/ miércoles 30 de octubre de 2019

Delincuencia, verdadero poder

Tras el “culiacanazo” del pasado 17 de octubre, queda comprobado que en México continúan funcionarios de diversos niveles de gobierno que, o son ineptos, o cometen pueriles “errores” o algunos están sometidos por amenazas o quizá por posible complicidad. La inseguridad agobia a nacionales y extranjeros además por los delitos federales o del fuero común, como son los robos a cada habitación, los asaltos a comercios o a transeúntes, por mencionar algunos.

Y ninguna autoridad ni núcleo social ha podido frenarlo, menos eliminarlo. No hay amigo, conocido o familiar que no haya sido asaltado en la calle. Abundan también los afectados porque los ladrones les “vaciaron” su casa. La gente sabe de la inutilidad de levantar la denuncia correspondiente porque la atención del burócrata encargado de recibirla por lo general está enfadada y trata al quejoso despóticamente. Dicen que los “impulsos procesales” mueven algún hemisferio mundial de la justicia y debe estar en las posibilidades del afectado para que la investigación inicie y continúe. En este aspecto “palo dado ni Dios lo quita”, dice el refrán.

En la zona metropolitana de Guadalajara hasta las cifras de estos delitos también se pierden y no porque los ladrones también se los hayan robado sino porque los encargados de las estadísticas por lo general ocultan la realidad, disminuyendo la numeralia y escudándose en que “la ciudadanía debe reportar el ilícito y no lo hace”.

En la zona seis hasta las plantas se roban de las cocheras. Se cierran calles para hacer fiestas. Impunemente actúan bandas de cortadores de frutos en árboles ubicados en las banquetas y a la vez cargan con lo que encuentran. Se roban autos y accesorios. Asaltan personas para despojarlos de sus pertenencias y sus autos. Ocasionalmente se ve el patrullaje salvo durante las festividades de la Comunidad Religiosa La Luz del Mundo. Otra zona que no atiende la policía, específicamente en la colonia Miraflores o San Miguel, en el sector hidalgo, en el polígono que forman las vialidades Jesús García, Enrique Díaz de León, Circunvalación norte y avenida Alcalde, los robos a casa habitación y a transeúntes son la constante sin que aparezca la patrulla.

En esta área, en menos de un mes, una decena de casas han sido saqueadas por los ladrones. Han llamado al teléfono de emergencia y cuando se logra que respondan la llamada, quien contesta casi desea que los afectados detengan a los ladrones para que los agentes policiacos cumplan con su misión. ¡Pero ay! del vecino o los vecinos afectados que logren capturar a un delincuente: podrían ser acusados de secuestro, etc. etc. y a ellos si se les aplica la ley en tanto que el malandro termina riendo. Y peor si los vecinos lastiman al delincuente: el afectado al bote y el otro quizá al hospital, que también paga la ciudanía.

En otras entidades la situación no es diferente sobretodo en lugares turísticos. Poblados nayaritas como Lo de Marcos, municipio de Bahía de Banderas, sufren el ataque de bandas de ladrones de casas de descanso propiedad de personas que no radican allí. En ese lugar la policía brilla, por su ausencia, La autoridad delegacional y el gobierno municipal incumplen en materia de seguridad y de otros servicios.

Al gobierno del estado de Nayarit parece que tampoco le interesa combatir a los ladrones que mantienen asolada a la colonia La Floresta, donde en una semana, por lo menos media docena de casas han sido vaciadas porque todo indica que los amantes de lo ajeno usan vehículos para robar muebles de línea blanca, sala y comedor; artículos eléctricos y electrónicos, , loza, herramienta, etc.

Los propietarios de casas de descanso en la colona La Floresta en el poblado Lo de Marcos, municipio de Bahía de Banderas, Nayarit cumplidores con el pago de impuestos derechos y servicios, con servicios públicos adecuados y por supuesto, no hay vigilancia. Y a quien menos le interesa la seguridad de los propietarios y su patrimonio es a esa mezcolanza que se denomina Guardia Nacional. Los marinos y soldados aparecen en época turística alta o cuando andan investigando algo. Por supuesto, los delitos del fuero, común no les interesa. ¿Y qué pasa?

Tras el “culiacanazo” del pasado 17 de octubre, queda comprobado que en México continúan funcionarios de diversos niveles de gobierno que, o son ineptos, o cometen pueriles “errores” o algunos están sometidos por amenazas o quizá por posible complicidad. La inseguridad agobia a nacionales y extranjeros además por los delitos federales o del fuero común, como son los robos a cada habitación, los asaltos a comercios o a transeúntes, por mencionar algunos.

Y ninguna autoridad ni núcleo social ha podido frenarlo, menos eliminarlo. No hay amigo, conocido o familiar que no haya sido asaltado en la calle. Abundan también los afectados porque los ladrones les “vaciaron” su casa. La gente sabe de la inutilidad de levantar la denuncia correspondiente porque la atención del burócrata encargado de recibirla por lo general está enfadada y trata al quejoso despóticamente. Dicen que los “impulsos procesales” mueven algún hemisferio mundial de la justicia y debe estar en las posibilidades del afectado para que la investigación inicie y continúe. En este aspecto “palo dado ni Dios lo quita”, dice el refrán.

En la zona metropolitana de Guadalajara hasta las cifras de estos delitos también se pierden y no porque los ladrones también se los hayan robado sino porque los encargados de las estadísticas por lo general ocultan la realidad, disminuyendo la numeralia y escudándose en que “la ciudadanía debe reportar el ilícito y no lo hace”.

En la zona seis hasta las plantas se roban de las cocheras. Se cierran calles para hacer fiestas. Impunemente actúan bandas de cortadores de frutos en árboles ubicados en las banquetas y a la vez cargan con lo que encuentran. Se roban autos y accesorios. Asaltan personas para despojarlos de sus pertenencias y sus autos. Ocasionalmente se ve el patrullaje salvo durante las festividades de la Comunidad Religiosa La Luz del Mundo. Otra zona que no atiende la policía, específicamente en la colonia Miraflores o San Miguel, en el sector hidalgo, en el polígono que forman las vialidades Jesús García, Enrique Díaz de León, Circunvalación norte y avenida Alcalde, los robos a casa habitación y a transeúntes son la constante sin que aparezca la patrulla.

En esta área, en menos de un mes, una decena de casas han sido saqueadas por los ladrones. Han llamado al teléfono de emergencia y cuando se logra que respondan la llamada, quien contesta casi desea que los afectados detengan a los ladrones para que los agentes policiacos cumplan con su misión. ¡Pero ay! del vecino o los vecinos afectados que logren capturar a un delincuente: podrían ser acusados de secuestro, etc. etc. y a ellos si se les aplica la ley en tanto que el malandro termina riendo. Y peor si los vecinos lastiman al delincuente: el afectado al bote y el otro quizá al hospital, que también paga la ciudanía.

En otras entidades la situación no es diferente sobretodo en lugares turísticos. Poblados nayaritas como Lo de Marcos, municipio de Bahía de Banderas, sufren el ataque de bandas de ladrones de casas de descanso propiedad de personas que no radican allí. En ese lugar la policía brilla, por su ausencia, La autoridad delegacional y el gobierno municipal incumplen en materia de seguridad y de otros servicios.

Al gobierno del estado de Nayarit parece que tampoco le interesa combatir a los ladrones que mantienen asolada a la colonia La Floresta, donde en una semana, por lo menos media docena de casas han sido vaciadas porque todo indica que los amantes de lo ajeno usan vehículos para robar muebles de línea blanca, sala y comedor; artículos eléctricos y electrónicos, , loza, herramienta, etc.

Los propietarios de casas de descanso en la colona La Floresta en el poblado Lo de Marcos, municipio de Bahía de Banderas, Nayarit cumplidores con el pago de impuestos derechos y servicios, con servicios públicos adecuados y por supuesto, no hay vigilancia. Y a quien menos le interesa la seguridad de los propietarios y su patrimonio es a esa mezcolanza que se denomina Guardia Nacional. Los marinos y soldados aparecen en época turística alta o cuando andan investigando algo. Por supuesto, los delitos del fuero, común no les interesa. ¿Y qué pasa?