/ sábado 6 de julio de 2019

El Jalisco nuestro que desaparece


Luis Sánchez


Re−pensar el estado como la institución donde se transforman los intereses y poderes, como una mediación entre personas, grupos, necesidades, proyectos y conflictos. Hacerse responsables de lo público

José Antonio Crespo


En Jalisco, las desapariciones continúan al alza. Hasta el corte del 31 de mayo, suman siete mil 504 personas en esa condición, de los cuales seis mil 548 son hombres y 948 mujeres. Una cifra que –contrario a descender– sigue en aumento, con respecto a los siete mil 117 desaparecidos que el mismo Gobierno del estado informó el 20 de marzo pasado al presentar la Estrategia Integral para la Atención a Víctimas de Desaparición, frente al Subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas.

Desde de esa fecha, son 387 personas más las que se suman a la larga lista de personas que no son localizadas en la entidad. Es decir, en Jalisco desaparecieron cinco personas cada día, durante esos 71 días transcurridos.

El gobierno estatal reconoce el problema, sin embargo, parece estar lejos de eliminarlo. Con el reciente cambio de cifras y la reclasificación de personas "desaparecidas" y personas "no localizadas", se reduce de siete mil 504 a mil 752 el número de los desaparecidos que serán buscados por las autoridades. El resto se quedará sin una carpeta de investigación y por tanto no será buscada. La diferencia es que una persona desaparecida es de quien se desconoce su paradero y se cree, a partir de cualquier indicio, que su ausencia se relaciona con la comisión de un delito. Y persona no localizada, cuando su ubicación es desconocida pero no se relaciona con la probable comisión de un delito.

Un gran reto tendrá la maestra Francelia Hernández Cuevas frente a la Comisión de Búsqueda de Desaparecidos. Su extitular, Francisco Ávila Navarro, reconoció –en su momento– carencias y falta de personal. En 2018 operó con cinco millones de pesos, sin embargo, para este año se tiene un presupuesto de 17.4 millones. Aunado a esto, el cambio de números levanta sospechas. Las cifras sólo deberían de mejorar conforme los familiares tengan acceso a su derecho a la verdad y eso solo se logra mediante la construcción de paz.

La construcción de paz es esa alternativa valiosa para generar referentes de cambios positivos y sobre todo generar una cultura de paz que después de todo surge como una apuesta ética para hacer frente a las situaciones caóticas como ésta. ¿Cómo construir la paz en este caso?

En 2006, México firma la Convención Internacional para la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas. En 2011 se publica en el DOF. México va tarde y está sumido en una severa crisis en todavía no queda claro que, con el derecho a la verdad, nos referimos a iniciar investigaciones, prevenir y sancionar actos que obstaculicen investigaciones, mantener registros oficiales de personas privadas de libertad, acceso a esta información a víctimas y personas con interés legítimo, y la satisfacción como medida de reparación. Es importante construir paz mediante las garantías de los derechos de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición. Un poco de paz puede llegar a Jalisco, si comenzamos a garantizar el conocimiento de que se está buscando a todos los jaliscienses que han desaparecido. Es un tema de paz que no solo es de las familias, es de toda nuestra sociedad, de la cual una parte ha desaparecido sin rastro.



Luis Sánchez


Re−pensar el estado como la institución donde se transforman los intereses y poderes, como una mediación entre personas, grupos, necesidades, proyectos y conflictos. Hacerse responsables de lo público

José Antonio Crespo


En Jalisco, las desapariciones continúan al alza. Hasta el corte del 31 de mayo, suman siete mil 504 personas en esa condición, de los cuales seis mil 548 son hombres y 948 mujeres. Una cifra que –contrario a descender– sigue en aumento, con respecto a los siete mil 117 desaparecidos que el mismo Gobierno del estado informó el 20 de marzo pasado al presentar la Estrategia Integral para la Atención a Víctimas de Desaparición, frente al Subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas.

Desde de esa fecha, son 387 personas más las que se suman a la larga lista de personas que no son localizadas en la entidad. Es decir, en Jalisco desaparecieron cinco personas cada día, durante esos 71 días transcurridos.

El gobierno estatal reconoce el problema, sin embargo, parece estar lejos de eliminarlo. Con el reciente cambio de cifras y la reclasificación de personas "desaparecidas" y personas "no localizadas", se reduce de siete mil 504 a mil 752 el número de los desaparecidos que serán buscados por las autoridades. El resto se quedará sin una carpeta de investigación y por tanto no será buscada. La diferencia es que una persona desaparecida es de quien se desconoce su paradero y se cree, a partir de cualquier indicio, que su ausencia se relaciona con la comisión de un delito. Y persona no localizada, cuando su ubicación es desconocida pero no se relaciona con la probable comisión de un delito.

Un gran reto tendrá la maestra Francelia Hernández Cuevas frente a la Comisión de Búsqueda de Desaparecidos. Su extitular, Francisco Ávila Navarro, reconoció –en su momento– carencias y falta de personal. En 2018 operó con cinco millones de pesos, sin embargo, para este año se tiene un presupuesto de 17.4 millones. Aunado a esto, el cambio de números levanta sospechas. Las cifras sólo deberían de mejorar conforme los familiares tengan acceso a su derecho a la verdad y eso solo se logra mediante la construcción de paz.

La construcción de paz es esa alternativa valiosa para generar referentes de cambios positivos y sobre todo generar una cultura de paz que después de todo surge como una apuesta ética para hacer frente a las situaciones caóticas como ésta. ¿Cómo construir la paz en este caso?

En 2006, México firma la Convención Internacional para la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas. En 2011 se publica en el DOF. México va tarde y está sumido en una severa crisis en todavía no queda claro que, con el derecho a la verdad, nos referimos a iniciar investigaciones, prevenir y sancionar actos que obstaculicen investigaciones, mantener registros oficiales de personas privadas de libertad, acceso a esta información a víctimas y personas con interés legítimo, y la satisfacción como medida de reparación. Es importante construir paz mediante las garantías de los derechos de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición. Un poco de paz puede llegar a Jalisco, si comenzamos a garantizar el conocimiento de que se está buscando a todos los jaliscienses que han desaparecido. Es un tema de paz que no solo es de las familias, es de toda nuestra sociedad, de la cual una parte ha desaparecido sin rastro.