/ martes 11 de enero de 2022

Clase media en aprietos | Primera de dos Partes

Aunque para nadie es un secreto la situación apremiante que viven cientos de miles de familias pertenecientes a la clase media, la verdad es que el problema no ha tenido la difusión que seguramente merece y mucho menos la atención que supuestamente reclama.

¿Por qué? Pues tal vez porque la gente que está al mando de la economía se apura más por su situación particular y probablemente también porque de preocuparse, en realidad se preocuparía primero por la problemática que afecta a los de más abajo; es decir, a los realmente desprotegidos, que son los extremadamente pobres..

Pero bueno, ahora de lo que se trata es de exponer las dificultades que enfrenta actualmente algunos segmentos de este sector de la población de que hablamos. El cual por cierto, ha sido todavía más fraccionado por algunos observadores acuciosos, que han hecho una sub-clasificación al apuntar que dicho grupo poblacional está dividido en 3 partes y que éstas son la clase media-baja, la clase media-media y la clase media-alta. ¡Vaya quehacer! Pero bueno, de todo tiene que haber en la viña del Señor.

Yéndonos rápidamente al asunto, lo que se observa es que son dos los problemas principales que se presentan y ellos son atención médica y transporte. Hay otros más, pero éstos son los más sobresalientes.

En lo que trata al cuidado de la salud y combate de enfermedades la situación es muy seria, considerando que gran parte de la clase media carece de seguridad social y tiene que recurrir a los médicos y a los hospitales particulares, donde -y esto es lo grave- los costos se han encarecido de manera más que alarmante. Las consultas son caras, pero lo peor es que la atención hospitalaria alcanza hoy aquí niveles estratosféricos, para muchos inalcanzables. Se comenzó cobrando decenas de miles de pesos por internarse y ser atendido, pero luego la tarifa subió a cientos de miles y actualmente se ha llegado a los millones de pesos. Y si el lector no lo cree, consúltelo con los que han tenido que pagar tales sumas por este servicio. Ese es un problema muy serio, verdaderamente serio, que no tiene visos de solución.

Pero hay otro, que es el del transporte y está a punto de hacer crisis: Resulta que ahora con este plan de la verificación vehicular, se tiene calculado que son cientos de miles de automóviles los que no van a pasar la prueba y en consecuencia, tendrían que ser dados de baja, con lo cual, sus dueños se quedarían sin medio de transporte propio. Unos tal vez podrán comprar auto nuevo, pero la mayoría no. Y tendrán que adaptarse al servicio público de transportación y acostumbrarse a agarrar su camioncito.

Un panorama nada halagador, pero según los observadores así están las cosas en este sector de la población. (Continuará).

* Periodista

Aunque para nadie es un secreto la situación apremiante que viven cientos de miles de familias pertenecientes a la clase media, la verdad es que el problema no ha tenido la difusión que seguramente merece y mucho menos la atención que supuestamente reclama.

¿Por qué? Pues tal vez porque la gente que está al mando de la economía se apura más por su situación particular y probablemente también porque de preocuparse, en realidad se preocuparía primero por la problemática que afecta a los de más abajo; es decir, a los realmente desprotegidos, que son los extremadamente pobres..

Pero bueno, ahora de lo que se trata es de exponer las dificultades que enfrenta actualmente algunos segmentos de este sector de la población de que hablamos. El cual por cierto, ha sido todavía más fraccionado por algunos observadores acuciosos, que han hecho una sub-clasificación al apuntar que dicho grupo poblacional está dividido en 3 partes y que éstas son la clase media-baja, la clase media-media y la clase media-alta. ¡Vaya quehacer! Pero bueno, de todo tiene que haber en la viña del Señor.

Yéndonos rápidamente al asunto, lo que se observa es que son dos los problemas principales que se presentan y ellos son atención médica y transporte. Hay otros más, pero éstos son los más sobresalientes.

En lo que trata al cuidado de la salud y combate de enfermedades la situación es muy seria, considerando que gran parte de la clase media carece de seguridad social y tiene que recurrir a los médicos y a los hospitales particulares, donde -y esto es lo grave- los costos se han encarecido de manera más que alarmante. Las consultas son caras, pero lo peor es que la atención hospitalaria alcanza hoy aquí niveles estratosféricos, para muchos inalcanzables. Se comenzó cobrando decenas de miles de pesos por internarse y ser atendido, pero luego la tarifa subió a cientos de miles y actualmente se ha llegado a los millones de pesos. Y si el lector no lo cree, consúltelo con los que han tenido que pagar tales sumas por este servicio. Ese es un problema muy serio, verdaderamente serio, que no tiene visos de solución.

Pero hay otro, que es el del transporte y está a punto de hacer crisis: Resulta que ahora con este plan de la verificación vehicular, se tiene calculado que son cientos de miles de automóviles los que no van a pasar la prueba y en consecuencia, tendrían que ser dados de baja, con lo cual, sus dueños se quedarían sin medio de transporte propio. Unos tal vez podrán comprar auto nuevo, pero la mayoría no. Y tendrán que adaptarse al servicio público de transportación y acostumbrarse a agarrar su camioncito.

Un panorama nada halagador, pero según los observadores así están las cosas en este sector de la población. (Continuará).

* Periodista