/ lunes 18 de mayo de 2020

El feminicidio y los otros datos de AMLO

El presidente Andrés Manuel López Obrador asegura que el 90 por ciento de las llamadas que se reciben en el 911 sobre violencia intrafamiliar resultan ser falsas. En España, Italia, Francia y Alemania, países más desarrollados, durante el confinamiento social, salieron a relucir durante y después de éste, casos de violencia en el hogar que estremecieron al mundo.

Solo en el primer trimestre del año, en México los feminicidios crecieron en 1.6 por ciento en comparación con el mismo lapso del 2019. Todavía no llegaba el Covid-19 y el aislamiento social no aplicaba.

Durante ese mismo lapso, de enero a marzo del 2020, un total de 244 mujeres fueron asesinadas.

En Jalisco, solo durante el mes de abril nueve mujeres han perdido la vida de manera violenta y en total en el año van 78. Solo en el mes de enero 22 fueron asesinadas, una de ellas cada 33 horas.

La violencia contra la mujer aumenta, las llamadas de denuncia también y resulta que el 90 por ciento de esos gritos de auxilio ¿son falsos?.

Como las llamadas que anuncian bombas en el metro y resultan bombas, así comparó el primer mandatario de la nación a estos reportes: “No quiero decir que no existe la violencia contra las mujeres, pero el 90 por ciento de las llamadas que registran por violencia contra mujeres son falsas”, dijo.

Y el argumento que dio fue que la familia mexicana es precisamente distinta a las de otros países.

Pero el miedo no….el terror tampoco….estos junto con el machismo arraigado en una sociedad que no ha podido superar y que sale a flote constantemente superan cualquier realidad; por comentarios no solo del hombre sino también de algunas mujeres que consideran esa actitud, ideología o manera de pensar como un legado familiar, parte de una herencia ancestral con la que ellas tienen que acostumbrar a convivir.

Error! y horror!, lo peor que puede hacer nuestra sociedad es acostumbrarse a vivir así y mucho menos a recibir ese tipo de mensajes que, como todos sabemos, hoy representan más que un mandato presidencial, para muchos son casi un mandato que a ciegas hay que seguir, resultado de un evidente fanatismo presidencial.

Y aunque cada día el rebaño es menor y algunos seguidores se quedan en el camino, el temor está en casa y el enemigo también.

Quienes ya eran violentadas, durante los últimos dos meses y de manera forzada han tenido que convivir con su agresor, muchas veces ebrio o drogado o sin suministro con cuál satisfacer su vicio; tensionado, sin dinero, pero sobre todo acostumbrado a asumir cualquier pretexto para convertirse en agresor.

Imagínese que una mujer se anima a denunciar por teléfono y al llegar la patrulla a su casa, quien abre es su pareja. ¿Cree usted que ella se va a animar a denunciar en ese momento lo que realmente sucede?.

El abordaje de la violencia en casa o por los seres más cercanos a la mujer e hijos (pueden ser esposos, concubinos, hijos, nietos, etc) debe manejarse bajo un protocolo distinto, con una intervención decidida, por parte de un Estado convencido de la violencia a la mujer es es encubierta por el silencio, el terror y el miedo de la víctima y muchas de las veces de quienes la rodean.

Y créame, en Jalisco no tenemos mucho que presumir al respecto, más cuando en este gobierno se eliminó el Instituto de la Mujer, se pulverizaron los apoyos y hoy por hoy se intenta mantener una fachada -nada de fondo- para combatir la violencia contra la mujer, con números y no con el cambio de fondo en esa ideología. Jalisco es el sexto lugar entre 32 Estados.

Sin embargo, el mensaje es lo que cuenta y si por principio, como el presidente, desechamos ese 90 por ciento de llamadas, solo estamos promoviendo la impunidad; el ocultamiento de la violencia dentro de cuatro paredes; si, las familias mexicanas son distintas, no han podido superar la barrera de ese machismo arraigado, pero más aún de esa violencia que empieza desde el hogar, que se transmite y forma parte de un testamento que muchos aún no hemos podido romper….y acabar ahí; mucho menos cuando desde la palabra del primer mandatario de la nación se exacerba el tema y se minimiza a las víctimas. Comentarios en @Vicman666 y Victorcho@eloccidental.com.mx

El presidente Andrés Manuel López Obrador asegura que el 90 por ciento de las llamadas que se reciben en el 911 sobre violencia intrafamiliar resultan ser falsas. En España, Italia, Francia y Alemania, países más desarrollados, durante el confinamiento social, salieron a relucir durante y después de éste, casos de violencia en el hogar que estremecieron al mundo.

Solo en el primer trimestre del año, en México los feminicidios crecieron en 1.6 por ciento en comparación con el mismo lapso del 2019. Todavía no llegaba el Covid-19 y el aislamiento social no aplicaba.

Durante ese mismo lapso, de enero a marzo del 2020, un total de 244 mujeres fueron asesinadas.

En Jalisco, solo durante el mes de abril nueve mujeres han perdido la vida de manera violenta y en total en el año van 78. Solo en el mes de enero 22 fueron asesinadas, una de ellas cada 33 horas.

La violencia contra la mujer aumenta, las llamadas de denuncia también y resulta que el 90 por ciento de esos gritos de auxilio ¿son falsos?.

Como las llamadas que anuncian bombas en el metro y resultan bombas, así comparó el primer mandatario de la nación a estos reportes: “No quiero decir que no existe la violencia contra las mujeres, pero el 90 por ciento de las llamadas que registran por violencia contra mujeres son falsas”, dijo.

Y el argumento que dio fue que la familia mexicana es precisamente distinta a las de otros países.

Pero el miedo no….el terror tampoco….estos junto con el machismo arraigado en una sociedad que no ha podido superar y que sale a flote constantemente superan cualquier realidad; por comentarios no solo del hombre sino también de algunas mujeres que consideran esa actitud, ideología o manera de pensar como un legado familiar, parte de una herencia ancestral con la que ellas tienen que acostumbrar a convivir.

Error! y horror!, lo peor que puede hacer nuestra sociedad es acostumbrarse a vivir así y mucho menos a recibir ese tipo de mensajes que, como todos sabemos, hoy representan más que un mandato presidencial, para muchos son casi un mandato que a ciegas hay que seguir, resultado de un evidente fanatismo presidencial.

Y aunque cada día el rebaño es menor y algunos seguidores se quedan en el camino, el temor está en casa y el enemigo también.

Quienes ya eran violentadas, durante los últimos dos meses y de manera forzada han tenido que convivir con su agresor, muchas veces ebrio o drogado o sin suministro con cuál satisfacer su vicio; tensionado, sin dinero, pero sobre todo acostumbrado a asumir cualquier pretexto para convertirse en agresor.

Imagínese que una mujer se anima a denunciar por teléfono y al llegar la patrulla a su casa, quien abre es su pareja. ¿Cree usted que ella se va a animar a denunciar en ese momento lo que realmente sucede?.

El abordaje de la violencia en casa o por los seres más cercanos a la mujer e hijos (pueden ser esposos, concubinos, hijos, nietos, etc) debe manejarse bajo un protocolo distinto, con una intervención decidida, por parte de un Estado convencido de la violencia a la mujer es es encubierta por el silencio, el terror y el miedo de la víctima y muchas de las veces de quienes la rodean.

Y créame, en Jalisco no tenemos mucho que presumir al respecto, más cuando en este gobierno se eliminó el Instituto de la Mujer, se pulverizaron los apoyos y hoy por hoy se intenta mantener una fachada -nada de fondo- para combatir la violencia contra la mujer, con números y no con el cambio de fondo en esa ideología. Jalisco es el sexto lugar entre 32 Estados.

Sin embargo, el mensaje es lo que cuenta y si por principio, como el presidente, desechamos ese 90 por ciento de llamadas, solo estamos promoviendo la impunidad; el ocultamiento de la violencia dentro de cuatro paredes; si, las familias mexicanas son distintas, no han podido superar la barrera de ese machismo arraigado, pero más aún de esa violencia que empieza desde el hogar, que se transmite y forma parte de un testamento que muchos aún no hemos podido romper….y acabar ahí; mucho menos cuando desde la palabra del primer mandatario de la nación se exacerba el tema y se minimiza a las víctimas. Comentarios en @Vicman666 y Victorcho@eloccidental.com.mx