/ domingo 8 de agosto de 2021

De frente al mismo reflejo de la realidad

Volver a clases, sin volver a pisar las aulas. Mañana, martes 10 de agosto iniciamos un nuevo ciclo escolar, con más dudas que respuestas. ¿Cuándo volveremos a las aulas? ¿Cuántos estudiantes desertaron de sus estudios? ¿Realmente estamos aprendiendo de manera virtual? ¿Cómo va a recuperar el estudiantado el capital relacional y cultural perdido? Estas y otras incógnitas permanecen de forma latente en los pensamientos de cada estudiante.

Desde hace meses, la educación dejó de ser un asunto prioritario para el Estado y han vulnerado el pleno derecho a la educación. Miles de estudiantes tienen la esperanza de volver a clases, pero la promesa no se cumple porque las autoridades, en sus distintos niveles, carecen de una estrategia integral y no logran controlar la emergencia sanitaria, y más aún ahora frente a una tercera ola de contagios de COVID-19. Por su parte, el gobierno federal ha brillado por su ausencia, pues nunca convocó a los estados a elaborar un plan nacional para el regreso a clases; el plan es que no hay plan.

Por su parte el estado de Jalisco y la mayoría de los municipios se quedaron cortos, no hicieron lo necesario semanas previas para poder generar las condiciones de salud necesarias para regresar a clases presenciales. Se le dio prioridad al derecho económico de giros que no son indispensables, como los antros, antes que el derecho a la educación. Lo grave es que después de cuatro semestres así, el Estado no tenga la capacidad para generar condiciones para el regreso a clases y para atender la creciente demanda en materia de salud mental.

Un indicativo del manejo insuficiente en materia de educación, es que la mayoría de las universidades a novena nacional no han logrado adaptar sus sistemas de enseñanza y aprendizaje con éxito a las nuevas condiciones. Quizá su error fue pensar que solo serían unos meses y no impulsaron desde el inicio iniciativas para llegar a un modelo híbrido; hoy sabemos que tendremos que aprender a vivir con el COVID-19 por mucho tiempo. La educación no volverá a ser como antes y es responsabilidad de toda la comunidad universitaria a nivel nacional, innovar. De aquí es donde tiene que gestarse un nuevo modelo educativo, que no sobreexplote el trabajo del profesor en clases virtuales, que permita un aprendizaje real del estudiante y que también desarrolle su capital cultural y relacional, porque la escuela es mucho más que solo adquirir conocimiento, es el lugar donde aprendemos a vivir, a ser mejores personas, es un ecualizador social.

Quien no da resultados da explicaciones y busca culpables, el gobierno federal con los estados tiene la responsabilidad de elaborar un plan y proveer los medios; decirlo

claro, gel para manos y termómetros en los ingresos no es suficiente. Son necesarias medidas en materia de salud pública, como en el transporte público, nuevos sistemas de ventilación en las aulas, un sistema nacional de atención a la salud mental, además de una estrategia para que el estudiante desertor regrese al aula, y quienes nos hemos mantenido sí aprendamos; de no implementarse nuevas medidas, la mancha del fracaso de las autoridades condenará a toda una generación con menos oportunidades. Por el bien del país, no queremos ver el mismo reflejo en el espejo.

* Presidente de la FEU

twitter @JavierArmentaMX

Facebook. Javier Armenta @JArmentaMX

Volver a clases, sin volver a pisar las aulas. Mañana, martes 10 de agosto iniciamos un nuevo ciclo escolar, con más dudas que respuestas. ¿Cuándo volveremos a las aulas? ¿Cuántos estudiantes desertaron de sus estudios? ¿Realmente estamos aprendiendo de manera virtual? ¿Cómo va a recuperar el estudiantado el capital relacional y cultural perdido? Estas y otras incógnitas permanecen de forma latente en los pensamientos de cada estudiante.

Desde hace meses, la educación dejó de ser un asunto prioritario para el Estado y han vulnerado el pleno derecho a la educación. Miles de estudiantes tienen la esperanza de volver a clases, pero la promesa no se cumple porque las autoridades, en sus distintos niveles, carecen de una estrategia integral y no logran controlar la emergencia sanitaria, y más aún ahora frente a una tercera ola de contagios de COVID-19. Por su parte, el gobierno federal ha brillado por su ausencia, pues nunca convocó a los estados a elaborar un plan nacional para el regreso a clases; el plan es que no hay plan.

Por su parte el estado de Jalisco y la mayoría de los municipios se quedaron cortos, no hicieron lo necesario semanas previas para poder generar las condiciones de salud necesarias para regresar a clases presenciales. Se le dio prioridad al derecho económico de giros que no son indispensables, como los antros, antes que el derecho a la educación. Lo grave es que después de cuatro semestres así, el Estado no tenga la capacidad para generar condiciones para el regreso a clases y para atender la creciente demanda en materia de salud mental.

Un indicativo del manejo insuficiente en materia de educación, es que la mayoría de las universidades a novena nacional no han logrado adaptar sus sistemas de enseñanza y aprendizaje con éxito a las nuevas condiciones. Quizá su error fue pensar que solo serían unos meses y no impulsaron desde el inicio iniciativas para llegar a un modelo híbrido; hoy sabemos que tendremos que aprender a vivir con el COVID-19 por mucho tiempo. La educación no volverá a ser como antes y es responsabilidad de toda la comunidad universitaria a nivel nacional, innovar. De aquí es donde tiene que gestarse un nuevo modelo educativo, que no sobreexplote el trabajo del profesor en clases virtuales, que permita un aprendizaje real del estudiante y que también desarrolle su capital cultural y relacional, porque la escuela es mucho más que solo adquirir conocimiento, es el lugar donde aprendemos a vivir, a ser mejores personas, es un ecualizador social.

Quien no da resultados da explicaciones y busca culpables, el gobierno federal con los estados tiene la responsabilidad de elaborar un plan y proveer los medios; decirlo

claro, gel para manos y termómetros en los ingresos no es suficiente. Son necesarias medidas en materia de salud pública, como en el transporte público, nuevos sistemas de ventilación en las aulas, un sistema nacional de atención a la salud mental, además de una estrategia para que el estudiante desertor regrese al aula, y quienes nos hemos mantenido sí aprendamos; de no implementarse nuevas medidas, la mancha del fracaso de las autoridades condenará a toda una generación con menos oportunidades. Por el bien del país, no queremos ver el mismo reflejo en el espejo.

* Presidente de la FEU

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Facebook. Javier Armenta @JArmentaMX