/ martes 6 de febrero de 2018

¿Cuántos más Marco Antonios?

3900

POR ANTONIO DE JESÚS MENDOZA MEJÍA

La desgracia de Marco Antonio, estudiante de una preparatoria de la Universidad Nacional Autónoma de México, ante quien el Consejo General Universitario de esta Casa de Estudios ya se posicionó para que la autoridad esclarezca los hechos de Marco Antonio, quien fue detenido a finales del mes de enero por policías de la Ciudad de México, este suceso me hace preguntarme, tal como lo menciono en el título de esta columna: ¿Cuántos más Marco Antonios?

En estos días existen personas desaparecidas y no se da con su paradero, la búsqueda de muchos seres humanos desaparecidos, una vez iniciada la denuncia de su desaparición ante las fiscalías estatales y federales, estos seres humanos no se localizan, porque un fenómeno de desaparición forzado es una desgracia para la sociedad, donde las tumbas clandestinas aumentan.

El estado de Jalisco no es la excepción, ante esta situación que pone en riesgo a las personas de esta sociedad, la Fiscalía pone su parte y crea oficinas de víctimas y de personas desaparecidas, las alertas Amber establecen sus protocolos para difundir la desaparición de personas, donde en esta situación criminal no importan las edades, ni el sexo, solamente vemos con tristeza que las personas desaparecen y que fueron vistas en algún lugar por última vez, lo que nos pone a reflexionar cuántos Marco Antonios existen a diario en la sociedad mexicana, en la desaparición de personas, porque una cosa es el extravío y otra cosa es la desaparición, en el primero las personas nos podemos perder por situaciones de desconocer el domicilio al que vamos o el lugar por su lejanía, o bien por no estar en el estado de salud necesario para la orientación de lugar o domicilio al que nos dirigimos; en el segundo, en cuanto a la desaparición de la personas, las mismas se dan por situaciones forzadas que pueden ser por el levantamiento de personas por criminales, donde puede llegar a tratarse de un secuestro o extorsión. En estos casos las familias pueden negociar con los criminales a través de la prueba de vida o pago del rescate de la víctima de este fenómeno antijurídico, existiendo el riesgo de volver o no volver a ver con vida a nuestro ser querido, pero también en muchas de las ocasiones se dan situaciones como el de Marco Antonio, que fue levantado por policías, quienes sin ningún medio científico de los aprehensores detienen a diario a muchos seres humanos en la que algún joven puede estar tomándose un café o una cerveza en un lugar apropiado para ello y se despiden de los amigos que los acompañan pero al final de cuentas son detenidos por policías municipales o investigadores y muchas de las veces son llevados a los separos clandestinos para ser torturados dentro de un supuesto proceso de investigación sin que medie protocolo alguno. Conozco el caso de Rafael, un alumno de Derecho, quien fue detenido por la Policía Investigadora en la avenida Chapultepec, no les importaba si iba en su motocicleta acompañado de un amigo, los policías sin mediar palabra lo detienen con un supuesto inicio de un robo, no existió persona alguna que lo señalara y todo parece ser que es parte de la extorsión de dame la moto a cambio de tu libertad, o bien dame el dinero que tienes en tus bolsas a cambio de tu seguridad, es así que los ciudadanos no sabemos de quién debemos de cuidarnos: si cuidarnos de los que supuestamente nos cuidan que en apariencia son los policías o cuidarnos de los criminales a quien no les importa la vida del ser humano.

La inseguridad de los ciudadanos camina a pasos agigantados ante la ausencia de la cultura de la paz.

Doctor y profesor de Derecho de la Universidad de Guadalajara

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POR ANTONIO DE JESÚS MENDOZA MEJÍA

La desgracia de Marco Antonio, estudiante de una preparatoria de la Universidad Nacional Autónoma de México, ante quien el Consejo General Universitario de esta Casa de Estudios ya se posicionó para que la autoridad esclarezca los hechos de Marco Antonio, quien fue detenido a finales del mes de enero por policías de la Ciudad de México, este suceso me hace preguntarme, tal como lo menciono en el título de esta columna: ¿Cuántos más Marco Antonios?

En estos días existen personas desaparecidas y no se da con su paradero, la búsqueda de muchos seres humanos desaparecidos, una vez iniciada la denuncia de su desaparición ante las fiscalías estatales y federales, estos seres humanos no se localizan, porque un fenómeno de desaparición forzado es una desgracia para la sociedad, donde las tumbas clandestinas aumentan.

El estado de Jalisco no es la excepción, ante esta situación que pone en riesgo a las personas de esta sociedad, la Fiscalía pone su parte y crea oficinas de víctimas y de personas desaparecidas, las alertas Amber establecen sus protocolos para difundir la desaparición de personas, donde en esta situación criminal no importan las edades, ni el sexo, solamente vemos con tristeza que las personas desaparecen y que fueron vistas en algún lugar por última vez, lo que nos pone a reflexionar cuántos Marco Antonios existen a diario en la sociedad mexicana, en la desaparición de personas, porque una cosa es el extravío y otra cosa es la desaparición, en el primero las personas nos podemos perder por situaciones de desconocer el domicilio al que vamos o el lugar por su lejanía, o bien por no estar en el estado de salud necesario para la orientación de lugar o domicilio al que nos dirigimos; en el segundo, en cuanto a la desaparición de la personas, las mismas se dan por situaciones forzadas que pueden ser por el levantamiento de personas por criminales, donde puede llegar a tratarse de un secuestro o extorsión. En estos casos las familias pueden negociar con los criminales a través de la prueba de vida o pago del rescate de la víctima de este fenómeno antijurídico, existiendo el riesgo de volver o no volver a ver con vida a nuestro ser querido, pero también en muchas de las ocasiones se dan situaciones como el de Marco Antonio, que fue levantado por policías, quienes sin ningún medio científico de los aprehensores detienen a diario a muchos seres humanos en la que algún joven puede estar tomándose un café o una cerveza en un lugar apropiado para ello y se despiden de los amigos que los acompañan pero al final de cuentas son detenidos por policías municipales o investigadores y muchas de las veces son llevados a los separos clandestinos para ser torturados dentro de un supuesto proceso de investigación sin que medie protocolo alguno. Conozco el caso de Rafael, un alumno de Derecho, quien fue detenido por la Policía Investigadora en la avenida Chapultepec, no les importaba si iba en su motocicleta acompañado de un amigo, los policías sin mediar palabra lo detienen con un supuesto inicio de un robo, no existió persona alguna que lo señalara y todo parece ser que es parte de la extorsión de dame la moto a cambio de tu libertad, o bien dame el dinero que tienes en tus bolsas a cambio de tu seguridad, es así que los ciudadanos no sabemos de quién debemos de cuidarnos: si cuidarnos de los que supuestamente nos cuidan que en apariencia son los policías o cuidarnos de los criminales a quien no les importa la vida del ser humano.

La inseguridad de los ciudadanos camina a pasos agigantados ante la ausencia de la cultura de la paz.

Doctor y profesor de Derecho de la Universidad de Guadalajara