/ jueves 24 de marzo de 2022

El gran padre

En memoria de Fernando Mendoza Magdaleno

Ser papá es la virtud más hermosa del hombre, en el amar, existir y formar a los hijos en este principio de la vida, desde la concepción, nacimiento, niñez, juventud y edad madura.

El valor de padre se manifiesta en el ser y el existir, en la pertinencia y permanencia con los hijos; el padre forma escuela de la vida, su experiencia la trasmite hacia los hijos con conocimiento de causa familiar en este proceso del vivir y existir, del ser y del saber hacer, lo que en filosofía se conoce como ontología y deontología.

La vida transcurre a través del tiempo y representa el Don más importante de la existencia llamada vida, así tenemos denominaciones en la historia de las naciones de aquellos seres que fueron capaces en el transcurso de su vida de dar a las generaciones la patria y la libertad, la ciencia y la educación, la cultura y el deporte, en esas concepciones del nacionalismo que son parte de la identidad del hombre, las que se manifiestan con un origen paternal que lleva consigo el orgullo de tener nombre y apellido, mismo que se registra en el acta de nacimiento, en un reconocimiento de la paternidad, siendo parte en la construcción de la historia , así tenemos en la ciencia de la historia la microhistoria que se encuentra en la familia, donde los recuerdos se convierten en fotografías, anécdotas, crónicas y relatos de la familia.

Algunos pensamientos son parte del archivo familiar, representados por los retratos que se cuelgan en las paredes del hogar y forman parte del inventario familiar, cuando llegan las nuevas generaciones esas fotografías no pierden su lugar, siempre los nietos preguntan: ¿Quién está en esa fotografía?, la respuesta es: Está mi padre, y con ello viene el relato del recuerdo y la historia de ese ser que dejo de existir y dentro de este relato lo valoramos como “Un gran padre”, como es el caso de muchos seres humanos que dejaron esta existencia terrenal, pero el ejemplo, las enseñanzas y el recuerdo sigue vivo, así en algunas ocasiones a través del recuerdo y la imagen platicamos con el ser querido en un proceso de abstracción mental, donde muchas veces filosofamos y construimos un diálogo con el pensamiento, como el recuerdo de Fernando Mendoza Magdaleno a quién sus hijos lo nombran como “Un gran padre”.

Un día la muerte toco su puerta y dejo de existir de manera física pero su memoria siempre lo mantendrá vivo con su esposa María Larios Mejía y sus hijos Fernando, Edith, Jonathan y Marisol, así como de sus pequeños nietos, que ante la pérdida de este ser humano está la existencia del gran padre que construyó y formó a su familia dentro de un modelo de amor y valores paternales, siempre trabajando y aportando de manera económica y espiritual a su familia a la que siempre amo hasta el día de su muerte.

Para algunos la muerte representa el final de la vida, la vida en ese don del ser y existir y del saber hacer, para otros representa la continuidad de la existencia del hombre en sus obras y acciones que tienen la prolongación en los ejemplos de la vida.

En el recuerdo de: Fernando, el “Gran padre”.

*Profesor de Derecho de la Universidad de Guadalajara

En memoria de Fernando Mendoza Magdaleno

Ser papá es la virtud más hermosa del hombre, en el amar, existir y formar a los hijos en este principio de la vida, desde la concepción, nacimiento, niñez, juventud y edad madura.

El valor de padre se manifiesta en el ser y el existir, en la pertinencia y permanencia con los hijos; el padre forma escuela de la vida, su experiencia la trasmite hacia los hijos con conocimiento de causa familiar en este proceso del vivir y existir, del ser y del saber hacer, lo que en filosofía se conoce como ontología y deontología.

La vida transcurre a través del tiempo y representa el Don más importante de la existencia llamada vida, así tenemos denominaciones en la historia de las naciones de aquellos seres que fueron capaces en el transcurso de su vida de dar a las generaciones la patria y la libertad, la ciencia y la educación, la cultura y el deporte, en esas concepciones del nacionalismo que son parte de la identidad del hombre, las que se manifiestan con un origen paternal que lleva consigo el orgullo de tener nombre y apellido, mismo que se registra en el acta de nacimiento, en un reconocimiento de la paternidad, siendo parte en la construcción de la historia , así tenemos en la ciencia de la historia la microhistoria que se encuentra en la familia, donde los recuerdos se convierten en fotografías, anécdotas, crónicas y relatos de la familia.

Algunos pensamientos son parte del archivo familiar, representados por los retratos que se cuelgan en las paredes del hogar y forman parte del inventario familiar, cuando llegan las nuevas generaciones esas fotografías no pierden su lugar, siempre los nietos preguntan: ¿Quién está en esa fotografía?, la respuesta es: Está mi padre, y con ello viene el relato del recuerdo y la historia de ese ser que dejo de existir y dentro de este relato lo valoramos como “Un gran padre”, como es el caso de muchos seres humanos que dejaron esta existencia terrenal, pero el ejemplo, las enseñanzas y el recuerdo sigue vivo, así en algunas ocasiones a través del recuerdo y la imagen platicamos con el ser querido en un proceso de abstracción mental, donde muchas veces filosofamos y construimos un diálogo con el pensamiento, como el recuerdo de Fernando Mendoza Magdaleno a quién sus hijos lo nombran como “Un gran padre”.

Un día la muerte toco su puerta y dejo de existir de manera física pero su memoria siempre lo mantendrá vivo con su esposa María Larios Mejía y sus hijos Fernando, Edith, Jonathan y Marisol, así como de sus pequeños nietos, que ante la pérdida de este ser humano está la existencia del gran padre que construyó y formó a su familia dentro de un modelo de amor y valores paternales, siempre trabajando y aportando de manera económica y espiritual a su familia a la que siempre amo hasta el día de su muerte.

Para algunos la muerte representa el final de la vida, la vida en ese don del ser y existir y del saber hacer, para otros representa la continuidad de la existencia del hombre en sus obras y acciones que tienen la prolongación en los ejemplos de la vida.

En el recuerdo de: Fernando, el “Gran padre”.

*Profesor de Derecho de la Universidad de Guadalajara