/ lunes 20 de enero de 2020

Desde mi óptica | Manéjese con cuidado

La palabra poder se define como la capacidad o la facultad y habilidad para realizar tal o cual determinada acción, puede referirse también en su uso más habitual a la autoridad que una o varias personas disponen para llevar el mando de alguna tarea o trabajo, en el ámbito jurídico se le denomina poder al documento escrito de índole legal por medio de la Autoridad Judicial, Administrativa o ante Notario Público con el que una persona le otorga a otra la potestad de realizar acciones en su lugar cuando se ve imposibilitado, ya sea por enfermedad o por la distancia.

Desde otro punto de vista, en la política, el poder se reconoció siempre como la potestad rectora y coactiva del Estado, aunque puede ser entendida mejor como la autoridad que rige los destinos de una nación. En la mayoría de las repúblicas democráticas, esta autoridad está compuesta por los llamados tres poderes: El Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Esa dominación se consigue a través de la legalidad, de la moralidad establecida y también del carisma o la ejemplaridad aparente de quien lo esté consiguiendo. De este modo, se establecen relaciones de distintos tipos, que incluyen a las económicas, la educación y la religión.

En otro orden de ideas, en sentido sociológico el poder se define como la capacidad de un individuo o un colectivo de llevar a la práctica su voluntad, incluso a pesar de la resistencia de otros individuos o grupos. A partir de los estudios surgieron muchos conceptos que acompañan a este sentido, por ejemplo: Poder absoluto, limitado, espiritual, táctico, adquisitivo, económico.

¿Qué pasa con el exceso de poder según los sociólogos? Para el sociólogo Max Weber, la sociedad moderna está amenazada por el creciente fenómeno de la concentración del poder dentro de las organizaciones. El francés Robert Michels, advirtió que las modernas organizaciones tanto privadas como estatales tienden a quedar bajo el control de reducidos pero muy poderosos grupos políticos o financieros, desde su visión este sostiene que, aunque los líderes sean elegidos democráticamente con la mejor de las intenciones de uno y otro lado, se observa una tendencia a integrarse a élites que se preocupan básicamente por la defensa de sus propios intereses y por defender sus posiciones, a toda costa.

Pese a los cambios, sin embargo, se observa que el capataz ha sido reemplazado por supervisores y jefes (as) que no utilizan la coacción física para obligar a sus subalternos a cumplir con sus funciones, los colaboradores (as) o empleados (as) ya no laboran para faraones o emperadores, ahora lo hacen para accionistas, políticos, grandes y pequeños empresarios movidos por racionalidades económicas vinculadas a la urgencia de mantenerse y crecer en mercados competitivos y globalizados.

Este hecho es natural en el funcionamiento de cualquier organización, adquiere connotaciones preocupantes cuando pasa a los terrenos de la concentración de poder, fenómeno que se presenta en dos variantes; una intraorganizacional y otra interorganizacional, el poder y el uso racional de la autoridad son factores necesarios para que las organizaciones funcionen, pero su excesiva concentración puede conducir a formas de totalitarismo inimaginadas.

Por lo anterior, también existen estudios y teorías filosóficas que afirman que el poder puede ejercerse por medios físicos, por ser más fuertes que algunos de sus congéneres, psicológicos ya que se es capaz de ejercer una influencia hipnótica sobre otros hombres o las multitudes o intelectuales a través del conocimiento y otros muchos etcéteras.

En conclusión, podemos comprender que el poder es la capacidad de forzar a alguien para que haga nuestra voluntad debido a nuestra posición o fuerza, mientras que el poder de la autoridad es el arte de conseguir que la gente haga voluntariamente lo que uno quiere debido a su influencia personal, de aquí que resulta la nueva teoría de la gobernanza.

Apreciable lector, estimo que este escabroso tema del poder debe manejarse con cuidado para no caer en la soberbia y el continuo cúmulo de errores, gracias por leerme y opinar al respecto.

* Rector General del Centro Universitario UTEG

Correo: joseroque@uteg.edu.mx

La palabra poder se define como la capacidad o la facultad y habilidad para realizar tal o cual determinada acción, puede referirse también en su uso más habitual a la autoridad que una o varias personas disponen para llevar el mando de alguna tarea o trabajo, en el ámbito jurídico se le denomina poder al documento escrito de índole legal por medio de la Autoridad Judicial, Administrativa o ante Notario Público con el que una persona le otorga a otra la potestad de realizar acciones en su lugar cuando se ve imposibilitado, ya sea por enfermedad o por la distancia.

Desde otro punto de vista, en la política, el poder se reconoció siempre como la potestad rectora y coactiva del Estado, aunque puede ser entendida mejor como la autoridad que rige los destinos de una nación. En la mayoría de las repúblicas democráticas, esta autoridad está compuesta por los llamados tres poderes: El Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Esa dominación se consigue a través de la legalidad, de la moralidad establecida y también del carisma o la ejemplaridad aparente de quien lo esté consiguiendo. De este modo, se establecen relaciones de distintos tipos, que incluyen a las económicas, la educación y la religión.

En otro orden de ideas, en sentido sociológico el poder se define como la capacidad de un individuo o un colectivo de llevar a la práctica su voluntad, incluso a pesar de la resistencia de otros individuos o grupos. A partir de los estudios surgieron muchos conceptos que acompañan a este sentido, por ejemplo: Poder absoluto, limitado, espiritual, táctico, adquisitivo, económico.

¿Qué pasa con el exceso de poder según los sociólogos? Para el sociólogo Max Weber, la sociedad moderna está amenazada por el creciente fenómeno de la concentración del poder dentro de las organizaciones. El francés Robert Michels, advirtió que las modernas organizaciones tanto privadas como estatales tienden a quedar bajo el control de reducidos pero muy poderosos grupos políticos o financieros, desde su visión este sostiene que, aunque los líderes sean elegidos democráticamente con la mejor de las intenciones de uno y otro lado, se observa una tendencia a integrarse a élites que se preocupan básicamente por la defensa de sus propios intereses y por defender sus posiciones, a toda costa.

Pese a los cambios, sin embargo, se observa que el capataz ha sido reemplazado por supervisores y jefes (as) que no utilizan la coacción física para obligar a sus subalternos a cumplir con sus funciones, los colaboradores (as) o empleados (as) ya no laboran para faraones o emperadores, ahora lo hacen para accionistas, políticos, grandes y pequeños empresarios movidos por racionalidades económicas vinculadas a la urgencia de mantenerse y crecer en mercados competitivos y globalizados.

Este hecho es natural en el funcionamiento de cualquier organización, adquiere connotaciones preocupantes cuando pasa a los terrenos de la concentración de poder, fenómeno que se presenta en dos variantes; una intraorganizacional y otra interorganizacional, el poder y el uso racional de la autoridad son factores necesarios para que las organizaciones funcionen, pero su excesiva concentración puede conducir a formas de totalitarismo inimaginadas.

Por lo anterior, también existen estudios y teorías filosóficas que afirman que el poder puede ejercerse por medios físicos, por ser más fuertes que algunos de sus congéneres, psicológicos ya que se es capaz de ejercer una influencia hipnótica sobre otros hombres o las multitudes o intelectuales a través del conocimiento y otros muchos etcéteras.

En conclusión, podemos comprender que el poder es la capacidad de forzar a alguien para que haga nuestra voluntad debido a nuestra posición o fuerza, mientras que el poder de la autoridad es el arte de conseguir que la gente haga voluntariamente lo que uno quiere debido a su influencia personal, de aquí que resulta la nueva teoría de la gobernanza.

Apreciable lector, estimo que este escabroso tema del poder debe manejarse con cuidado para no caer en la soberbia y el continuo cúmulo de errores, gracias por leerme y opinar al respecto.

* Rector General del Centro Universitario UTEG

Correo: joseroque@uteg.edu.mx