/ domingo 21 de noviembre de 2021

Cómo acabar con las alcancías rateras

“Alfaro, centavero, regresa el dinero” fue una de las arengas que cientos de estudiantes gritamos en las calles, porque tenemos conciencia social y porque no vamos a ser omisos al fraude que el actual gobierno del estado de Jalisco está cometiendo a través del sistema de transporte público. Hay que decirlo con todas sus letras, las alcancías rateras instaladas en los camiones, en el tren ligero y macrobús, son un robo sistematizado y equiparado a los millones de usuarios que utilizan estos medios para trasladarse en la ciudad.

Con premeditación el gobierno decidió implementar alcancías que NO dieran cambio, aun sabiendo que la tarifa sería fraccionada a 9 pesos con 50 centavos, y a pesar de que en el mercado si existían a la venta máquinas que SÍ dan cambio, las autoridades optaron por las alcancías rateras, las cuales generan un excedente de al menos 1,171,852 pesos diarios, es decir, desde el 2019 a la fecha a cada familia le han robado 867 pesos por persona. Y por su puesto sin declarar ni dar transparencia de a dónde ha ido a parar este flujo de dinero, que reitero, es un robo descarado.

Al día de hoy, lunes que se publica esta columna, la cifra acumulada gira en torno a 604,201,942 millones de pesos. Esta suma de dinero equivale al presupuesto que se requiere para construir 4 escuelas, el 50 por ciento de un hospital, 6 unidades deportivas, etcétera. Esos millones no los ve la gente convertidos en obras para nuestro beneficio sino que se lo quedan entre cuates, porque en Jalisco reina la impunidad. Estas alcancías simbolizan la impunidad con la que el gobierno puede robarle a sus ciudadanos sin que nadie los detenga.

Claro está que no podemos desistir, no podemos dejar que se lleven el botín, por ello el primer paso fue documentar el robo. Si bien en la ciudad hay políticos corruptos, también hay periodistas comprometidos que a través de su pluma comparten datos reveladores, ahí reconocemos la labor periodística de Ricardo Salazar. También la Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco elaboró una macro recomendación al ejecutivo; entre muchas observaciones, pedía garantizar la devolución del cambio de manera inmediata a cada ciudadano, al margen de las alternativas del sistema de pago electrónico con tarjeta o el punto de devolución en SITREN, que dicho sea de paso, tiene una fila más larga que la cuaresma.

De parte de la organización estudiantil denunciamos en la Fiscalía Anticorrupción Estatal estos hechos para deslindar responsabilidades, sin embargo la denuncia ya está archivada; esa fiscalía cuesta mucho para su pobre desempeño. Además interpusimos un amparo con el propósito de obligar a la autoridad a implementar máquinas que sí dieran cambio, mas el fallo del juez, desafortunadamente, no fue a favor de la protección del patrimonio de la ciudad. Si ni las instituciones de procuración de justicia, ni el poder judicial han logrado proteger a la ciudadanía de los actos ventajosos del ejecutivo, ¿qué nos queda a la ciudadanía? Protestar hasta cambiar el sistema.

Si la costumbre es fuente de derecho, no permitiremos que se vuelva una costumbre que el gobierno le robe impunemente a la ciudadanía, si es necesario que para eso cambiemos leyes, jueces o alcancías, que se haga. Lo cierto es que a nadie en este país le conviene una ciudadanía dormida, sumisa, porque ¿quién nos va a defender de los arrebatos del ejecutivo? ¿Lo vamos a dejar en las manos de los diputados?, la mayoría están dormidos.

Es responsabilidad de las y los universitarios criticar el ejercicio del poder porque tenemos capacidad critica y reflexiva gracias al conocimiento. Tal vez no logremos transformar nuestra realidad de manera inmediata, pero sin duda sumarnos al camino de la lucha es una travesía en busca de justica que termina por transformarnos a nosotros mismos, ese proceso se llama libertad; se trata de disfrutar el camino, de construir patria, no solo de destino.

* Presidente de la FEU

Twitter @JavierArmentaMX

“Alfaro, centavero, regresa el dinero” fue una de las arengas que cientos de estudiantes gritamos en las calles, porque tenemos conciencia social y porque no vamos a ser omisos al fraude que el actual gobierno del estado de Jalisco está cometiendo a través del sistema de transporte público. Hay que decirlo con todas sus letras, las alcancías rateras instaladas en los camiones, en el tren ligero y macrobús, son un robo sistematizado y equiparado a los millones de usuarios que utilizan estos medios para trasladarse en la ciudad.

Con premeditación el gobierno decidió implementar alcancías que NO dieran cambio, aun sabiendo que la tarifa sería fraccionada a 9 pesos con 50 centavos, y a pesar de que en el mercado si existían a la venta máquinas que SÍ dan cambio, las autoridades optaron por las alcancías rateras, las cuales generan un excedente de al menos 1,171,852 pesos diarios, es decir, desde el 2019 a la fecha a cada familia le han robado 867 pesos por persona. Y por su puesto sin declarar ni dar transparencia de a dónde ha ido a parar este flujo de dinero, que reitero, es un robo descarado.

Al día de hoy, lunes que se publica esta columna, la cifra acumulada gira en torno a 604,201,942 millones de pesos. Esta suma de dinero equivale al presupuesto que se requiere para construir 4 escuelas, el 50 por ciento de un hospital, 6 unidades deportivas, etcétera. Esos millones no los ve la gente convertidos en obras para nuestro beneficio sino que se lo quedan entre cuates, porque en Jalisco reina la impunidad. Estas alcancías simbolizan la impunidad con la que el gobierno puede robarle a sus ciudadanos sin que nadie los detenga.

Claro está que no podemos desistir, no podemos dejar que se lleven el botín, por ello el primer paso fue documentar el robo. Si bien en la ciudad hay políticos corruptos, también hay periodistas comprometidos que a través de su pluma comparten datos reveladores, ahí reconocemos la labor periodística de Ricardo Salazar. También la Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco elaboró una macro recomendación al ejecutivo; entre muchas observaciones, pedía garantizar la devolución del cambio de manera inmediata a cada ciudadano, al margen de las alternativas del sistema de pago electrónico con tarjeta o el punto de devolución en SITREN, que dicho sea de paso, tiene una fila más larga que la cuaresma.

De parte de la organización estudiantil denunciamos en la Fiscalía Anticorrupción Estatal estos hechos para deslindar responsabilidades, sin embargo la denuncia ya está archivada; esa fiscalía cuesta mucho para su pobre desempeño. Además interpusimos un amparo con el propósito de obligar a la autoridad a implementar máquinas que sí dieran cambio, mas el fallo del juez, desafortunadamente, no fue a favor de la protección del patrimonio de la ciudad. Si ni las instituciones de procuración de justicia, ni el poder judicial han logrado proteger a la ciudadanía de los actos ventajosos del ejecutivo, ¿qué nos queda a la ciudadanía? Protestar hasta cambiar el sistema.

Si la costumbre es fuente de derecho, no permitiremos que se vuelva una costumbre que el gobierno le robe impunemente a la ciudadanía, si es necesario que para eso cambiemos leyes, jueces o alcancías, que se haga. Lo cierto es que a nadie en este país le conviene una ciudadanía dormida, sumisa, porque ¿quién nos va a defender de los arrebatos del ejecutivo? ¿Lo vamos a dejar en las manos de los diputados?, la mayoría están dormidos.

Es responsabilidad de las y los universitarios criticar el ejercicio del poder porque tenemos capacidad critica y reflexiva gracias al conocimiento. Tal vez no logremos transformar nuestra realidad de manera inmediata, pero sin duda sumarnos al camino de la lucha es una travesía en busca de justica que termina por transformarnos a nosotros mismos, ese proceso se llama libertad; se trata de disfrutar el camino, de construir patria, no solo de destino.

* Presidente de la FEU

Twitter @JavierArmentaMX