/ jueves 23 de diciembre de 2021

El Ómicron en el país de no pasará

La nueva variante del Covid-19 está en México, los casos aceptados hasta el martes superaban los 25, al cierre de esta columna podemos advertir que si es 70 veces más contagiosa que la Delta, tendríamos ya muchos contagios en el territorio nacional, y con más apertura que en países que han tenido que volver a confinar a la población, generar restricciones de viajes y hasta cierres de frontera. Pero México no. Somos un país que en este periodo vacacional no pide pruebas negativas ni tampoco pone filtros en puertos, aeropuertos, centrales camioneras ni puentes fronterizos, simplemente el Gobierno Federal y su Secretaría de Salud, continúan con la narrativa de que los casos activos de Covd-19 siguen a la baja sin recordar lo que justamente se revirtió en su discurso de que la pandemia estaba “domada”.

La OMS a principios de semana llamó a las naciones a cancelar los festejos de Navidad y Año Nuevo, estar preparados para una oleada que saturaría hospitales y centros de salud, incluso para personas que pudieran estar vacunadas; Brasil por ejemplo fue uno de los primeros países en reaccionar a la medida sugerida, e incluso advirtió que el carnaval podría estar también cancelado, siendo esa nación una de las más afectadas por el virus. Estados Unidos también volvió a incentivar con hasta 100 dólares a quienes se vacunen en Nueva York por ejemplo. Pero en México no, nada de eso pasa, ni siquiera en los municipios en donde las posadas multitudinarias, los conciertos y las festividades de las navidades parecen celebrar también el fin de una pandemia desestimando la ola invisible pero arrasadora que en el Viejo Continente es noticia de primera plana.

Jalisco, por ejemplo, hace unas semanas atrás, contemplaba el solicitar certificados de vacunación y pruebas en diferentes puntos turísticos al arribo de visitantes para de alguna manera cerrarle paso al Ómicron o un contagio provocado por un extranjero, pero quedó en discurso, tanto así que de momento la vacunación ha tomado una pausa en el Auditorio Benito Juárez por ejemplo, dejando solo la inoculación a los menores de edad en un solo punto al menos en Guadalajara.

Pero conocer el discurso de Gobierno ante un posible escenario catastrófico en casos no es difícil de adivinar, las mismas palabras que escuchamos a manera de sorpresa y al mismo tiempo de simular estar preparados para tranquilizar a la población será quizá un escenario que podamos ver entre finales de enero y principios de febrero, derivado de varios factores, entre ellos la convivencia y quienes durante esta época dejaron a un lado las medidas de prevención que ya conocemos.

El Presidente, su gabinete siguen mandando mensajes contradictorios, por un lado en los mensajes de gobierno el tema de tomar conciencia de que vivimos en pandemia, y por otro con la falta de uso de cubre bocas por ejemplo dan a entender el metamensaje de no pasa nada.

Para la cena de esta noche haga un experimento, solicite un certificado de vacunación o un test negativo de Covid a sus invitados, familiares y amigos, quizá se lleve una sorpresa de los resultados obtenidos; no se trata de usar una pistolita – termómetro, sino algo más científico que permitirá conocer la realidad del estado de salud de quienes se sentarán junto a usted, el Omicron es altamente contagioso, menos mortal según advierten los primeros ensayos del conocimiento, pero también puede generar complicados a los no vacunados, y de ahí hay una población importante que no cuenta con un esquema completo del biológico, así como de menores de edad de quienes ya tenemos al menos un caso reportado con esta metamorfosis.

Así pues, esta noche buena, estas vacaciones tomar conciencia de que el Omicron que para muchos es una falacia que a México no afectará para otros, es un nuevo reto a vencer en este momento donde la sobrevivencia es para los responsables que si creen que esto es en serio.

La nueva variante del Covid-19 está en México, los casos aceptados hasta el martes superaban los 25, al cierre de esta columna podemos advertir que si es 70 veces más contagiosa que la Delta, tendríamos ya muchos contagios en el territorio nacional, y con más apertura que en países que han tenido que volver a confinar a la población, generar restricciones de viajes y hasta cierres de frontera. Pero México no. Somos un país que en este periodo vacacional no pide pruebas negativas ni tampoco pone filtros en puertos, aeropuertos, centrales camioneras ni puentes fronterizos, simplemente el Gobierno Federal y su Secretaría de Salud, continúan con la narrativa de que los casos activos de Covd-19 siguen a la baja sin recordar lo que justamente se revirtió en su discurso de que la pandemia estaba “domada”.

La OMS a principios de semana llamó a las naciones a cancelar los festejos de Navidad y Año Nuevo, estar preparados para una oleada que saturaría hospitales y centros de salud, incluso para personas que pudieran estar vacunadas; Brasil por ejemplo fue uno de los primeros países en reaccionar a la medida sugerida, e incluso advirtió que el carnaval podría estar también cancelado, siendo esa nación una de las más afectadas por el virus. Estados Unidos también volvió a incentivar con hasta 100 dólares a quienes se vacunen en Nueva York por ejemplo. Pero en México no, nada de eso pasa, ni siquiera en los municipios en donde las posadas multitudinarias, los conciertos y las festividades de las navidades parecen celebrar también el fin de una pandemia desestimando la ola invisible pero arrasadora que en el Viejo Continente es noticia de primera plana.

Jalisco, por ejemplo, hace unas semanas atrás, contemplaba el solicitar certificados de vacunación y pruebas en diferentes puntos turísticos al arribo de visitantes para de alguna manera cerrarle paso al Ómicron o un contagio provocado por un extranjero, pero quedó en discurso, tanto así que de momento la vacunación ha tomado una pausa en el Auditorio Benito Juárez por ejemplo, dejando solo la inoculación a los menores de edad en un solo punto al menos en Guadalajara.

Pero conocer el discurso de Gobierno ante un posible escenario catastrófico en casos no es difícil de adivinar, las mismas palabras que escuchamos a manera de sorpresa y al mismo tiempo de simular estar preparados para tranquilizar a la población será quizá un escenario que podamos ver entre finales de enero y principios de febrero, derivado de varios factores, entre ellos la convivencia y quienes durante esta época dejaron a un lado las medidas de prevención que ya conocemos.

El Presidente, su gabinete siguen mandando mensajes contradictorios, por un lado en los mensajes de gobierno el tema de tomar conciencia de que vivimos en pandemia, y por otro con la falta de uso de cubre bocas por ejemplo dan a entender el metamensaje de no pasa nada.

Para la cena de esta noche haga un experimento, solicite un certificado de vacunación o un test negativo de Covid a sus invitados, familiares y amigos, quizá se lleve una sorpresa de los resultados obtenidos; no se trata de usar una pistolita – termómetro, sino algo más científico que permitirá conocer la realidad del estado de salud de quienes se sentarán junto a usted, el Omicron es altamente contagioso, menos mortal según advierten los primeros ensayos del conocimiento, pero también puede generar complicados a los no vacunados, y de ahí hay una población importante que no cuenta con un esquema completo del biológico, así como de menores de edad de quienes ya tenemos al menos un caso reportado con esta metamorfosis.

Así pues, esta noche buena, estas vacaciones tomar conciencia de que el Omicron que para muchos es una falacia que a México no afectará para otros, es un nuevo reto a vencer en este momento donde la sobrevivencia es para los responsables que si creen que esto es en serio.