/ miércoles 17 de octubre de 2018

Cinco cosas en las que puedes invertir hoy (sin dinero)

Hoy por la mañana tuve el gusto de platicar con un grupo de jóvenes que están en sus primeros semestres de licenciatura. Algunos serán abogados, otros ecónomos; otros más se licenciarán en negocios o en políticas públicas. Hablamos de muchas cosas: de la tecnología y el futuro de sus trabajos; de su habilidad para influir en el ambiente y de la importancia de aprender a invertir.

Sobre este último punto, una alumna pareció particularmente interesada. Quiero invertir –dijo- pero no tengo dinero. ¿Qué hago?

Una pregunta válida y que, además, he escuchado en boca de distintos jóvenes –y no tan jóvenes- en casi todos los lados a los que voy.

Para invertir dinero hay que tener dinero; claro, y hablé con ella del ahorro y del trabajo. Pero también le insistí en varios puntos fundamentales.

En realidad, hay muchas cosas en las que podemos invertir sin tener un solo peso. La mayoría de estos jóvenes y todos nosotros tenemos cosas más importantes que el dinero. Tenemos tiempo, y fuerzas y ganas. Un joven puede usar su tiempo para volverse rico; pero un rico no puede usar su dinero para volverse joven. Estoy seguro –les dije- que Warren Buffet o Richard Branson darían todo lo que hay en su bolsillo por volver a tener 20 años. Ustedes están en la mejor posición posible para invertir, y pueden empezar a hacerlo hoy. Y sin dinero.

1. Invierte en tu cerebro. No me voy a poner cursi. Estamos hablando de negocios. Es verdad que pagamos cientos de miles de pesos por carreras y títulos que no nos garantizan ni trabajo ni riqueza. ¿Por qué no estamos dispuestos a invertir tiempo en aprender nuevas cosas? Millones de nuevos licenciados salen a la calle todos los días. ¿Cómo destacar en un mar de recién egresados?

Conocí un chico de 17 que había aprendido a desarrollar apps a través de tutoriales de youtube. Ganaba más dinero que muchos licenciados; y el aprendizaje fue totalmente Gratis. ¿Audiolibros? Gratis. ¿Cursos en línea; diplomados; conferencias? Gratis. ¿Libros, artículos, foros…? Gratis, gratis, gratis. Solo hay que querer invertir tiempo en aprender.

Esa puede ser –y a menudo, es- la diferencia entre un empleado y un empleador; o entre un godínez y un director. Es la forma más sencilla de destacar, además, aprendiendo y perfeccionando las cosas que te apasionan y en las cuales eres talentoso.

2. Invierte en tu experiencia. Muchos se quejan de que piden cinco años de experiencia en trabajos para recién egresados. Y ¿quién dijo que hay que esperar a graduarse para empezar a trabajar? Este es un error tan común como mortal.

Ya sea que busques un trabajo de pasantía –en donde, pésele a quien le pese, el pago más importante sí es el aprendizaje- o empieces con un proyecto propio, recuerda que Guillermo del Toro hacía películas desde los diez años, en su casa, sin dinero y sin esperanza de éxito. Si crees que tienes que esperar a que “te contraten” para empezar a ganar experiencia, entonces espera sentado. Cuando empieces, será demasiado tarde. Ahora mismo el dinero no será lo principal; pero hay miles de proyectos que requieren manos y creatividad, y que estarán felices de tenerte, si tienes ganas de trabajar y de aprender.

3. Invierte en preguntar. A tus tíos, a tus amigos; a los amigos de tus papás, a tus familiares… no les pidas trabajo y nunca les pidas dinero. Todo el resto del mundo ya lo hace. Pídeles, en cambio, información y consejo.

Si eres abogado y tienes un tío abogado, no vayas a pedirle trabajo. Mejor invítale un café y hazle algunas preguntas. ¿Cómo ha sido tu carrera? ¿Qué le apasiona? ¿Cómo gana dinero? ¿Cómo ayuda a los demás? Y ya que te conoce y te quiere, pregúntale ¿qué áreas de la profesión son mejores para mí? ¿Qué me recomienda para empezar? Y al final ¿tiene alguna persona que pudiera resolverme otras dudas?

Todos los que te conocen quieren ayudarte, y estarán felices de verte triunfar. Si hay alguna oportunidad de trabajo, te lo harán saber. Pero necesitan verte más hambriento de conocimiento que de dinero. Aprender a pedir consejo y a buscar mentor puede ser una de las mejores inversiones de tu vida.

Si lo que te urge es dinero, no quemes esos puentes aún. No tengas miedo de voltear hamburguesas, llevar paquetes, lavar autos o atender mesas en un café para ganar dinero y ahorrar para también empezar a invertir. Si algo te apasiona y tienes talento; desarróllalo e imagina cómo monetizarlo. En algún lugar del mundo hay alguien haciéndose rico con eso que tú haces hoy gratis. Investiga cómo lo hace.

4. Invierte en tu reputación. En el mundo profesional, la reputación es el activo más importante con el que cuentas. El dinero perdido se recupera; pero la reputación jamás. Las empresas y los empresarios gastan millones en diseñar y mejorar su reputación, pero tú puedes empezar hoy, y sin invertir un peso.

Tus redes y tus contactos son tu mejor carta de presentación. Diséñalas con estrategia. Si eres buena en algo ¿has pensado en publicar de manera periódica en un blog o en alguna revista? Si la huella digital que dejamos tras de nosotros es nuestro verdadero currículum ¿por qué no formarlo a conciencia? Si hoy un potencial empleador o socio quisiera googlearte o buscarte en redes ¿encontraría la imagen que tú quieres transmitir?

Si eres joven –o desempleado, o estás empezando- y no tienes nada que invertir, invierte lo único que tienes: tus ganas y tu tiempo. Los intereses, pronto aprenderás, están muy por arriba de la tasa de mercado.

@franciscogpr


Hoy por la mañana tuve el gusto de platicar con un grupo de jóvenes que están en sus primeros semestres de licenciatura. Algunos serán abogados, otros ecónomos; otros más se licenciarán en negocios o en políticas públicas. Hablamos de muchas cosas: de la tecnología y el futuro de sus trabajos; de su habilidad para influir en el ambiente y de la importancia de aprender a invertir.

Sobre este último punto, una alumna pareció particularmente interesada. Quiero invertir –dijo- pero no tengo dinero. ¿Qué hago?

Una pregunta válida y que, además, he escuchado en boca de distintos jóvenes –y no tan jóvenes- en casi todos los lados a los que voy.

Para invertir dinero hay que tener dinero; claro, y hablé con ella del ahorro y del trabajo. Pero también le insistí en varios puntos fundamentales.

En realidad, hay muchas cosas en las que podemos invertir sin tener un solo peso. La mayoría de estos jóvenes y todos nosotros tenemos cosas más importantes que el dinero. Tenemos tiempo, y fuerzas y ganas. Un joven puede usar su tiempo para volverse rico; pero un rico no puede usar su dinero para volverse joven. Estoy seguro –les dije- que Warren Buffet o Richard Branson darían todo lo que hay en su bolsillo por volver a tener 20 años. Ustedes están en la mejor posición posible para invertir, y pueden empezar a hacerlo hoy. Y sin dinero.

1. Invierte en tu cerebro. No me voy a poner cursi. Estamos hablando de negocios. Es verdad que pagamos cientos de miles de pesos por carreras y títulos que no nos garantizan ni trabajo ni riqueza. ¿Por qué no estamos dispuestos a invertir tiempo en aprender nuevas cosas? Millones de nuevos licenciados salen a la calle todos los días. ¿Cómo destacar en un mar de recién egresados?

Conocí un chico de 17 que había aprendido a desarrollar apps a través de tutoriales de youtube. Ganaba más dinero que muchos licenciados; y el aprendizaje fue totalmente Gratis. ¿Audiolibros? Gratis. ¿Cursos en línea; diplomados; conferencias? Gratis. ¿Libros, artículos, foros…? Gratis, gratis, gratis. Solo hay que querer invertir tiempo en aprender.

Esa puede ser –y a menudo, es- la diferencia entre un empleado y un empleador; o entre un godínez y un director. Es la forma más sencilla de destacar, además, aprendiendo y perfeccionando las cosas que te apasionan y en las cuales eres talentoso.

2. Invierte en tu experiencia. Muchos se quejan de que piden cinco años de experiencia en trabajos para recién egresados. Y ¿quién dijo que hay que esperar a graduarse para empezar a trabajar? Este es un error tan común como mortal.

Ya sea que busques un trabajo de pasantía –en donde, pésele a quien le pese, el pago más importante sí es el aprendizaje- o empieces con un proyecto propio, recuerda que Guillermo del Toro hacía películas desde los diez años, en su casa, sin dinero y sin esperanza de éxito. Si crees que tienes que esperar a que “te contraten” para empezar a ganar experiencia, entonces espera sentado. Cuando empieces, será demasiado tarde. Ahora mismo el dinero no será lo principal; pero hay miles de proyectos que requieren manos y creatividad, y que estarán felices de tenerte, si tienes ganas de trabajar y de aprender.

3. Invierte en preguntar. A tus tíos, a tus amigos; a los amigos de tus papás, a tus familiares… no les pidas trabajo y nunca les pidas dinero. Todo el resto del mundo ya lo hace. Pídeles, en cambio, información y consejo.

Si eres abogado y tienes un tío abogado, no vayas a pedirle trabajo. Mejor invítale un café y hazle algunas preguntas. ¿Cómo ha sido tu carrera? ¿Qué le apasiona? ¿Cómo gana dinero? ¿Cómo ayuda a los demás? Y ya que te conoce y te quiere, pregúntale ¿qué áreas de la profesión son mejores para mí? ¿Qué me recomienda para empezar? Y al final ¿tiene alguna persona que pudiera resolverme otras dudas?

Todos los que te conocen quieren ayudarte, y estarán felices de verte triunfar. Si hay alguna oportunidad de trabajo, te lo harán saber. Pero necesitan verte más hambriento de conocimiento que de dinero. Aprender a pedir consejo y a buscar mentor puede ser una de las mejores inversiones de tu vida.

Si lo que te urge es dinero, no quemes esos puentes aún. No tengas miedo de voltear hamburguesas, llevar paquetes, lavar autos o atender mesas en un café para ganar dinero y ahorrar para también empezar a invertir. Si algo te apasiona y tienes talento; desarróllalo e imagina cómo monetizarlo. En algún lugar del mundo hay alguien haciéndose rico con eso que tú haces hoy gratis. Investiga cómo lo hace.

4. Invierte en tu reputación. En el mundo profesional, la reputación es el activo más importante con el que cuentas. El dinero perdido se recupera; pero la reputación jamás. Las empresas y los empresarios gastan millones en diseñar y mejorar su reputación, pero tú puedes empezar hoy, y sin invertir un peso.

Tus redes y tus contactos son tu mejor carta de presentación. Diséñalas con estrategia. Si eres buena en algo ¿has pensado en publicar de manera periódica en un blog o en alguna revista? Si la huella digital que dejamos tras de nosotros es nuestro verdadero currículum ¿por qué no formarlo a conciencia? Si hoy un potencial empleador o socio quisiera googlearte o buscarte en redes ¿encontraría la imagen que tú quieres transmitir?

Si eres joven –o desempleado, o estás empezando- y no tienes nada que invertir, invierte lo único que tienes: tus ganas y tu tiempo. Los intereses, pronto aprenderás, están muy por arriba de la tasa de mercado.

@franciscogpr


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