/ lunes 4 de marzo de 2019

El dilema del PRI y sus protagonistas

El cambio de dirigencia del Comité Ejecutivo Nacional del PRI está en puerta, ello va a definir su recuperación o su definitiva extinción, se van a desbordar los aspirantes, por lo pronto alzan la mano: Ivonne Ortega, Ulises Ruiz, Alejandro Moreno, Miguel Ángel Osorio Chong, José Narro, otros que en algún momento con anterioridad manifestaron sus aspiraciones, que son reservados y muy prudentes, que hoy no han declarado nada aún.

Lo que gozan de simpatía son René Juárez Cisneros, Ismael Hernández Deras, pero también hay personajes que son conocidos por su prudencia y seriedad que por supuesto ni por asomo o casualidad han manifestado ninguna aspiración, pero gozan de respeto y simpatía y ahí están: Enrique Burgos, Enrique de La Madrid, Adriana Fuentes Tellez, Celso Delgado, Beatriz Pagés, Miguel Sadot Sánchez Carreño, Ana Lilia Herrera Anzaldo, Natividad González Parás, Lilia Merodio, Jorge Carlos Hurtado, Florentino Castro, David Penchyna Group, José Encarnación Alfaro, María Esther Sherman Leaño, Miguel Alonso, Luis Antonio Muñoz, Rosalina Mazari y Patricio Martínez García. Otros más que por su vinculación con diversos actores y que suman grupos pero que su disciplina partidista los hace solo participar si realmente consideran que tienen posibilidades reales, sino ni siquiera lo intentan, pero son cuadros destacados a considerar: Héctor Gutiérrez de la Garza, Narcedalia Ramírez, José Calzada y Ramiro Ramos.

Llegarán quienes logren más alianzas, que tengan mejor proyecto, calidad, moral, simpatía, reconocimiento de la militancia y hacia a fuera no estén muy vinculados a presidentes priístas recientes, por la credibilidad que restarían a sus postulaciones y al PRI, pero que convenzan y sean un real contrapeso frente al actual Gobierno y no se ve todavía a nadie, que aproveche los errores del presidente López Obrador, de igual manera que como él, sí aprovechó los errores de los gobiernos priistas y panistas.

Lo más importante será, que no estén pensando en usar de trampolín al PRI para ser candidatos presidencia. Por las anteriores experiencias en el PRI y en el PAN quien aspire a ser candidato presidencial para la próxima elección, debe tener identificación plena con quien llegue al CEN para que llegue el Partido como equipo no con cacicazgos que sólo sembrarán división.

El PRI necesita caras nuevas, tampoco cachorros, verdaderamente nuevas, de aquellos a los que se les ha dicho “disciplínate, a la otra vas tú” y nunca se les cumple. Debe ser alguien que la ciudadanía no identifique como beneficiarios del revolucionario, que convenza y sea contrapeso verdadero y que sepa transitar en aguas turbulentas. Pueden ser viejos priistas que han sido olvidados o que habiendo ocupado cargos, han sido relegados, o algunos que no tanto. Que no estén muy identificados con camarillas, pero que los agrupen, hay que mirar a todos los ex de todo: exgobernadores, viejos fieles militantes como Nancy Cárdenas, Martha Solis, Severo López Mestre, Alfredo Ríos Camarena, Everardo Moreno, que suman y pudieran formar parte de un comité de auscultación y opinión, con todos los ex de todo, olvidados o en retiro obligado o “voluntario”.

La nueva dirigencia debe ser firme, clara, valiente y combativa, inteligente y capaz, con estrategia novedosa, revolucionaria en el sentido evolutivo y propositivo, que reforme, transforme y modernice a su instituto político, que haga que sea una opción para los priístas y para los electores de fuera.


sadot16@hotmail.com

El cambio de dirigencia del Comité Ejecutivo Nacional del PRI está en puerta, ello va a definir su recuperación o su definitiva extinción, se van a desbordar los aspirantes, por lo pronto alzan la mano: Ivonne Ortega, Ulises Ruiz, Alejandro Moreno, Miguel Ángel Osorio Chong, José Narro, otros que en algún momento con anterioridad manifestaron sus aspiraciones, que son reservados y muy prudentes, que hoy no han declarado nada aún.

Lo que gozan de simpatía son René Juárez Cisneros, Ismael Hernández Deras, pero también hay personajes que son conocidos por su prudencia y seriedad que por supuesto ni por asomo o casualidad han manifestado ninguna aspiración, pero gozan de respeto y simpatía y ahí están: Enrique Burgos, Enrique de La Madrid, Adriana Fuentes Tellez, Celso Delgado, Beatriz Pagés, Miguel Sadot Sánchez Carreño, Ana Lilia Herrera Anzaldo, Natividad González Parás, Lilia Merodio, Jorge Carlos Hurtado, Florentino Castro, David Penchyna Group, José Encarnación Alfaro, María Esther Sherman Leaño, Miguel Alonso, Luis Antonio Muñoz, Rosalina Mazari y Patricio Martínez García. Otros más que por su vinculación con diversos actores y que suman grupos pero que su disciplina partidista los hace solo participar si realmente consideran que tienen posibilidades reales, sino ni siquiera lo intentan, pero son cuadros destacados a considerar: Héctor Gutiérrez de la Garza, Narcedalia Ramírez, José Calzada y Ramiro Ramos.

Llegarán quienes logren más alianzas, que tengan mejor proyecto, calidad, moral, simpatía, reconocimiento de la militancia y hacia a fuera no estén muy vinculados a presidentes priístas recientes, por la credibilidad que restarían a sus postulaciones y al PRI, pero que convenzan y sean un real contrapeso frente al actual Gobierno y no se ve todavía a nadie, que aproveche los errores del presidente López Obrador, de igual manera que como él, sí aprovechó los errores de los gobiernos priistas y panistas.

Lo más importante será, que no estén pensando en usar de trampolín al PRI para ser candidatos presidencia. Por las anteriores experiencias en el PRI y en el PAN quien aspire a ser candidato presidencial para la próxima elección, debe tener identificación plena con quien llegue al CEN para que llegue el Partido como equipo no con cacicazgos que sólo sembrarán división.

El PRI necesita caras nuevas, tampoco cachorros, verdaderamente nuevas, de aquellos a los que se les ha dicho “disciplínate, a la otra vas tú” y nunca se les cumple. Debe ser alguien que la ciudadanía no identifique como beneficiarios del revolucionario, que convenza y sea contrapeso verdadero y que sepa transitar en aguas turbulentas. Pueden ser viejos priistas que han sido olvidados o que habiendo ocupado cargos, han sido relegados, o algunos que no tanto. Que no estén muy identificados con camarillas, pero que los agrupen, hay que mirar a todos los ex de todo: exgobernadores, viejos fieles militantes como Nancy Cárdenas, Martha Solis, Severo López Mestre, Alfredo Ríos Camarena, Everardo Moreno, que suman y pudieran formar parte de un comité de auscultación y opinión, con todos los ex de todo, olvidados o en retiro obligado o “voluntario”.

La nueva dirigencia debe ser firme, clara, valiente y combativa, inteligente y capaz, con estrategia novedosa, revolucionaria en el sentido evolutivo y propositivo, que reforme, transforme y modernice a su instituto político, que haga que sea una opción para los priístas y para los electores de fuera.


sadot16@hotmail.com