Ramiro Escoto Ratkovich
Cada mañana muy temprano, al muy puro estilo de como gobernó la Ciudad de México cuando fue Jefe de Gobierno, Andrés Manuel López Obrador está generando un diálogo con los medios de comunicación, donde le hemos visto tocar todos los temas y donde no le hemos escuchado los “cómos” como en tiempos de campaña.
Si bien es cierto ya hay una fecha para la “pacificación del país” y que será en 3 años, no queda claro cómo se va a actuar, y si hay una fecha fatal para cumplir esta premisa de campaña. De hecho hay informes diarios de cada coordinador estatal respecto a las cifras de criminalidad y el presidente de México tiene claro en esa materia lo que sucede, sin embargo los números no bajan, suben y eso preocupa en serio a quienes toman decisiones.
Llama la atención en estas conferencias, también la insistencia del Presidente en abatir el robo de combustible, el castigo a los huachicoleros que sería de cárcel sin derecho a fianza, pero no queda claro el proceder de la autoridad ante lo que usted y yo sufrimos todos los días: las gasolineras que no surten litros de a litro. No existe, desde hace mucho tiempo una revisión u operativo que, en este sentido dé certidumbre y castigue a los empresarios que cobran lo que no cumplen; la asociación de gasolineros insiste en que castiga a sus agremiados conforme a sus estatutos, pero la práctica sigue dándose de manera cotidiana.
El Presidente de México ha respondido a cuestionamientos sí, pero más a manera de defensa, como el caso de quien forma parte de su “terna” para ministro de la SCJN, me refiero a Loretta Ortiz a quien se le vincula como parte de Morena y quien por medio de sus redes sociales, el pasado lunes mostró su renuncia a la organización política para dejar “sospechas” respecto a su filiación con respecto a la responsabilidad que desea ocupar ante el máximo órgano jurisdiccional del país; sin embargo no hay que dejar pasar que este documento no necesariamente desvincula a este personaje, pues de Loretta hay que dejar claro varios puntos: ella fue diputada de Morena que en su gestión no tuvo estrella alguna, fue la encargada de la organización de los foros de pacificación en el país, foros que aún no sabemos cuánto costaron y para qué sirvieron, porque no se han visto ni resultados ni tampoco estrategias, y que incluso tuvieron que suspenderse sin explicación alguna, fue quien declaró que el papa Francisco vendría a México a participar en dichos foros, mentira que le obligó a recular para seguir en el proyecto lópezobradorista y que además hoy, es esposa de quien escribe la llamada “Constitución Moral” el señor Ortiz Monchetti.
En algún momento, estas conferencias serán un desgaste, si bien es cierto los primeros días serán tomados como la explicación del ajuste que el país sufre por naturaleza en el cambio de gobierno; se aplaude el hecho de que algunos secretarios hayan tomado el micrófono y de viva voz explicaran su proyecto de trabajo, pero otros han quedado a deber, pero al tiempo.
El gasolinazo va, porque la “aplanadora” de Morena así lo decidió en el Congreso en la sesión del martes 18 de diciembre, al argumentar que bajar el precio del combustible era perjudicar la recaudación por IEPS (como lo mencionamos en opiniones anteriores en este diario).
Nos debe ocupar en esperar que el Presidente ya cumpla con lo prometido no en esta campaña, sino en 12 años de campaña, porque cada día que pasa es uno menos en su sexenio, y nos cuesta: el aumento al TUA, y los desdenes en los presupuestos a los estados, que se interpretan más como una venganza que como una estrategia.
@Ramiro_Escoto
