/ martes 30 de noviembre de 2021

Con las mujeres todo, sin las mujeres nada

Liliana Olea Frías

El día de hoy hago una invitación desde este espacio de comunicación, a seguir sumando buenas voluntades y voces a favor de la causa que me ha hecho vivir de tiempo completo como ciudadana, hija, madre, maestra y política activa a favor de la igualdad y en contra de cualquier acto de violencia de género en todas sus expresiones, las desapariciones forzadas y los delitos sexuales.

México está viviendo la etapa más compleja en materia de inseguridad, y a traspasado los límites de las responsabilidades del gobierno federal, pero los estados y los municipios se excusan de la responsabilidad y se lavan las manos. Pero la violencia de género ha llegado a nuestras casas, escuelas y familias. Está golpeando lo más valioso que tenemos y nos está transformando como país, dañando a nuestras comunidades. Y es ahí donde el orden de gobierno municipal tiene que actuar y atacar de manera contundente este fenómeno ya que es el responsable de la seguridad de nuestras niñas y mujeres en nuestras comunidades.

Esta no es una bandera política sin fondo ni fundamento, es la bandera que busca aglutinar la mayor fuerza social para acabar con el fenómeno que nos está matando y que hemos generado como sociedad, y que las cifras oficiales nos dicen que 23 de las 32 entidades federativas del país cuentan con alerta de género activa y hasta el corte de septiembre hemos tenido 736 feminicidios y 2,104 homicidios dolosos en contra de nuestras mujeres en lo que va del año. Este, no es un virus mundial, ni un problema de diferencias entre dos bandas del crimen organizado; este fenómeno social es que nos está haciendo matarnos entre mexicanos, y es por eso que reitero mi invitación a todas las mexicanas y las jaliscienses a sumarse a combatir y luchar. Esta causa no es la causa de una o varias mujeres, esta debe de ser la causa de toda la sociedad en general y todos los órdenes de gobierno.

Las leyes, las prácticas gubernamentales, los presupuestos y las políticas públicas no estaban preparados y hechos para contener, prevenir y combatir este fenómeno, y esas son las verdaderas causas de la lucha de todas las mujeres que levantamos la voz y proponemos desde muestra participación en política activa y en nuestras responsabilidades de gobierno. Exigimos cambios de forma y fondo. Para cambiar la dinámica, los esfuerzos, los presupuestos y los gastos de los gobiernos para atender de manera inmediata la violencia y los delitos sexuales en contra de las mujeres; con la creación de políticas públicas que nos protejan a nosotras, a nuestras hijas y a las próximas generaciones.

De mi parte, me encuentro totalmente convencida de no parar nuestra lucha desde las múltiples trincheras que hoy me toca defender con orgullo: como hija de artesanos tonaltecas, madre soltera, académica de la Benemérita Universidad de Guadalajara, fundadora de la organización civil Mujeres de Cambio A.C., regidora de Tonalá, política activa del partido Morena en Jalisco y sobre todo como mexicana.

Agradezco infinitamente a Doña Paquita Ramos de Vázquez Raña y familia por permitirme participar y ser parte de la comunidad nacional de la OEM y a Javier Valle del Occidental por su trabajo, visión y dedicación para erradicar y combatir cualquier síntoma de este fenómeno desde su trinchera editorial.

A todas las mexicanas y mexicanos lectores de esta red de medios, las invito a seguirme en mis redes sociales y mantener una línea de comunicación directa.

Twitter @lilioleafrias

Instagram @lilioleafrias

Liliana Olea Frías

El día de hoy hago una invitación desde este espacio de comunicación, a seguir sumando buenas voluntades y voces a favor de la causa que me ha hecho vivir de tiempo completo como ciudadana, hija, madre, maestra y política activa a favor de la igualdad y en contra de cualquier acto de violencia de género en todas sus expresiones, las desapariciones forzadas y los delitos sexuales.

México está viviendo la etapa más compleja en materia de inseguridad, y a traspasado los límites de las responsabilidades del gobierno federal, pero los estados y los municipios se excusan de la responsabilidad y se lavan las manos. Pero la violencia de género ha llegado a nuestras casas, escuelas y familias. Está golpeando lo más valioso que tenemos y nos está transformando como país, dañando a nuestras comunidades. Y es ahí donde el orden de gobierno municipal tiene que actuar y atacar de manera contundente este fenómeno ya que es el responsable de la seguridad de nuestras niñas y mujeres en nuestras comunidades.

Esta no es una bandera política sin fondo ni fundamento, es la bandera que busca aglutinar la mayor fuerza social para acabar con el fenómeno que nos está matando y que hemos generado como sociedad, y que las cifras oficiales nos dicen que 23 de las 32 entidades federativas del país cuentan con alerta de género activa y hasta el corte de septiembre hemos tenido 736 feminicidios y 2,104 homicidios dolosos en contra de nuestras mujeres en lo que va del año. Este, no es un virus mundial, ni un problema de diferencias entre dos bandas del crimen organizado; este fenómeno social es que nos está haciendo matarnos entre mexicanos, y es por eso que reitero mi invitación a todas las mexicanas y las jaliscienses a sumarse a combatir y luchar. Esta causa no es la causa de una o varias mujeres, esta debe de ser la causa de toda la sociedad en general y todos los órdenes de gobierno.

Las leyes, las prácticas gubernamentales, los presupuestos y las políticas públicas no estaban preparados y hechos para contener, prevenir y combatir este fenómeno, y esas son las verdaderas causas de la lucha de todas las mujeres que levantamos la voz y proponemos desde muestra participación en política activa y en nuestras responsabilidades de gobierno. Exigimos cambios de forma y fondo. Para cambiar la dinámica, los esfuerzos, los presupuestos y los gastos de los gobiernos para atender de manera inmediata la violencia y los delitos sexuales en contra de las mujeres; con la creación de políticas públicas que nos protejan a nosotras, a nuestras hijas y a las próximas generaciones.

De mi parte, me encuentro totalmente convencida de no parar nuestra lucha desde las múltiples trincheras que hoy me toca defender con orgullo: como hija de artesanos tonaltecas, madre soltera, académica de la Benemérita Universidad de Guadalajara, fundadora de la organización civil Mujeres de Cambio A.C., regidora de Tonalá, política activa del partido Morena en Jalisco y sobre todo como mexicana.

Agradezco infinitamente a Doña Paquita Ramos de Vázquez Raña y familia por permitirme participar y ser parte de la comunidad nacional de la OEM y a Javier Valle del Occidental por su trabajo, visión y dedicación para erradicar y combatir cualquier síntoma de este fenómeno desde su trinchera editorial.

A todas las mexicanas y mexicanos lectores de esta red de medios, las invito a seguirme en mis redes sociales y mantener una línea de comunicación directa.

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