/ miércoles 2 de enero de 2019

El final y el inicio

Luis Octavio Cotero


Lo mejor de todo es que inicia el año 2019, y además de desearle a mi apreciable lector todo lo mejor y a su familia, me parece que es el momento de hacer cada uno de los que componemos este país nuestro mejor esfuerzo para cambiar el rumbo que se ha dado a nuestra Patria; situación que estoy seguro que no es privativa o culpa de unos cuantos, sino de todos porque hemos permitido este estado de cosas, nada de presumir, por eso resulta urgente que hagamos acopio de una actitud positiva en la que cada quien cumplamos con nuestro deber familiar, profesional, social y políticamente, porque con el solo lamentarnos no se logra nada, hay que emprender acciones desde el hogar, en la escuela, en el trabajo, en el deporte, en la profesión y en cualquier actividad lícita que las circunstancias nos permitan desempeñarnos, para que alcancemos por el esfuerzo realizado en la medida de correr el tiempo, pero esa actitud debe ir acompañada de valor civil, de honor, de honestidad, de constancia, ética y de todo nuestro empeño en lo que nos atañe a cada uno.

La honestidad en todos sus términos dicho, significa conducirnos con toda probidad y a exigirle con toda oportunidad a quien también tiene el deber y así conducirse muy en particular aquel servidor público al que nada tiene que regatear, por poco que le parezca los emolumentos que recibe de acuerdo al salario que se le haya fijado, que si no es de su agrado, deje el espacio a otro que si le convenga y no de buscar el modo de, al estar en el cargo público, propicie o exija la dádiva por cumplir con su deber y desde luego, el contribuyente o peticionario de un servicio público que el gobierno debe otorgarnos por ningún motivo o justificación ofrezca o entregue dádiva o servicio alguno a cambio de la atención requerida, cuando así suceda, de inmediato denunciar aquel servidor público que se conduzca con esa actitud incorrecta como lo es la corrupción, ya que será el único modo de combatir esa cultura que tanto perjuicio nos ha ocasionado, la que no podemos dejar de mostrarnos conformes ya que en el contexto mundial tenemos la mala fama de ser un pueblo corrupto, a grado tal que se ha dado el caso de que pillos, por decir alguno, Moreira, exgobernador de Coahuila, que mejor fue investigado por el gobierno Español y nunca por las autoridades mexicanas, ya basta de ser un pueblo tan cobarde que permita los excesos en que incurren los hombres públicos de este país, entre otros, Romero Deschamps, que lidera a los huachicoleros más poderosos de este país.

A mis compañeros abogados les deseo todo lo mejor y les pido que luchemos a brazo partido por hacer que la justicia pronta y gratuita sea una realidad y dejemos el confort de la cobardía y la deshonestidad que innegablemente nos invade al estar consintiendo actos contrarios a lo que establece nuestro derecho positivo y en particular aquí en Jalisco, que magistrados, consejeros y jueces, inclusive hasta el día de hoy exhiben con toda impunidad su deshonesto modo de vivir y de conducirse en su desempeño. ¡Vamos compañeros! cumplamos con nuestra profesión y con el deber cívico y social que la naturaleza de nuestra profesión nos exige.

* Profesor Investigador de la División de Estudios Jurídicos de la UdeG.

locb15@hotmail.com

Luis Octavio Cotero


Lo mejor de todo es que inicia el año 2019, y además de desearle a mi apreciable lector todo lo mejor y a su familia, me parece que es el momento de hacer cada uno de los que componemos este país nuestro mejor esfuerzo para cambiar el rumbo que se ha dado a nuestra Patria; situación que estoy seguro que no es privativa o culpa de unos cuantos, sino de todos porque hemos permitido este estado de cosas, nada de presumir, por eso resulta urgente que hagamos acopio de una actitud positiva en la que cada quien cumplamos con nuestro deber familiar, profesional, social y políticamente, porque con el solo lamentarnos no se logra nada, hay que emprender acciones desde el hogar, en la escuela, en el trabajo, en el deporte, en la profesión y en cualquier actividad lícita que las circunstancias nos permitan desempeñarnos, para que alcancemos por el esfuerzo realizado en la medida de correr el tiempo, pero esa actitud debe ir acompañada de valor civil, de honor, de honestidad, de constancia, ética y de todo nuestro empeño en lo que nos atañe a cada uno.

La honestidad en todos sus términos dicho, significa conducirnos con toda probidad y a exigirle con toda oportunidad a quien también tiene el deber y así conducirse muy en particular aquel servidor público al que nada tiene que regatear, por poco que le parezca los emolumentos que recibe de acuerdo al salario que se le haya fijado, que si no es de su agrado, deje el espacio a otro que si le convenga y no de buscar el modo de, al estar en el cargo público, propicie o exija la dádiva por cumplir con su deber y desde luego, el contribuyente o peticionario de un servicio público que el gobierno debe otorgarnos por ningún motivo o justificación ofrezca o entregue dádiva o servicio alguno a cambio de la atención requerida, cuando así suceda, de inmediato denunciar aquel servidor público que se conduzca con esa actitud incorrecta como lo es la corrupción, ya que será el único modo de combatir esa cultura que tanto perjuicio nos ha ocasionado, la que no podemos dejar de mostrarnos conformes ya que en el contexto mundial tenemos la mala fama de ser un pueblo corrupto, a grado tal que se ha dado el caso de que pillos, por decir alguno, Moreira, exgobernador de Coahuila, que mejor fue investigado por el gobierno Español y nunca por las autoridades mexicanas, ya basta de ser un pueblo tan cobarde que permita los excesos en que incurren los hombres públicos de este país, entre otros, Romero Deschamps, que lidera a los huachicoleros más poderosos de este país.

A mis compañeros abogados les deseo todo lo mejor y les pido que luchemos a brazo partido por hacer que la justicia pronta y gratuita sea una realidad y dejemos el confort de la cobardía y la deshonestidad que innegablemente nos invade al estar consintiendo actos contrarios a lo que establece nuestro derecho positivo y en particular aquí en Jalisco, que magistrados, consejeros y jueces, inclusive hasta el día de hoy exhiben con toda impunidad su deshonesto modo de vivir y de conducirse en su desempeño. ¡Vamos compañeros! cumplamos con nuestra profesión y con el deber cívico y social que la naturaleza de nuestra profesión nos exige.

* Profesor Investigador de la División de Estudios Jurídicos de la UdeG.

locb15@hotmail.com