cariño de quienes en Washington lo esperaban en el aeropuerto, en algunas calles e incluso a las afueras de los lugares de reunión con líderes de América del Norte, igual que en Nueva York, algunos con carteles que lo describían como el mejor presidente, entonces para ellos la pregunta: ¿Por qué entonces no se regresan a México?.


* Periodista