/ miércoles 28 de octubre de 2020

El botoncito

Abel Campirano Marin

Al principio, se determinó que se aplicaría, cuando la saturación del sistema hospitalario llegara al 50% y en caso de que la tasa de incidencia semanal por fecha de inicio de síntomas alcanzara los 400 casos y luego se fueron matizando condiciones y consecuencias con la esperanza de que la sociedad obedeciera.

Varios meses en la zozobra con el "botón de emergencia" concebido para suspender actividades durante 14 días exceptuando los sectores de salud, seguridad, gasolineras, supermercados, tiendas de conveniencia, abarrotes y abasto de alimentos.

El pasado lunes teníamos saturadas 4 clínicas y promedios de contagios de 900 personas; finalmente las cosas caen por su propio peso. El juego de "lo aprieto o no" llega a su fin.

Un gobierno de advertencias y una sociedad sorda, desobediente, reticente incrédula y hasta majadera cuando alguien, incluso miembros del sector salud se atreven a pedirle comedidamente que se ponga el cubrebocas.

Este tema, el del cubrebocas, ha sido todo un caso; muestra del capricho y la necedad a su máxima expresión. El Subsecretario de Salud, el Doctor Hugo López Gatell, un día cuestiona su uso argumentando que no hay evidencia médica que revele que evita los contagios y en otra oportunidad recomienda su uso para reducir la posibilidad de dichos contagios en un mensaje contradictorio e incongruente mientras la OMS dice que hay que usarlo.

El Presidente López Obrador, desde que se inició la Pandemia no la tomó en serio; exhortaba a la gente a abrazarse, hizo mofa de la gravedad del Covid19 con sus detentes, estampitas y tréboles que solo sirvieron de combustible a las críticas incendiarias de sus detractores; el propio Presidente ha contribuido al desorden social y no precisamente de forma involuntaria porque cada vez que puede, se aparece en público en conferencias, giras o reuniones sin el controvertido aditamento quizá con el afán de generar un halo de inmunidad aparente, pero lo que realmente ocasiona es un daño social porque muchas, muchísimas personas se escudan en no usarlo "porque el Presidente no lo usa ni Gatell tampoco"

En medio de la polémica respecto a la separación del pacto federal de 10 estados de la república que se quejan de no recibir un trato al menos igualitario por parte del gobierno federal al que tiene hacia los estados del sur creando una falsa concepción de dos Países en un solo territorio: México del Centro-Norte y México del Sur, con los problemas de la cancelación de los Fideicomisos, el circo de las elecciones internas de Morena, el sainete de la infortunada de Rosario Robles, con estados en semáforo verde (Campeche) y en semáforo Rojo (Chihuahua) en Jalisco se nos tuvo como a los niños jugando a que dizque nos ponían el botón en el país entero solo se escucha el rechinar de dientes de unos y otros, porque la verdad es que existe una profunda división. No hay medianías, o estás con Andrés Manuel o contra él. Y con esto de la Pandemia se han exacerbado las divisiones.

Es verdad que el costo político que engendra una actitud represiva es muy alto, pero a grandes males grandes remedios; aquí en Jalisco en concreto, si la gente no entiende con la advertencia del botoncito y los contagios y las muertes van creciendo, es mucho mayor la responsabilidad de quienes nos gobiernan de evitar que se incremente el numero de fallecidos y pronto tengamos escenas dantescas, que andarse preocupando por convencer a la gente de cuidarse con el uso del cubrebocas, la sana distancia, el gel antibacterial, el lavado de manos y el evitar las aglomeraciones so pena de la aplicación del botoncito.

Ahora se presenta la nueva oportunidad de cortar la cadena de contagios, con restricciones diversas aplicadas durante dos fines de semana pero será bastante? se irán a cumplir las restricciones? Que hará el Gobierno con los desobedientes? Le hará caso la sociedad rebelde e inmadura?

Necesitamos madurar como sociedad, ser obedientes a las indicaciones, tomar las cosas con seriedad y no andar jugando a que me aplicas o no me aplicas el mentado botoncito.

El tiempo irá poniendo las cosas en su lugar, y mientras tanto espero que usted que es uno de mis apreciados lectores sea juicioso: póngase el cubrebocas, lávese las manos tanto como pueda; guarde una prudente distancia con las demás personas, no salga de su casa si no tiene una necesidad ingente de hacerlo y esté al tanto de las noticias. Cuídese usted, no espere que otros lo hagan por usted. No lo van a hacer. Cuídese!

Tweeter" @CampiranoWolff

Abel Campirano Marin

Al principio, se determinó que se aplicaría, cuando la saturación del sistema hospitalario llegara al 50% y en caso de que la tasa de incidencia semanal por fecha de inicio de síntomas alcanzara los 400 casos y luego se fueron matizando condiciones y consecuencias con la esperanza de que la sociedad obedeciera.

Varios meses en la zozobra con el "botón de emergencia" concebido para suspender actividades durante 14 días exceptuando los sectores de salud, seguridad, gasolineras, supermercados, tiendas de conveniencia, abarrotes y abasto de alimentos.

El pasado lunes teníamos saturadas 4 clínicas y promedios de contagios de 900 personas; finalmente las cosas caen por su propio peso. El juego de "lo aprieto o no" llega a su fin.

Un gobierno de advertencias y una sociedad sorda, desobediente, reticente incrédula y hasta majadera cuando alguien, incluso miembros del sector salud se atreven a pedirle comedidamente que se ponga el cubrebocas.

Este tema, el del cubrebocas, ha sido todo un caso; muestra del capricho y la necedad a su máxima expresión. El Subsecretario de Salud, el Doctor Hugo López Gatell, un día cuestiona su uso argumentando que no hay evidencia médica que revele que evita los contagios y en otra oportunidad recomienda su uso para reducir la posibilidad de dichos contagios en un mensaje contradictorio e incongruente mientras la OMS dice que hay que usarlo.

El Presidente López Obrador, desde que se inició la Pandemia no la tomó en serio; exhortaba a la gente a abrazarse, hizo mofa de la gravedad del Covid19 con sus detentes, estampitas y tréboles que solo sirvieron de combustible a las críticas incendiarias de sus detractores; el propio Presidente ha contribuido al desorden social y no precisamente de forma involuntaria porque cada vez que puede, se aparece en público en conferencias, giras o reuniones sin el controvertido aditamento quizá con el afán de generar un halo de inmunidad aparente, pero lo que realmente ocasiona es un daño social porque muchas, muchísimas personas se escudan en no usarlo "porque el Presidente no lo usa ni Gatell tampoco"

En medio de la polémica respecto a la separación del pacto federal de 10 estados de la república que se quejan de no recibir un trato al menos igualitario por parte del gobierno federal al que tiene hacia los estados del sur creando una falsa concepción de dos Países en un solo territorio: México del Centro-Norte y México del Sur, con los problemas de la cancelación de los Fideicomisos, el circo de las elecciones internas de Morena, el sainete de la infortunada de Rosario Robles, con estados en semáforo verde (Campeche) y en semáforo Rojo (Chihuahua) en Jalisco se nos tuvo como a los niños jugando a que dizque nos ponían el botón en el país entero solo se escucha el rechinar de dientes de unos y otros, porque la verdad es que existe una profunda división. No hay medianías, o estás con Andrés Manuel o contra él. Y con esto de la Pandemia se han exacerbado las divisiones.

Es verdad que el costo político que engendra una actitud represiva es muy alto, pero a grandes males grandes remedios; aquí en Jalisco en concreto, si la gente no entiende con la advertencia del botoncito y los contagios y las muertes van creciendo, es mucho mayor la responsabilidad de quienes nos gobiernan de evitar que se incremente el numero de fallecidos y pronto tengamos escenas dantescas, que andarse preocupando por convencer a la gente de cuidarse con el uso del cubrebocas, la sana distancia, el gel antibacterial, el lavado de manos y el evitar las aglomeraciones so pena de la aplicación del botoncito.

Ahora se presenta la nueva oportunidad de cortar la cadena de contagios, con restricciones diversas aplicadas durante dos fines de semana pero será bastante? se irán a cumplir las restricciones? Que hará el Gobierno con los desobedientes? Le hará caso la sociedad rebelde e inmadura?

Necesitamos madurar como sociedad, ser obedientes a las indicaciones, tomar las cosas con seriedad y no andar jugando a que me aplicas o no me aplicas el mentado botoncito.

El tiempo irá poniendo las cosas en su lugar, y mientras tanto espero que usted que es uno de mis apreciados lectores sea juicioso: póngase el cubrebocas, lávese las manos tanto como pueda; guarde una prudente distancia con las demás personas, no salga de su casa si no tiene una necesidad ingente de hacerlo y esté al tanto de las noticias. Cuídese usted, no espere que otros lo hagan por usted. No lo van a hacer. Cuídese!

Tweeter" @CampiranoWolff