/ miércoles 8 de mayo de 2019

Cuchillito de Palo

Ni un paso atrás

La marcha del silencio –contra las políticas del actual Régimen-, del pasado domingo, recibió la habitual respuesta de la mañanera. Después del rollo habitual, en cuanto a que él “respeta a quienes piensan diferente” (¿?) y que “no es florero”, cerró con un rotundo “ni un paso atrás”. En buen castellano, digan lo que quieran, que ni los veo ni los oigo.

Ignoro de quién fue la idea de hacer estas manifestaciones –la primera el 2 de diciembre y ahora la segunda-, pero me consta que la mayoría de los asistentes fue por convicción y con el solo acicate de pedir un cambio de rumbo.

La convocatoria apareció en redes sociales y el que quiso le hizo caso, libre y ajeno a si una equis organización estaba detrás. A los seguidores de Morena y al estulto del secretario de Comunicaciones (Jiménez Espriú), les pareció que fueron pocas personas (La autoridad calculó unas 14 mil en la CDMX). La realidad es que superó por mucho a la decembrina y dejó constancia de que el descontento crece.

Jiménez Espriú, quien no ha dado una desde su llegada a un despacho que le queda grande, actuó como el lamebotas del patrón. Quien fue incapaz de ver que en Santa Lucía había un cerro –lo que ya debería haberle costado la chamba-, actúa con la prepotencia y la majadería que lo caracterizan, por lo que su twitter estuvo de sobra.

Excesivos los que fueron a solicitar la renuncia del tlatoani. 30 millones de votos lo legitiman, así aumente a velocidad del rayo, el número de arrepentidos. Sin embargo, la tónica de los manifestantes fue distinta. Los carteles exigían lo que un enorme porcentaje piensa.

El que AMLO respete la Constitución y las leyes, que juró guardar. El insistir en el memorándum por el que obliga a los Secretarios de Gobernación y al de Educación, a hacer a un lado la reforma educativa de Peña Nieto, es un agravio a la Carta Magna. Un Presidente no puede eliminar lo hecho por los legisladores, mediante un decreto. Son los representantes del pueblo los que podrían cancelarla, exigencia que también apareció en la marcha: “Legisladores no más traiciones”.

Su falta de respeto a la División de Poderes: “Poder Judicial defiende tu autonomía”. Sus ataques a periódicos y comunicadores: “Respeto a la prensa crítica” y a la “Libertad de expresión”. También amargos reclamos contra la cancelación del aeropuerto de Texcoco, de las estancias infantiles, de los comedores sociales.

Y se le pidió que ya deje atrás el pasado, acabe con su incitación al divisionismo; que deje de aislarnos y de empobrecernos. Que ponga un alto al despido de burócratas y que, cuando menos, se les liquide conforme a Derecho.

Una sociedad civil consciente de que vamos al despeñadero, de que la economía se estanca y, sobre todo, que está destazando instituciones, como si construirlas fuera baba de perico. Mal hace en ignorar peticiones que jamás tendrían que hacerse a un Ejecutivo Federal demócrata.

Sobraron las intervenciones politiqueras, de Vicente Fox y Felipe Calderón. Pero, a los que se conminó a actuar fue a los partidos políticos, que presuntamente ahora son oposición. Para evitar más triunfos electorales de Morena, hacen falta candidatos competitivos.

Cuando AMLO insiste en que hay quien quiere que le vaya mal, se equivoca. Si le va mal nos va a todos. Está a tiempo de rectificar. Dramático el que sólo se escuche a sí mismo y siga sin entender que tiene que gobernar sin distinción de clases, simpatías u odios.


catalinanq@hotmail.com

@catalinanq


***FRASES


El insistir en el memorándum por el que obliga a los Secretarios de Gobernación y al de Educación, a hacer a un lado la reforma educativa de Peña Nieto, es un agravio a la Carta Magna.



Quien fue incapaz de ver que en Santa Lucía había un cerro –lo que ya debería haberle costado la chamba-, actúa con la prepotencia y la majadería que lo caracterizan, por lo que su twitter estuvo de sobra.

Ni un paso atrás

La marcha del silencio –contra las políticas del actual Régimen-, del pasado domingo, recibió la habitual respuesta de la mañanera. Después del rollo habitual, en cuanto a que él “respeta a quienes piensan diferente” (¿?) y que “no es florero”, cerró con un rotundo “ni un paso atrás”. En buen castellano, digan lo que quieran, que ni los veo ni los oigo.

Ignoro de quién fue la idea de hacer estas manifestaciones –la primera el 2 de diciembre y ahora la segunda-, pero me consta que la mayoría de los asistentes fue por convicción y con el solo acicate de pedir un cambio de rumbo.

La convocatoria apareció en redes sociales y el que quiso le hizo caso, libre y ajeno a si una equis organización estaba detrás. A los seguidores de Morena y al estulto del secretario de Comunicaciones (Jiménez Espriú), les pareció que fueron pocas personas (La autoridad calculó unas 14 mil en la CDMX). La realidad es que superó por mucho a la decembrina y dejó constancia de que el descontento crece.

Jiménez Espriú, quien no ha dado una desde su llegada a un despacho que le queda grande, actuó como el lamebotas del patrón. Quien fue incapaz de ver que en Santa Lucía había un cerro –lo que ya debería haberle costado la chamba-, actúa con la prepotencia y la majadería que lo caracterizan, por lo que su twitter estuvo de sobra.

Excesivos los que fueron a solicitar la renuncia del tlatoani. 30 millones de votos lo legitiman, así aumente a velocidad del rayo, el número de arrepentidos. Sin embargo, la tónica de los manifestantes fue distinta. Los carteles exigían lo que un enorme porcentaje piensa.

El que AMLO respete la Constitución y las leyes, que juró guardar. El insistir en el memorándum por el que obliga a los Secretarios de Gobernación y al de Educación, a hacer a un lado la reforma educativa de Peña Nieto, es un agravio a la Carta Magna. Un Presidente no puede eliminar lo hecho por los legisladores, mediante un decreto. Son los representantes del pueblo los que podrían cancelarla, exigencia que también apareció en la marcha: “Legisladores no más traiciones”.

Su falta de respeto a la División de Poderes: “Poder Judicial defiende tu autonomía”. Sus ataques a periódicos y comunicadores: “Respeto a la prensa crítica” y a la “Libertad de expresión”. También amargos reclamos contra la cancelación del aeropuerto de Texcoco, de las estancias infantiles, de los comedores sociales.

Y se le pidió que ya deje atrás el pasado, acabe con su incitación al divisionismo; que deje de aislarnos y de empobrecernos. Que ponga un alto al despido de burócratas y que, cuando menos, se les liquide conforme a Derecho.

Una sociedad civil consciente de que vamos al despeñadero, de que la economía se estanca y, sobre todo, que está destazando instituciones, como si construirlas fuera baba de perico. Mal hace en ignorar peticiones que jamás tendrían que hacerse a un Ejecutivo Federal demócrata.

Sobraron las intervenciones politiqueras, de Vicente Fox y Felipe Calderón. Pero, a los que se conminó a actuar fue a los partidos políticos, que presuntamente ahora son oposición. Para evitar más triunfos electorales de Morena, hacen falta candidatos competitivos.

Cuando AMLO insiste en que hay quien quiere que le vaya mal, se equivoca. Si le va mal nos va a todos. Está a tiempo de rectificar. Dramático el que sólo se escuche a sí mismo y siga sin entender que tiene que gobernar sin distinción de clases, simpatías u odios.


catalinanq@hotmail.com

@catalinanq


***FRASES


El insistir en el memorándum por el que obliga a los Secretarios de Gobernación y al de Educación, a hacer a un lado la reforma educativa de Peña Nieto, es un agravio a la Carta Magna.



Quien fue incapaz de ver que en Santa Lucía había un cerro –lo que ya debería haberle costado la chamba-, actúa con la prepotencia y la majadería que lo caracterizan, por lo que su twitter estuvo de sobra.