/ martes 26 de noviembre de 2019

Educar con filosofía

Ser profesor es una de las grandes vocaciones que se deben de descubrir por los caminos de la vida, donde el profesor en estos momentos representa un mundo de enseñanza y una realidad de aprendizajes, así tenemos en el llamado de profesor a personas que nos marcan los caminos de la vida, que generación tras generación nunca olvidan sus técnicas didácticas de la enseñanza y mucho menos las ciencias de la educación en los aprehenderes (sic), que en estos momentos son parte fundamental con la reforma educativa.

Con la educación formamos a los hombres que transitan por el tiempo y el espacio que a diario se convierten en espacios áulicos dentro de los salones de clases.

Asimismo los espacios se determinan en el tiempo desde la hora clase hasta las unidades de aprendizaje en planes y proyectos pedagógicos en la enseñanza.

Los profesores siempre están sujetos a reconocimientos por parte de los alumnos o a los desconocimientos por parte de los mismos, la sociedad les aplaude o los recrimina, el profesor en estos momentos se involucra en las comunidades que el mismo ha motivado para su desarrollo con los alumnos y padres de familia, de él depende la aprobación o reprobación de los alumnos y de los alumnos el aprovechamiento escolar donde lo único que hace el profesor es difundir las ciencias, el arte y la cultura.

El profesor tiene su recompensa, una recompensa que se da con el sentimiento de gratitud cuando los alumnos son capaces de decir “gracias profesor”, y el profesor con su vocación docente solamente asume la mística de compartir el conocimiento, enseñando con el ejemplo y aprendiendo con la discusión áulica, al profesor no le interesa si los alumnos que formó en su vida docente en el futuro son abogados, políticos, sacerdotes o padres de familia, el profesor formó sin esperar recompensa, él solamente fue un formador que se ha basado en la ciencia de la educación, en valores, en civismo, lo que le ha permitido trasmitir su experiencia de educador hacia los jóvenes, desde las ciencias exactas hasta las ciencias sociales, despertando el conocimiento de la filosofía y de las matemáticas.

Los valores siguen siendo parte fundamental en el transitar de la vida, no obstante existan dentro de este mundo situaciones que entrampan al hombre y que son adversas al proceso educativo, como el crimen organizado que rompe los esquemas éticos y cívicos dentro del proceso educativo.

El profesor de nuestro sistema educativo se convierte en un profesional de las ciencias de la educación, en un formador de formadores desde el preescolar hasta la educación superior conviviendo con los jóvenes estudiantes su madurez intelectual y sobre todo motivando por siempre a leer y a escribir.

* Profesor de Derecho.

* Miembro del Observatorio sobre Justicia y Seguridad de la Universidad de Guadalajara

* Miembro fundador de la Asociación Nacional de Doctores en Derecho. Capítulo Jalisco

antonio_dejesus@hotmail.com

twitter@mendozaAntoio

Ser profesor es una de las grandes vocaciones que se deben de descubrir por los caminos de la vida, donde el profesor en estos momentos representa un mundo de enseñanza y una realidad de aprendizajes, así tenemos en el llamado de profesor a personas que nos marcan los caminos de la vida, que generación tras generación nunca olvidan sus técnicas didácticas de la enseñanza y mucho menos las ciencias de la educación en los aprehenderes (sic), que en estos momentos son parte fundamental con la reforma educativa.

Con la educación formamos a los hombres que transitan por el tiempo y el espacio que a diario se convierten en espacios áulicos dentro de los salones de clases.

Asimismo los espacios se determinan en el tiempo desde la hora clase hasta las unidades de aprendizaje en planes y proyectos pedagógicos en la enseñanza.

Los profesores siempre están sujetos a reconocimientos por parte de los alumnos o a los desconocimientos por parte de los mismos, la sociedad les aplaude o los recrimina, el profesor en estos momentos se involucra en las comunidades que el mismo ha motivado para su desarrollo con los alumnos y padres de familia, de él depende la aprobación o reprobación de los alumnos y de los alumnos el aprovechamiento escolar donde lo único que hace el profesor es difundir las ciencias, el arte y la cultura.

El profesor tiene su recompensa, una recompensa que se da con el sentimiento de gratitud cuando los alumnos son capaces de decir “gracias profesor”, y el profesor con su vocación docente solamente asume la mística de compartir el conocimiento, enseñando con el ejemplo y aprendiendo con la discusión áulica, al profesor no le interesa si los alumnos que formó en su vida docente en el futuro son abogados, políticos, sacerdotes o padres de familia, el profesor formó sin esperar recompensa, él solamente fue un formador que se ha basado en la ciencia de la educación, en valores, en civismo, lo que le ha permitido trasmitir su experiencia de educador hacia los jóvenes, desde las ciencias exactas hasta las ciencias sociales, despertando el conocimiento de la filosofía y de las matemáticas.

Los valores siguen siendo parte fundamental en el transitar de la vida, no obstante existan dentro de este mundo situaciones que entrampan al hombre y que son adversas al proceso educativo, como el crimen organizado que rompe los esquemas éticos y cívicos dentro del proceso educativo.

El profesor de nuestro sistema educativo se convierte en un profesional de las ciencias de la educación, en un formador de formadores desde el preescolar hasta la educación superior conviviendo con los jóvenes estudiantes su madurez intelectual y sobre todo motivando por siempre a leer y a escribir.

* Profesor de Derecho.

* Miembro del Observatorio sobre Justicia y Seguridad de la Universidad de Guadalajara

* Miembro fundador de la Asociación Nacional de Doctores en Derecho. Capítulo Jalisco

antonio_dejesus@hotmail.com

twitter@mendozaAntoio