/ martes 9 de febrero de 2021

El Covid-19 y las substancias disruptoras endocrinas

La comunidad científica asocia estas sustancias tóxicas a un mayor riesgo de diabetes, obesidad, enfermedades cardíacas, presión arterial alta, inmunidad reducida y otros problemas vinculados a una mayor fragilidad ante el virus.

Los expertos están diciendo: El virus en sí, no explica totalmente la mortalidad, sino que es el virus asociado al organismo debilitado por diferentes factores. Entre ellos, la exposición a disruptores endocrinos”. Los efectos que causan estas sustancias tóxicas, han alertado acerca del modo en el que tales contaminantes pueden estar contribuyendo hoy a un agravamiento del azote por el Covid 19. La exposición a ellas que "se disfrazan de hormonas, “es capaz de actuar a bajas concentraciones y es generalizada. Ya las tienen en sus cuerpos la mayor parte de los habitantes del mundo desarrollado. Nos exponemos a ellos a través de la comida, el agua, el aire que respiramos e infinidad de productos de la vida cotidiana. Están presentes en los alimentos, en forma, por ejemplo, de residuos de pesticidas o de aditivos, pero también en plásticos, en productos de aseo personal y cosmética. Mientras más tempranamente en la vida ocurra la disrupción endocrina, más grave y permanente es el daño. Las enfermedades y afecciones de salud como; (diabetes, obesidad, enfermedades y disfunciones del sistema circulatorio y enfermedades respiratorias) han sido vinculadas a la exposición de una variedad de compuestos disruptores endocrinos. Una serie de enfermedades tienen componentes genéticos y ambientales, “no podemos cambiar nuestros genes, pero sí podemos cambiar nuestro entorno". La Endocrine Society, la asociación profesional más grande del mundo de Médicos endocrinólogos y de investigación, considera reducir los impactos de los químicos que alteran el sistema endocrino como uno de sus objetivos más altos de salud pública.

Las sustancias disruptivas endocrinas, pueden interferir con el funcionamiento normal de las hormonas involucradas en la comunicación celular, incluida la regulación de las respuestas inmunes y la inflamación". Un factor en el que se uniría no solo la presencia de una serie de sustancias perjudiciales, sino también la menor presencia de otras beneficiosas. Un factor muy negativo sería la dieta estándar de los Países desarrollados, basada en productos que suelen tener una serie de características muy desfavorables: ultras procesados, de bajo coste, con pocos nutrientes, mucho azúcar y repletos de aditivos. Es importante que el organismo cuente con un adecuado nivel de presencia de una serie de nutrientes y antioxidantes (como vitaminas, proteínas, ácidos grasos antiinflamatorios, minerales y micronutrientes) que se encuentran en los alimentos integrales -verduras, frutas, nueces, granos integrales, etc., pero de los que suelen carecer en mayor medida los alimentos procesados. La contaminación con sustancias tóxicas alteradoras hormonales se combina con la falta de antioxidantes para propiciar una excesiva respuesta inflamatoria y esta “enorme respuesta inflamatoria al nuevo coronavirus” es causa de mortalidad en individuos susceptibles.

Se aconseja entonces, una serie de cambios en el modo de vida que podrían mejorar el panorama futuro: aumentar el consumo de alimentos frescos o congelados más ricos en nutrientes y que, por supuesto, no contengan sustancias tóxicas alteradoras hormonales; beber agua sin presencia de contaminantes; mejorar el sueño; combatir el estrés y hacer más ejercicio.

Médico jefe del Servicio de Endocrinología del Antiguo Hospital Civil “Fray Antonio Alcalde” Profesor Honorario de la Clínica de Endocrinología en la Carrera de Medicina del CUCS de la UDG E-mail: hegovidrio@hotmail.com

La comunidad científica asocia estas sustancias tóxicas a un mayor riesgo de diabetes, obesidad, enfermedades cardíacas, presión arterial alta, inmunidad reducida y otros problemas vinculados a una mayor fragilidad ante el virus.

Los expertos están diciendo: El virus en sí, no explica totalmente la mortalidad, sino que es el virus asociado al organismo debilitado por diferentes factores. Entre ellos, la exposición a disruptores endocrinos”. Los efectos que causan estas sustancias tóxicas, han alertado acerca del modo en el que tales contaminantes pueden estar contribuyendo hoy a un agravamiento del azote por el Covid 19. La exposición a ellas que "se disfrazan de hormonas, “es capaz de actuar a bajas concentraciones y es generalizada. Ya las tienen en sus cuerpos la mayor parte de los habitantes del mundo desarrollado. Nos exponemos a ellos a través de la comida, el agua, el aire que respiramos e infinidad de productos de la vida cotidiana. Están presentes en los alimentos, en forma, por ejemplo, de residuos de pesticidas o de aditivos, pero también en plásticos, en productos de aseo personal y cosmética. Mientras más tempranamente en la vida ocurra la disrupción endocrina, más grave y permanente es el daño. Las enfermedades y afecciones de salud como; (diabetes, obesidad, enfermedades y disfunciones del sistema circulatorio y enfermedades respiratorias) han sido vinculadas a la exposición de una variedad de compuestos disruptores endocrinos. Una serie de enfermedades tienen componentes genéticos y ambientales, “no podemos cambiar nuestros genes, pero sí podemos cambiar nuestro entorno". La Endocrine Society, la asociación profesional más grande del mundo de Médicos endocrinólogos y de investigación, considera reducir los impactos de los químicos que alteran el sistema endocrino como uno de sus objetivos más altos de salud pública.

Las sustancias disruptivas endocrinas, pueden interferir con el funcionamiento normal de las hormonas involucradas en la comunicación celular, incluida la regulación de las respuestas inmunes y la inflamación". Un factor en el que se uniría no solo la presencia de una serie de sustancias perjudiciales, sino también la menor presencia de otras beneficiosas. Un factor muy negativo sería la dieta estándar de los Países desarrollados, basada en productos que suelen tener una serie de características muy desfavorables: ultras procesados, de bajo coste, con pocos nutrientes, mucho azúcar y repletos de aditivos. Es importante que el organismo cuente con un adecuado nivel de presencia de una serie de nutrientes y antioxidantes (como vitaminas, proteínas, ácidos grasos antiinflamatorios, minerales y micronutrientes) que se encuentran en los alimentos integrales -verduras, frutas, nueces, granos integrales, etc., pero de los que suelen carecer en mayor medida los alimentos procesados. La contaminación con sustancias tóxicas alteradoras hormonales se combina con la falta de antioxidantes para propiciar una excesiva respuesta inflamatoria y esta “enorme respuesta inflamatoria al nuevo coronavirus” es causa de mortalidad en individuos susceptibles.

Se aconseja entonces, una serie de cambios en el modo de vida que podrían mejorar el panorama futuro: aumentar el consumo de alimentos frescos o congelados más ricos en nutrientes y que, por supuesto, no contengan sustancias tóxicas alteradoras hormonales; beber agua sin presencia de contaminantes; mejorar el sueño; combatir el estrés y hacer más ejercicio.

Médico jefe del Servicio de Endocrinología del Antiguo Hospital Civil “Fray Antonio Alcalde” Profesor Honorario de la Clínica de Endocrinología en la Carrera de Medicina del CUCS de la UDG E-mail: hegovidrio@hotmail.com