/ viernes 25 de mayo de 2018

Cumbre fallida, Singapur

Caprichoso, veleidoso, arrogante y autoritario como es Donald Trump, presidente de Estados Unidos, canceló sin más la reunión en Singapur que tenía programada con el líder norcoreano, Kim Jong Un, enterrando de un plumazo las esperanzas que ese encuentro había despertado en todo el mundo hacia la paz y la desnuclearización de aquel país asiático. Y es que en los últimos días el tal Donald y su gobierno le habían venido imponiendo condiciones a Corea del Norte en relación a su programa de desactivación de armas nucleares, que en realidad eran más bien amenazas, como las proferidas por el vicepresidente Pence, en el sentido de que de no cumplir con ello, sería aniquilada.

Como siempre, Trump pretende “negociar” saliéndose con la suya e imponiendo al otro condiciones inaceptables por la desproporción que conllevan, pero también por la actitud, grosera, arbitraria y prepotente del magnate, lo mismo en su trato hacia México que a Europa o a cualquiera.

La península coreana hace 70 años que vive en la incertidumbre desde la guerra vivida ahí, que trajo como resultado la división de esa franja en dos. A partir de entonces prevalece la tensión entre ambas Coreas, que periódicamente se incrementa por las actitudes hostiles que han manejado el actual mandatario norcoreano Kim Jong-un, como sus antecesores, su padre y su abuelo, hacia Corea del Sur, así como en razón de la capacidad bélica de Norcorea, llegando a poseer armamento nuclear cada vez más poderoso. Obviamente a esa situación no han sido ajenas las potencias, sino por el contrario, han sacado raja y lo seguirán haciendo ahí y donde sea para tratar de mantener y de ampliar sus zonas de influencia en las diferentes regiones del planeta y así mantener un “equilibrio” entre ellas, que evidentemente es tan precario y frágil como un palillo.

Así pues, la decisión y actitud del tal Donald rompe dramáticamente con la posibilidad de un entendimiento y lleva este estado de cosas ya no al lugar en el que se encontraba hace unos meses, sino peor, pues la desconfianza se ve agravada ahora por las culpas y resentimientos que ambos gobiernos y dirigentes de nuevo se han empezado a arrojar, provocando un renovado clima de tensión para la humanidad, más peligroso y agudo. Se ha perdido una oportunidad única para privilegiar el diálogo, pero es evidente que ha sido Trump quien mayor responsabilidad tiene en ello, pues Kim dio pasos efectivos y sólidos hacia la distensión desde el momento en que se encontró con su homólogo de Corea del Sur, Moon Ja-in, en la delgada y fina línea fronteriza que desde entonces marca el Paralelo 38 entre ambas naciones. Todos vimos esa escena increíble de dicha reunión, habiendo dado Kim el gran paso hacia el entendimiento cuando cruzó de una zancada esa línea para entrar a territorio del sur y juntos, empezar a recorrer el camino hacia la paz, que ahora el tal Donald ha venido a cancelar a manotazos y nuevas amenazas, absurdas y estúpidas por lo demás, si tomamos en cuenta la cada vez mayor agudización de dudas y desconfianza que afectan a las relaciones internacionales entre los estados.

Así, el mundo entra en una nueva etapa de terror y miedo, pues la posibilidad de un enfrentamiento nuclear se encuentra latente además porque Estados Unidos ha abandonado el Acuerdo que el Ex Presidente Obama había construido con Irán para controlar y suspender el armamentismo nuclear en esa también turbulenta región. Pobre Donald Trump. Morelia, Michoacán a 25 de mayo de2018.

Caprichoso, veleidoso, arrogante y autoritario como es Donald Trump, presidente de Estados Unidos, canceló sin más la reunión en Singapur que tenía programada con el líder norcoreano, Kim Jong Un, enterrando de un plumazo las esperanzas que ese encuentro había despertado en todo el mundo hacia la paz y la desnuclearización de aquel país asiático. Y es que en los últimos días el tal Donald y su gobierno le habían venido imponiendo condiciones a Corea del Norte en relación a su programa de desactivación de armas nucleares, que en realidad eran más bien amenazas, como las proferidas por el vicepresidente Pence, en el sentido de que de no cumplir con ello, sería aniquilada.

Como siempre, Trump pretende “negociar” saliéndose con la suya e imponiendo al otro condiciones inaceptables por la desproporción que conllevan, pero también por la actitud, grosera, arbitraria y prepotente del magnate, lo mismo en su trato hacia México que a Europa o a cualquiera.

La península coreana hace 70 años que vive en la incertidumbre desde la guerra vivida ahí, que trajo como resultado la división de esa franja en dos. A partir de entonces prevalece la tensión entre ambas Coreas, que periódicamente se incrementa por las actitudes hostiles que han manejado el actual mandatario norcoreano Kim Jong-un, como sus antecesores, su padre y su abuelo, hacia Corea del Sur, así como en razón de la capacidad bélica de Norcorea, llegando a poseer armamento nuclear cada vez más poderoso. Obviamente a esa situación no han sido ajenas las potencias, sino por el contrario, han sacado raja y lo seguirán haciendo ahí y donde sea para tratar de mantener y de ampliar sus zonas de influencia en las diferentes regiones del planeta y así mantener un “equilibrio” entre ellas, que evidentemente es tan precario y frágil como un palillo.

Así pues, la decisión y actitud del tal Donald rompe dramáticamente con la posibilidad de un entendimiento y lleva este estado de cosas ya no al lugar en el que se encontraba hace unos meses, sino peor, pues la desconfianza se ve agravada ahora por las culpas y resentimientos que ambos gobiernos y dirigentes de nuevo se han empezado a arrojar, provocando un renovado clima de tensión para la humanidad, más peligroso y agudo. Se ha perdido una oportunidad única para privilegiar el diálogo, pero es evidente que ha sido Trump quien mayor responsabilidad tiene en ello, pues Kim dio pasos efectivos y sólidos hacia la distensión desde el momento en que se encontró con su homólogo de Corea del Sur, Moon Ja-in, en la delgada y fina línea fronteriza que desde entonces marca el Paralelo 38 entre ambas naciones. Todos vimos esa escena increíble de dicha reunión, habiendo dado Kim el gran paso hacia el entendimiento cuando cruzó de una zancada esa línea para entrar a territorio del sur y juntos, empezar a recorrer el camino hacia la paz, que ahora el tal Donald ha venido a cancelar a manotazos y nuevas amenazas, absurdas y estúpidas por lo demás, si tomamos en cuenta la cada vez mayor agudización de dudas y desconfianza que afectan a las relaciones internacionales entre los estados.

Así, el mundo entra en una nueva etapa de terror y miedo, pues la posibilidad de un enfrentamiento nuclear se encuentra latente además porque Estados Unidos ha abandonado el Acuerdo que el Ex Presidente Obama había construido con Irán para controlar y suspender el armamentismo nuclear en esa también turbulenta región. Pobre Donald Trump. Morelia, Michoacán a 25 de mayo de2018.

ÚLTIMASCOLUMNAS
viernes 06 de julio de 2018

¡Ganó México!

Agustín Hernández González

viernes 29 de junio de 2018

Dolorosa migración

Agustín Hernández González

sábado 23 de junio de 2018

Trump, inhumano y cruel / campañas concluyen

Agustín Hernández González

viernes 25 de mayo de 2018

Cumbre fallida, Singapur

Agustín Hernández González

viernes 18 de mayo de 2018

Trump, bestial

Agustín Hernández González

viernes 11 de mayo de 2018

Campañas de odio

Agustín Hernández González

viernes 04 de mayo de 2018

Fin al arraigo

Agustín Hernández González

viernes 27 de abril de 2018

Fin al arraigo

Agustín Hernández González

viernes 06 de abril de 2018

Twitazos trumperos

Editorial

Agustín Hernández González