/ jueves 29 de abril de 2021

¿Cómo le va a México?

Tras el inmenso enojo que le causó al presidente Andrés Manuel López Obrador el hecho de que el INE y el TEPJF bajara de la candidatura a Félix Salgado Macedonio, propios y extraños han visto con asombro como el ejecutivo arremete contra el árbitro de las próximas elecciones, llevando el discurso a un pleito personal contra Lorenzo Córdova y todo el sistema Electoral del Pais.

Por increíble que parezca, es el presidente el que desacredita el actuar conforme a derecho y evita aceptar que el ahora ex candidato faltó a la ley al no presentar una declaración de gastos de pre campaña, no importa si fue un peso o fueron 20 mil, es el hecho que contempla un artículo en específico y que ahora pareciera un argumento para deslegitimar un proceso que está organizando la próxima elección.

Al presidente lo veo en el capricho incluso de que si no le gusta el resultado de las elecciones él mismo las impugnará desde el púlpito mañanero, como hizo con los fideicomisos hasta llevarlos a su desaparición pese a los argumentos de su constitucionalidad, y hasta ahora y por cierto, no hemos sabido de la distribución de los recursos y de procesados por los señalamientos de corrupción en la operación.

El INE es un órgano que nació justo para dar certidumbre en materia electoral, su creación fue justamente por el nivel de desconfianza y su costo operativo es ciertamente uno de los más costosos del mundo, pero el presidente hoy cambia radicalmente su postura y no sólo amenaza con destruirlo sino que atenta al mismo tiempo usa la palabra Democracia como el adjetivo que defendería con esta acción sin de facto considerar la creación de otro organismo y dejando entrever que el estado sería juez y parte en los futuros procesos.

Tenemos un presidente que señala, que denuncia, que desparece todo aquello que no va con su filosofía, la democracia, eso que es un valor intangible es lo que lo amenaza ahora y muestra toda su artillería para que no le haga sombra, mientras afuera de las paredes de palacio nacional, esa postura mantiene nerviosos a empresarios e inversionistas, la fuga de capitales ha estado de manera constante y la incertidumbre de lo que sucederá a partir del 7 de Junio.

De hecho sólo hay que poner atención a los candidatos de Morena que participan en algunos debates, el de Sinaloa con el Dr. Alfonso Durazo al que se le cuestionó sobre el legado en materia de seguridad que deja mientras fue el encargado de ella y que, si le dedicáramos un minuto de silencio por cada víctima de la delincuencia, México permanecería callado por un lapso de 45 dias, a lo cual el abanderado de la coalición que encabeza el partido en el poder contestó con una avalancha de ayudas, de programas sociales que se pagan con mi dinero y con su dinero; asi pues los cuestionamientos no tienen respuestas, tienen como caballo calandriero, visión de frente sin saber incluso si existe un tramo con destino.

Hoy, cada candidato que se le cuestiona sobre el resultado de aquellas promesas de campaña de 2018 parece que se olvidan, ya no alcanza la “Beca” o de plano no ha llegado, la vacuna no ha sido del todo el anillo al dedo, y aunque hay todavía voces que están convencidas que eso vale la pena por un voto, lo cierto es que ya no son los 30 millones que formaban parte del discurso triunfalista que en su momento respaldaba toda decisión por mandato del pueblo.

Hay quien me preguntó desde Europa esta semana… y ¿cómo le va a México?, lo cual contesté: espero poder decirte el 7 de Junio.

Tras el inmenso enojo que le causó al presidente Andrés Manuel López Obrador el hecho de que el INE y el TEPJF bajara de la candidatura a Félix Salgado Macedonio, propios y extraños han visto con asombro como el ejecutivo arremete contra el árbitro de las próximas elecciones, llevando el discurso a un pleito personal contra Lorenzo Córdova y todo el sistema Electoral del Pais.

Por increíble que parezca, es el presidente el que desacredita el actuar conforme a derecho y evita aceptar que el ahora ex candidato faltó a la ley al no presentar una declaración de gastos de pre campaña, no importa si fue un peso o fueron 20 mil, es el hecho que contempla un artículo en específico y que ahora pareciera un argumento para deslegitimar un proceso que está organizando la próxima elección.

Al presidente lo veo en el capricho incluso de que si no le gusta el resultado de las elecciones él mismo las impugnará desde el púlpito mañanero, como hizo con los fideicomisos hasta llevarlos a su desaparición pese a los argumentos de su constitucionalidad, y hasta ahora y por cierto, no hemos sabido de la distribución de los recursos y de procesados por los señalamientos de corrupción en la operación.

El INE es un órgano que nació justo para dar certidumbre en materia electoral, su creación fue justamente por el nivel de desconfianza y su costo operativo es ciertamente uno de los más costosos del mundo, pero el presidente hoy cambia radicalmente su postura y no sólo amenaza con destruirlo sino que atenta al mismo tiempo usa la palabra Democracia como el adjetivo que defendería con esta acción sin de facto considerar la creación de otro organismo y dejando entrever que el estado sería juez y parte en los futuros procesos.

Tenemos un presidente que señala, que denuncia, que desparece todo aquello que no va con su filosofía, la democracia, eso que es un valor intangible es lo que lo amenaza ahora y muestra toda su artillería para que no le haga sombra, mientras afuera de las paredes de palacio nacional, esa postura mantiene nerviosos a empresarios e inversionistas, la fuga de capitales ha estado de manera constante y la incertidumbre de lo que sucederá a partir del 7 de Junio.

De hecho sólo hay que poner atención a los candidatos de Morena que participan en algunos debates, el de Sinaloa con el Dr. Alfonso Durazo al que se le cuestionó sobre el legado en materia de seguridad que deja mientras fue el encargado de ella y que, si le dedicáramos un minuto de silencio por cada víctima de la delincuencia, México permanecería callado por un lapso de 45 dias, a lo cual el abanderado de la coalición que encabeza el partido en el poder contestó con una avalancha de ayudas, de programas sociales que se pagan con mi dinero y con su dinero; asi pues los cuestionamientos no tienen respuestas, tienen como caballo calandriero, visión de frente sin saber incluso si existe un tramo con destino.

Hoy, cada candidato que se le cuestiona sobre el resultado de aquellas promesas de campaña de 2018 parece que se olvidan, ya no alcanza la “Beca” o de plano no ha llegado, la vacuna no ha sido del todo el anillo al dedo, y aunque hay todavía voces que están convencidas que eso vale la pena por un voto, lo cierto es que ya no son los 30 millones que formaban parte del discurso triunfalista que en su momento respaldaba toda decisión por mandato del pueblo.

Hay quien me preguntó desde Europa esta semana… y ¿cómo le va a México?, lo cual contesté: espero poder decirte el 7 de Junio.