/ lunes 11 de julio de 2022

Caminamos entre fosas


En días pasados fue encontrada una fosa clandestina en el municipio de El Salto. El problema es gravísimo porque es un síntoma de la crisis de inseguridad y violencia que atravesamos y que se ha vuelto tan cotidiana que parece que la realidad ya no nos alarma por atroz que sea.

En la mitad de lo que va de este 2022, suman 28 fosas clandestinas encontradas en nuestro estado, en las cuáles se han encontrado al menos 180 cuerpos.

En un país con más de 100 mil personas desaparecidas, hablar de fosas clandestinas es hablar de miles de personas que perdieron la vida y que no han sido localizadas por las autoridades.

Estamos hablando de una situación de extrema violencia pero también de extrema impunidad, acompañado de un claro rebase institucional y gubernamental.

Jalisco cuenta con más de 15 mil personas desaparecidas y desde 2018 se han localizado más de 106 fosas con casi mil cuerpos. Escribir estas cifras ponen la sangre helada. Lo digo por que hablar de fosas clandestinas es hablar de sitios en los que restos de personas son abandonados con la intención de ocultar o destruir evidencia, de deshacerse de los cuerpos que fueron víctimas de crímenes fatales.

Esta vez el hallazgo se realizó en El Salto, pero el municipio que es el principal foco rojo es Tlajomulco de Zúñiga, donde hace algunos meses madres buscadoras dieron con decenas de bolsas con restos humanos, incluso en lugares que las autoridades ya habían revisado.

Decir que caminamos entre fosas es decir que vivimos en total impunidad, que respiramos el dolor de quienes no sabemos dónde están, de esta sociedad que sucumbe ante la indiferencia, el dolo y el miedo.


En días pasados fue encontrada una fosa clandestina en el municipio de El Salto. El problema es gravísimo porque es un síntoma de la crisis de inseguridad y violencia que atravesamos y que se ha vuelto tan cotidiana que parece que la realidad ya no nos alarma por atroz que sea.

En la mitad de lo que va de este 2022, suman 28 fosas clandestinas encontradas en nuestro estado, en las cuáles se han encontrado al menos 180 cuerpos.

En un país con más de 100 mil personas desaparecidas, hablar de fosas clandestinas es hablar de miles de personas que perdieron la vida y que no han sido localizadas por las autoridades.

Estamos hablando de una situación de extrema violencia pero también de extrema impunidad, acompañado de un claro rebase institucional y gubernamental.

Jalisco cuenta con más de 15 mil personas desaparecidas y desde 2018 se han localizado más de 106 fosas con casi mil cuerpos. Escribir estas cifras ponen la sangre helada. Lo digo por que hablar de fosas clandestinas es hablar de sitios en los que restos de personas son abandonados con la intención de ocultar o destruir evidencia, de deshacerse de los cuerpos que fueron víctimas de crímenes fatales.

Esta vez el hallazgo se realizó en El Salto, pero el municipio que es el principal foco rojo es Tlajomulco de Zúñiga, donde hace algunos meses madres buscadoras dieron con decenas de bolsas con restos humanos, incluso en lugares que las autoridades ya habían revisado.

Decir que caminamos entre fosas es decir que vivimos en total impunidad, que respiramos el dolor de quienes no sabemos dónde están, de esta sociedad que sucumbe ante la indiferencia, el dolo y el miedo.