/ viernes 21 de junio de 2019

¡Cajititlán, debe vivir!

Una de las urgencias pendientes de atender en la restauración de aguas superficiales de Jalisco es la laguna de Cajititlán, sobre todo a partir del escandalo nacional documentado en 2013 y 2015 por la muerte de millones de peces y los niveles de contaminación alcanzados.

De acuerdo a datos presentados por la Universidad de Guadalajara y el Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social e instituciones involucradas en distintos proyectos de investigación, tanto en la macro cuenca Lerma-Chapala-Santiago-Pacifico, como en este vaso lacustre de enorme tradición por su trascendencia histórica y religiosa a partir del culto católico regional a los santos reyes.

No obstante, el crecimiento demográfico de esta región ubicada en el municipio de Tlajomulco de Zúñiga, lejos de resarcir los altos índices de contaminación, ha continuado arrojando las aguas residuales de los fraccionamientos aledaños, cuyo número y densidad poblacional no se ha logrado contener.

De hecho, el problema subyacente sigue siendo la inexistencia de plantas de tratamiento de aguas residuales suficientes y, a caso, la operación deficiente o alternada de acuerdo a lo señalado por el doctor Manuel Guzmán Arroyo profesor investigador de la Universidad de Guadalajara y encargado del Instituto de Limnología con sede en Chapala, cuya función básica incluye el monitoreo de las aguas en la región occidente del país.

Investigaciones gracias a las cuales sabemos de la elevada concentración de nitratos, fosfatos y materia orgánica causal de los bajos niveles de oxígeno y, por lo tanto, de la alteración del ecosistema lacustre y las concentraciones químicas adversas en la muerte de numerosas formas de vida que llegaron a sumar 290 toneladas solo en el 2014, y de acuerdo a lo publicado por el diario El Universal.

Hasta ahora los monitoreos realizados por otras instituciones, como la Universidad Politécnica de la Zona Metropolitana de Guadalajara, demuestran la poca utilidad de algunas decisiones municipales, incluido el proyecto para la instalación y operación de un biofiltro, dos aereadores y 11 humedales para le tratamiento de agua residual, los cuales han sido apenas notables en la mejoria lacustre, incluida la participación de varios planteles escolares y universitarios con el propósito de una limpieza eventual de los residuos visibles de la superficie en la laguna.

En otro tiempo este bello lago inspiró, a personajes como Juan Rulfo y Elena Poniatowska, promotores de campañas de limpieza, en el mismo y que ha llevado a este lago a ser reconocido como una reserva hídrica y regulador del micro clima.

Sin embargo, la polución y generación de basura, contaminantes y residuos tóxicos a través de los escurrimientos y drenajes, han impedido su restauración de manera eficiente; Menos aun cuando el número de fraccionamientos, de nombres pomposos como “Arvento” se han convertido en protagonistas principales de esa degradación ecológica.

Por otra parte el servicio turístico y ambiental resulta inegable pero al mismo tiempo debemos aprender a valorar la interdependencia sistémica de nuestras aguas y los residuos generados a lo largo de la cuenca hidrológica más grande del país y, por lo tanto, las micro cuencas como la del rio Los Sabinos, entre otras, afluentes alimentadores de estos remansos aun en posibilidades de la restauración, en lugar de aceptar en resiliencia un destino trágico e irreversible.

*Academico del CUAAD. Universidad de Guadalajara

carlosm_orozco@hotmail.com

Una de las urgencias pendientes de atender en la restauración de aguas superficiales de Jalisco es la laguna de Cajititlán, sobre todo a partir del escandalo nacional documentado en 2013 y 2015 por la muerte de millones de peces y los niveles de contaminación alcanzados.

De acuerdo a datos presentados por la Universidad de Guadalajara y el Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social e instituciones involucradas en distintos proyectos de investigación, tanto en la macro cuenca Lerma-Chapala-Santiago-Pacifico, como en este vaso lacustre de enorme tradición por su trascendencia histórica y religiosa a partir del culto católico regional a los santos reyes.

No obstante, el crecimiento demográfico de esta región ubicada en el municipio de Tlajomulco de Zúñiga, lejos de resarcir los altos índices de contaminación, ha continuado arrojando las aguas residuales de los fraccionamientos aledaños, cuyo número y densidad poblacional no se ha logrado contener.

De hecho, el problema subyacente sigue siendo la inexistencia de plantas de tratamiento de aguas residuales suficientes y, a caso, la operación deficiente o alternada de acuerdo a lo señalado por el doctor Manuel Guzmán Arroyo profesor investigador de la Universidad de Guadalajara y encargado del Instituto de Limnología con sede en Chapala, cuya función básica incluye el monitoreo de las aguas en la región occidente del país.

Investigaciones gracias a las cuales sabemos de la elevada concentración de nitratos, fosfatos y materia orgánica causal de los bajos niveles de oxígeno y, por lo tanto, de la alteración del ecosistema lacustre y las concentraciones químicas adversas en la muerte de numerosas formas de vida que llegaron a sumar 290 toneladas solo en el 2014, y de acuerdo a lo publicado por el diario El Universal.

Hasta ahora los monitoreos realizados por otras instituciones, como la Universidad Politécnica de la Zona Metropolitana de Guadalajara, demuestran la poca utilidad de algunas decisiones municipales, incluido el proyecto para la instalación y operación de un biofiltro, dos aereadores y 11 humedales para le tratamiento de agua residual, los cuales han sido apenas notables en la mejoria lacustre, incluida la participación de varios planteles escolares y universitarios con el propósito de una limpieza eventual de los residuos visibles de la superficie en la laguna.

En otro tiempo este bello lago inspiró, a personajes como Juan Rulfo y Elena Poniatowska, promotores de campañas de limpieza, en el mismo y que ha llevado a este lago a ser reconocido como una reserva hídrica y regulador del micro clima.

Sin embargo, la polución y generación de basura, contaminantes y residuos tóxicos a través de los escurrimientos y drenajes, han impedido su restauración de manera eficiente; Menos aun cuando el número de fraccionamientos, de nombres pomposos como “Arvento” se han convertido en protagonistas principales de esa degradación ecológica.

Por otra parte el servicio turístico y ambiental resulta inegable pero al mismo tiempo debemos aprender a valorar la interdependencia sistémica de nuestras aguas y los residuos generados a lo largo de la cuenca hidrológica más grande del país y, por lo tanto, las micro cuencas como la del rio Los Sabinos, entre otras, afluentes alimentadores de estos remansos aun en posibilidades de la restauración, en lugar de aceptar en resiliencia un destino trágico e irreversible.

*Academico del CUAAD. Universidad de Guadalajara

carlosm_orozco@hotmail.com