/ martes 12 de mayo de 2020

Educación y coronavirus

El coronavirus como epidemia mundial viajo desde China a Europa, de Europa a Estados Unidos y de Estados Unidos a México, como una epidemia de enfermedad respiratoria que ha afectado a los seres humanos y a la economía mundial rompiendo las cadenas productivas en la relación trabajo-empresa y comercio.

En México entre las voces de contingencia y emergencia, despidos injustificados ante la negativa de los convenios de los empresarios y los trabajadores, unos tratando de pagar el salario mínimo para conservar la fuente de empleo y las prestaciones sociales ante el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (INFONAVIT), el Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR), así como los servicios médicos ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), otros cerrando sus empresas y despidiendo a los trabajadores que son el sustento de la familia y que sin salario hacen de su vida un valle de lágrimas buscando trabajo, lavando automóviles para poder llevar algo de dinero a su casa, porque el estómago de los hijos no conoce de la suspensión de actividades no esenciales que son las que más han afectado en materia de trabajo a la mano de obra.

Lo más trágico está en que el coronavirus no se erradica y el virus se queda en algunos seres humanos que reproducirán los contagios, ante la duda de si estos contagios aumentan o disminuyen, pero la enfermedad sigue latente y reproduciéndose en el cuerpo humano con la plática, el saludo, así como los besos y abrazos, los investigadores en estas líneas de la biomedicina siguen estudiando el comportamiento de esta enfermedad que nos a puesto en confinamiento consiente y responsable y no de carácter penal, más sin embargo la economía nacional no repunta ante la parálisis de la cadena productiva, las empresas comienzan a tomar decisiones para disminuir su planta productiva ante la falta de liquidez y cumplir sus compromisos con sus proveedores y trabajadores, los sindicatos permanecen en silencio ante la defensa laboral de los trabajadores.

Así el coronavirus llega a las instituciones educativas y las autoridades educativas como medida de prevención suspenden la vida académica de carácter presencial, retomando las academias y la enseñanza de los aprenderes y saberes dentro de las tecnologías de la información, la computadora se convierte en una herramienta fundamental y el internet en un vínculo de fortalezas cibernéticas que aprovechando el espacio las clases se trasmiten en diferentes plataformas como Google Meet o Zoom, no perdiendo la comunicación docente entre el profesor y el alumno, pero si perdiendo el calor humano, el contacto directo con el estudiante, la convivencia y las actividades extracurriculares como el asistir a las bibliotecas y archivos enriquecidos con conocimientos de libros escritos con un infinito de ideas y conocimientos y una construcción bella en el lenguaje que se escribe, se lee y se disfruta.

El coronavirus ha roto el paradigma de las ciencias de la educación, del trabajo y de la empresa, de los trabajadores y sus sindicatos, de la economía global, nacional y local donde se tendrán nuevas maneras de actuar y de pensar, de convivir y compartir sin perder la esencia del humanismo.

* Profesor de Derecho de la UdeG.

* Miembro fundador de la Asociación Nacional de Doctores en Derecho.

antonio_dejesus@hotmail.com

twitter@mendozaAntoio

El coronavirus como epidemia mundial viajo desde China a Europa, de Europa a Estados Unidos y de Estados Unidos a México, como una epidemia de enfermedad respiratoria que ha afectado a los seres humanos y a la economía mundial rompiendo las cadenas productivas en la relación trabajo-empresa y comercio.

En México entre las voces de contingencia y emergencia, despidos injustificados ante la negativa de los convenios de los empresarios y los trabajadores, unos tratando de pagar el salario mínimo para conservar la fuente de empleo y las prestaciones sociales ante el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (INFONAVIT), el Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR), así como los servicios médicos ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), otros cerrando sus empresas y despidiendo a los trabajadores que son el sustento de la familia y que sin salario hacen de su vida un valle de lágrimas buscando trabajo, lavando automóviles para poder llevar algo de dinero a su casa, porque el estómago de los hijos no conoce de la suspensión de actividades no esenciales que son las que más han afectado en materia de trabajo a la mano de obra.

Lo más trágico está en que el coronavirus no se erradica y el virus se queda en algunos seres humanos que reproducirán los contagios, ante la duda de si estos contagios aumentan o disminuyen, pero la enfermedad sigue latente y reproduciéndose en el cuerpo humano con la plática, el saludo, así como los besos y abrazos, los investigadores en estas líneas de la biomedicina siguen estudiando el comportamiento de esta enfermedad que nos a puesto en confinamiento consiente y responsable y no de carácter penal, más sin embargo la economía nacional no repunta ante la parálisis de la cadena productiva, las empresas comienzan a tomar decisiones para disminuir su planta productiva ante la falta de liquidez y cumplir sus compromisos con sus proveedores y trabajadores, los sindicatos permanecen en silencio ante la defensa laboral de los trabajadores.

Así el coronavirus llega a las instituciones educativas y las autoridades educativas como medida de prevención suspenden la vida académica de carácter presencial, retomando las academias y la enseñanza de los aprenderes y saberes dentro de las tecnologías de la información, la computadora se convierte en una herramienta fundamental y el internet en un vínculo de fortalezas cibernéticas que aprovechando el espacio las clases se trasmiten en diferentes plataformas como Google Meet o Zoom, no perdiendo la comunicación docente entre el profesor y el alumno, pero si perdiendo el calor humano, el contacto directo con el estudiante, la convivencia y las actividades extracurriculares como el asistir a las bibliotecas y archivos enriquecidos con conocimientos de libros escritos con un infinito de ideas y conocimientos y una construcción bella en el lenguaje que se escribe, se lee y se disfruta.

El coronavirus ha roto el paradigma de las ciencias de la educación, del trabajo y de la empresa, de los trabajadores y sus sindicatos, de la economía global, nacional y local donde se tendrán nuevas maneras de actuar y de pensar, de convivir y compartir sin perder la esencia del humanismo.

* Profesor de Derecho de la UdeG.

* Miembro fundador de la Asociación Nacional de Doctores en Derecho.

antonio_dejesus@hotmail.com

twitter@mendozaAntoio