/ jueves 11 de noviembre de 2021

Bolardos estorbosos

Los bolardos que el Instituto de Planeación (IMEPLAN) se ha empeñado en colocar a diestra y siniestra sin antes transparentar el argumento técnico para hacer sustentables las ciclovías, se han convertido en un verdadero dolor de cabeza para los conductores y, por lo tanto, también para los peatones que han visto degradada la movilidad de su Ciudad a partir del número de los accidentes generados por su instalación sin previa socialización y mucho menos suficiente señalética preventiva para los conductores en las caóticas avenidas de la Ciudad de Guadalajara.

Nadie puede negar la nobleza del uso de las bicicletas en una Ciudad casi plana como el área Metropolitana de Guadalajara, sin embargo al mismo tiempo se han generado decisiones en la traza de estas ciclovías las cuales lejos de resolver y disminuir el creciente uso del automotor como vehículo de transporte solo han complicado la movilidad con una complejidad acentuada por la poca pertinencia en la colocación poco estratégica de “bolardos” e incluso algunos obstáculos de material añadido a las arterias con el aparente propósito de justificar un importante uso de recursos públicos en ese tipo de instalaciones hoy convertidas en verdaderos obstáculos en la circulación.

De acuerdo a datos publicados por el Informador el pasado 13 de Agosto del 2021 esta casa Editorial calculaba que solo en el Centro Histórico de la Ciudad se hubiesen instalado casi 5mil postes de este tipo, con un principal proveedor BKT de este servicio. Y de lo cual señala la Casa Editorial “…ni siquiera se tiene un censo y nadie se hace responsable de las reposiciones, por eso en zonas como Av. México, Av. Camacho o Niños Héroes hay bases de bolardos arrancados por el paso de vehículos” lo cual nos permite suponer la complicación del tráfico vehicular además del daño con el cual han resultado muchos más vehículos de los que sus propietarios reportan a las autoridades.

Ante esa inexistente información, ya que no hay un censo, y nadie asume la responsabilidad al respecto, la misma Casa Editorial calcula que se hayan pagado solo en ese polígono central de la Ciudad casi 10 millones de pesos a las empresas proveedoras, con la opacidad característica de este Gobierno.

Sin embargo la aparición de esos bolardos ya había iniciado en la administración de Jalisco del 2013-2018 pero fueron replicadas en las gestiones municipales del área Metropolitana del 2015-2018.

Y no obstante lejos de disminuir el fenómeno anterior hoy se han expandido sin control hasta poder evidenciar decenas de esos artilugios concentrados inútilmente en determinada esquina, aun cuando en las colonias marginadas no existen ni siquiera banquetas para el más modesto peatón. Con lo cuál podemos deducir la falta de una norma técnica para definir y homologar los criterios de instalación y evitar que aparezcan donde menos son necesarios.

Pero sobre todo, si el propósito es noble para agilizar la movilidad, nada le cuesta a los Gobiernos Estatales y Municipales transparentar el uso de recursos públicos y propuestas técnico operativas ante los ciudadanos y para la opinión de aquellos que más saben acerca de la movilidad integral.

En todo caso se debería explicar a los habitantes es el porque usar una bicicleta como vehículo de transporte en la carretera a Chapala, Av. Lázaro Cárdenas, Calzada Independencia o Anillo Periférico sigue siendo, a pesar del dinero gastado, un derecho humano negado a muchos Jaliscienses que no han podido acceder a esas ciclovias.

* Académico del CUAAD UdeG

@CarlosOrozcoSa

Los bolardos que el Instituto de Planeación (IMEPLAN) se ha empeñado en colocar a diestra y siniestra sin antes transparentar el argumento técnico para hacer sustentables las ciclovías, se han convertido en un verdadero dolor de cabeza para los conductores y, por lo tanto, también para los peatones que han visto degradada la movilidad de su Ciudad a partir del número de los accidentes generados por su instalación sin previa socialización y mucho menos suficiente señalética preventiva para los conductores en las caóticas avenidas de la Ciudad de Guadalajara.

Nadie puede negar la nobleza del uso de las bicicletas en una Ciudad casi plana como el área Metropolitana de Guadalajara, sin embargo al mismo tiempo se han generado decisiones en la traza de estas ciclovías las cuales lejos de resolver y disminuir el creciente uso del automotor como vehículo de transporte solo han complicado la movilidad con una complejidad acentuada por la poca pertinencia en la colocación poco estratégica de “bolardos” e incluso algunos obstáculos de material añadido a las arterias con el aparente propósito de justificar un importante uso de recursos públicos en ese tipo de instalaciones hoy convertidas en verdaderos obstáculos en la circulación.

De acuerdo a datos publicados por el Informador el pasado 13 de Agosto del 2021 esta casa Editorial calculaba que solo en el Centro Histórico de la Ciudad se hubiesen instalado casi 5mil postes de este tipo, con un principal proveedor BKT de este servicio. Y de lo cual señala la Casa Editorial “…ni siquiera se tiene un censo y nadie se hace responsable de las reposiciones, por eso en zonas como Av. México, Av. Camacho o Niños Héroes hay bases de bolardos arrancados por el paso de vehículos” lo cual nos permite suponer la complicación del tráfico vehicular además del daño con el cual han resultado muchos más vehículos de los que sus propietarios reportan a las autoridades.

Ante esa inexistente información, ya que no hay un censo, y nadie asume la responsabilidad al respecto, la misma Casa Editorial calcula que se hayan pagado solo en ese polígono central de la Ciudad casi 10 millones de pesos a las empresas proveedoras, con la opacidad característica de este Gobierno.

Sin embargo la aparición de esos bolardos ya había iniciado en la administración de Jalisco del 2013-2018 pero fueron replicadas en las gestiones municipales del área Metropolitana del 2015-2018.

Y no obstante lejos de disminuir el fenómeno anterior hoy se han expandido sin control hasta poder evidenciar decenas de esos artilugios concentrados inútilmente en determinada esquina, aun cuando en las colonias marginadas no existen ni siquiera banquetas para el más modesto peatón. Con lo cuál podemos deducir la falta de una norma técnica para definir y homologar los criterios de instalación y evitar que aparezcan donde menos son necesarios.

Pero sobre todo, si el propósito es noble para agilizar la movilidad, nada le cuesta a los Gobiernos Estatales y Municipales transparentar el uso de recursos públicos y propuestas técnico operativas ante los ciudadanos y para la opinión de aquellos que más saben acerca de la movilidad integral.

En todo caso se debería explicar a los habitantes es el porque usar una bicicleta como vehículo de transporte en la carretera a Chapala, Av. Lázaro Cárdenas, Calzada Independencia o Anillo Periférico sigue siendo, a pesar del dinero gastado, un derecho humano negado a muchos Jaliscienses que no han podido acceder a esas ciclovias.

* Académico del CUAAD UdeG

@CarlosOrozcoSa