En la columna de la semana pasada, hable sobre uno de los grandes temas y desafíos de la ciudad: la coordinación metropolitana. La ciudad de Guadalajara, hace muchos años dejo de ser una pequeña ciudad dentro del estado de Jalisco. En un principio esta expansión fue lenta, pero con crecimiento continuo. Guadalajara fue integrandose poco a poco con los municipios vecinos, hasta llegar a ser la gran Ciudad Metropolitana que es hoy; integrada por 9 municipios y con influencia directa en por lo menos otros 6 o 7 más en esta región central.
Este proceso de formación del área metropolitana ha requerido una cooperación efectiva entre las diferentes áreas urbanas de cada municipio. A pesar de que en la segunda mitad del siglo XX se propusieron planes de conurbación, estos no tuvieron un éxito significativo. Sin embargo, los municipios demandaban una colaboración fluida, ya que los habitantes no reconocían fronteras ni limitaciones.
En la actualidad, el AMG cuenta con varias instancias de coordinación, respaldadas por los gobiernos correspondientes; además del SIAPA, contamos con el IMEPLAN como entidad técnica, la Junta de Coordinación con líderes gubernamentales, el Consejo Ciudadano Metropolitano con representantes de todos los municipios, agencias metropolitanas especializadas, la policía metropolitana y otros grupos que trabajan en diversos aspectos metropolitanos. Todo esto ha generado una red de colaboración para abordar la complejidad de los asuntos metropolitanos.
El desafío inmediato para la coordinación metropolitana es consolidar esta estructura con la participación activa de los tres niveles del gobierno: federal, estatal y municipal, donde converjan los tres poderes: ejecutivo, legislativo y judicial. La agenda metropolitana es compleja y requiere el compromiso constante de todas las partes involucradas.
Además, es esencial que, junto con el Consejo Ciudadano Metropolitano, que se integra con ciudadanos de todos los municipios del AMG, las estructuras de ONGs, grupos gremiales y empresariales de la sociedad, participen en políticas de coordinación que complementen las acciones gubernamentales. Y de la mano, podemos definir políticas públicas y abordar los desafíos de la agenda metropolitana.
La agenda metropolitana enfrenta un desafío crucial: establecer estructuras conjuntas que aborden los problemas metropolitanos de la ciudad sin distinción municipal y con una visión global. Alternativas como un gobierno metropolitano, un cabildo metropolitano, una gerencia de la ciudad o un coordinador de gestión metropolitana deben considerarse en la discusión. Nuestra ciudad ya no puede depender únicamente de la voluntad política de los municipios; debemos legislar la colaboración del área metropolitana para asegurar un futuro próspero para esta gran área urbana.
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