/ martes 11 de junio de 2019

El correo no tiene quien le escriba

En el abandono total y casi me atrevo a decirlo: por la pasión de quienes trabajan ahí, es que el servicio postal Mexicano subsiste, trabaja y funciona.

En lo que va de este sexenio, y en las “mañaneras” el presidente López Obrador no ha hablado del presente ni del futuro de correos de México, quizá porque el Ejecutivo no escribe cartas, o no tiene quién le escriba, pero lo sorprendente, es que en su sistema de transformar al país en base a personajes e idearios históricos, el correo no esté formando parte de su cuarta transformación.

Actualmente el servicio que se presta es deficiente, quienes laboran ahí hablan de un total descuido administrativo, las oficinas lucen abandonas, sucias; los buzones en las calles y avenidas están abandonados y los ciudadanos depositan ahí basura, confundiéndolos con botes para ese fin. Ya no hay usuarios de los apartados postales y hay muy poca, nula pues correspondencia de antaño: la carta de persona a persona.

Al correo también se le señala de poca honestidad, hay usuarios que constantemente señalan al servicio como quien no entrega paquetería, básicamente mercancía que llega de China y que fue adquirida por internet, o en otros casos, que los paquetes llegan dañados y eso sí, muy tarde.

Los carteros sin embargo, hoy tienen que poner de su bolsa para la gasolina y para las reparaciones del vehículo asignado, pues no hay presupuesto para ello, para quienes entregan cartas a diario confían en que las cosas cambiarán, porque es su vida, su vocación, heredada de muchos de sus padres, abuelos y hasta bisabuelos.

El correo en México tiene todo para ser competitivo: oficinas en prácticamente todo el territorio nacional, hasta en esos, los municipios más escondidos, y hoy en día se mueven millones de paquetes, pero la gran mayoría a través de las empresas cuyas marcas garantizan entregas de hasta 24 horas. Además cuenta con personal que sabe perfectamente las direcciones, y los códigos postales, así como el reconocimiento internacional al ser un ente de comunicación gubernamental.

A correos le hace falta actualizar la logística, un sistema de comunicación entre las oficinas y renovar sus costos, para el gobierno federal pudiera ser motivo de incentivar mediante un concurso la renovación de este servicio y llevarlo a niveles competitivos, hacerlo rentable pues y generar empleo para los perfiles de: Tecnologías de la información, logística, aduana, tráfico, etc. Incluso involucrando a terceros como centros receptores: tiendas de abarrotes, kioscos en centros comerciales, tiendas de artículos para oficina y apps para recoger a domicilio, y es que los carteros se mueven por sectores y ello hace más fácil, incluso por horario el que el cartero llegue al destino tanto de recolección como de entrega, como sucede por ejemplo en Estados Unidos.

Incluso en materia de empleo, pueden existir temporadas con contrataciones eventuales, como puede ser la época de navidad, donde se puede cargar el trabajo, y ello puede ser un voto de confianza para las entregas que en el pasado se volvían perdidas.

Las idas pues están ahí considerando el enorme potencial que existe, y tomando en cuenta que la tarjeta navideña puede llegar 2 meses o más tarde, la postal hasta con 6 meses de retraso, pero el recibo telefónico, las foto infracciones y hasta los avisos del IMSS siempre llegan a tiempo, por lo que se puede percibir que es sólo priorizar, porque mercado hay… pero lo lamentable es que para que suceda necesitamos tener un presidente con visión real… pero el que tenemos, no tiene quien le escriba.

En el abandono total y casi me atrevo a decirlo: por la pasión de quienes trabajan ahí, es que el servicio postal Mexicano subsiste, trabaja y funciona.

En lo que va de este sexenio, y en las “mañaneras” el presidente López Obrador no ha hablado del presente ni del futuro de correos de México, quizá porque el Ejecutivo no escribe cartas, o no tiene quién le escriba, pero lo sorprendente, es que en su sistema de transformar al país en base a personajes e idearios históricos, el correo no esté formando parte de su cuarta transformación.

Actualmente el servicio que se presta es deficiente, quienes laboran ahí hablan de un total descuido administrativo, las oficinas lucen abandonas, sucias; los buzones en las calles y avenidas están abandonados y los ciudadanos depositan ahí basura, confundiéndolos con botes para ese fin. Ya no hay usuarios de los apartados postales y hay muy poca, nula pues correspondencia de antaño: la carta de persona a persona.

Al correo también se le señala de poca honestidad, hay usuarios que constantemente señalan al servicio como quien no entrega paquetería, básicamente mercancía que llega de China y que fue adquirida por internet, o en otros casos, que los paquetes llegan dañados y eso sí, muy tarde.

Los carteros sin embargo, hoy tienen que poner de su bolsa para la gasolina y para las reparaciones del vehículo asignado, pues no hay presupuesto para ello, para quienes entregan cartas a diario confían en que las cosas cambiarán, porque es su vida, su vocación, heredada de muchos de sus padres, abuelos y hasta bisabuelos.

El correo en México tiene todo para ser competitivo: oficinas en prácticamente todo el territorio nacional, hasta en esos, los municipios más escondidos, y hoy en día se mueven millones de paquetes, pero la gran mayoría a través de las empresas cuyas marcas garantizan entregas de hasta 24 horas. Además cuenta con personal que sabe perfectamente las direcciones, y los códigos postales, así como el reconocimiento internacional al ser un ente de comunicación gubernamental.

A correos le hace falta actualizar la logística, un sistema de comunicación entre las oficinas y renovar sus costos, para el gobierno federal pudiera ser motivo de incentivar mediante un concurso la renovación de este servicio y llevarlo a niveles competitivos, hacerlo rentable pues y generar empleo para los perfiles de: Tecnologías de la información, logística, aduana, tráfico, etc. Incluso involucrando a terceros como centros receptores: tiendas de abarrotes, kioscos en centros comerciales, tiendas de artículos para oficina y apps para recoger a domicilio, y es que los carteros se mueven por sectores y ello hace más fácil, incluso por horario el que el cartero llegue al destino tanto de recolección como de entrega, como sucede por ejemplo en Estados Unidos.

Incluso en materia de empleo, pueden existir temporadas con contrataciones eventuales, como puede ser la época de navidad, donde se puede cargar el trabajo, y ello puede ser un voto de confianza para las entregas que en el pasado se volvían perdidas.

Las idas pues están ahí considerando el enorme potencial que existe, y tomando en cuenta que la tarjeta navideña puede llegar 2 meses o más tarde, la postal hasta con 6 meses de retraso, pero el recibo telefónico, las foto infracciones y hasta los avisos del IMSS siempre llegan a tiempo, por lo que se puede percibir que es sólo priorizar, porque mercado hay… pero lo lamentable es que para que suceda necesitamos tener un presidente con visión real… pero el que tenemos, no tiene quien le escriba.