/ martes 22 de marzo de 2022

Benito Juárez

Alabado por unos, censurado por otros; la figura del indio zapoteca, Benito Pablo Juárez García, el humilde pastor de ovejas nacido en San Pablo Guelatao Oaxaca que sin hablar castellano, gracias a la valiosa ayuda de un humilde terciario de la Orden de San Francisco de Asís no solo lo aprendió sino que además habló con fluidez el latín.

Benito Juárez ha sido una de las figuras de nuestra historia patria más reconocidas por su profunda trayectoria liberal y su incuestionable amor a México y la influencia que ha ejercido en muchos gobernantes a lo largo de más de cien años de distancia.

Juárez murió en 1872, el 18 de julio, para ser más exactos y justamente en el centenario de su desaparición física, Luis Echeverría Alvarez el Presidente de la República en esa época, decretó en homenaje al Oaxaqueño el año 1972 como el "Año de Juárez" además de haber enarbolado durante todo su sexenio el estandarte liberal y el pensamiento Juarista como el rector de sus actos.

La personalidad del benemérito es indiscutible; su frase inmortal elevada a la categoría de apotegma: "Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz" y en política internacional ha sido reiterado una y otra vez en distintos foros y ha servido como ejemplo de gobernanza.

Por supuesto que, como todo ser humano, el indio de Guelatao tuvo sus aciertos y sus desaciertos. Uno de los grandes méritos, indiscutible es ese afán de superación personal que lo llevó a ir ascendiendo uno a uno los peldaños de la política.

Juárez fue profesor, abogado, secretario de juzgado, juez de primera instancia de lo civil, secretario del Ayuntamiento, Presidente Municipal, Diputado Local, Diputado Federal, Gobernador del Estado, Secretario de Justicia en funciones de Gobernación y Presidente de la República, cargo que ocupó en dos ocasiones, una de ellas vía la reelección.

Se criticó a Juárez por no haber perdonado la vida a Maximiliano de Habsburgo, su adversario conservador sin atender los ruegos de la esposa de éste, Carlota de Bélgica, la hija del rey Leopoldo y de la princesa Luisa María de Orleans, mujer a la que la historia no le ha hecho justicia y que hizo cosas buenas por sus gobernados, y amaba tanto a su esposo que rogó al Papa Pío IX y a Napoleón III y se humilló ante Juárez pidiendo el indulto para su esposo, siendo inútiles todos sus ruegos y humillaciones.

Juárez sostuvo su decisión argumentando que si hubiera perdonado a Maximiliano, sus partidarios los liberales de cepa no le perdonarían que lo dejara en libertad y le quitaría por completo sentido a su movimiento que había alcanzado su clímax, cuando el 19 de junio de 1867 tomaba preso al joven emperador que en ese entonces tenía solo 35 años.

También se le ha criticado el auspiciamiento del célebre tratado Mac Lane Ocampo en el que intervino de manera determinante su Secretario de Relaciones Exteriores y garantizaba un libre paso por el Itsmo de Tehuantepec en lo que colocaría como virtual sucedáneo del Canal de Panamá, obra del Francés Fernando de Lesseps 1881, tomando como modelo su propia obra del Canal de Suez, con la particularidad que el Francés nunca concluyó la obra del Canal de Panamá.

Por supuesto también ha enfrentado la crítica de la reelección, practicada también en forma reiterada por conservadores como Santa Anna y por otro Oaxaqueño, Porfirio Díaz, que incluso desembocó en el movimiento revolucionario encabezado por Francisco I Madero en 1910 bajo el lema de "Sufragio Efectivo, no reelección".

No podemos olvidar las acérrimas críticas por la promulgación de las leyes de reforma, fundamentalmente la desamortización de los bienes del clero, colocándolo como el epítome de la traición, por haber sido educado en la doctrina católica y con la visión de San Francisco de Asís, y haber emprendido acciones en contra de la propia Iglesia Católica.

Pero con detractores y partidarios que aun se desgarran las vestiduras y uno que otro político que se le ha hecho fácil agarrar el estandarte Juarista del Liberalismo para llevar agua a su molino, y aprovecharse de la claridad de su pensamiento, la personalidad del Benemérito de las Américas y su labor en pro de la República, marcando con sello propio la ideología de gobierno y las constituciones de 1857 y de 1917, y su estrella política continuará brillando aunque muchos, los enemigos y los aprovechados se empeñen en restárselo.

Y no se trata de convertirse en su seguidor o su crítico más acérrimo; conozcamos más la biografía del benemérito para tener mayores elementos de juicio para poder fijar una postura correcta y objetiva en torno a la personalidad del benemérito de las américas.

* Doctor en Derecho

Twitter. @campiranowolf

Alabado por unos, censurado por otros; la figura del indio zapoteca, Benito Pablo Juárez García, el humilde pastor de ovejas nacido en San Pablo Guelatao Oaxaca que sin hablar castellano, gracias a la valiosa ayuda de un humilde terciario de la Orden de San Francisco de Asís no solo lo aprendió sino que además habló con fluidez el latín.

Benito Juárez ha sido una de las figuras de nuestra historia patria más reconocidas por su profunda trayectoria liberal y su incuestionable amor a México y la influencia que ha ejercido en muchos gobernantes a lo largo de más de cien años de distancia.

Juárez murió en 1872, el 18 de julio, para ser más exactos y justamente en el centenario de su desaparición física, Luis Echeverría Alvarez el Presidente de la República en esa época, decretó en homenaje al Oaxaqueño el año 1972 como el "Año de Juárez" además de haber enarbolado durante todo su sexenio el estandarte liberal y el pensamiento Juarista como el rector de sus actos.

La personalidad del benemérito es indiscutible; su frase inmortal elevada a la categoría de apotegma: "Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz" y en política internacional ha sido reiterado una y otra vez en distintos foros y ha servido como ejemplo de gobernanza.

Por supuesto que, como todo ser humano, el indio de Guelatao tuvo sus aciertos y sus desaciertos. Uno de los grandes méritos, indiscutible es ese afán de superación personal que lo llevó a ir ascendiendo uno a uno los peldaños de la política.

Juárez fue profesor, abogado, secretario de juzgado, juez de primera instancia de lo civil, secretario del Ayuntamiento, Presidente Municipal, Diputado Local, Diputado Federal, Gobernador del Estado, Secretario de Justicia en funciones de Gobernación y Presidente de la República, cargo que ocupó en dos ocasiones, una de ellas vía la reelección.

Se criticó a Juárez por no haber perdonado la vida a Maximiliano de Habsburgo, su adversario conservador sin atender los ruegos de la esposa de éste, Carlota de Bélgica, la hija del rey Leopoldo y de la princesa Luisa María de Orleans, mujer a la que la historia no le ha hecho justicia y que hizo cosas buenas por sus gobernados, y amaba tanto a su esposo que rogó al Papa Pío IX y a Napoleón III y se humilló ante Juárez pidiendo el indulto para su esposo, siendo inútiles todos sus ruegos y humillaciones.

Juárez sostuvo su decisión argumentando que si hubiera perdonado a Maximiliano, sus partidarios los liberales de cepa no le perdonarían que lo dejara en libertad y le quitaría por completo sentido a su movimiento que había alcanzado su clímax, cuando el 19 de junio de 1867 tomaba preso al joven emperador que en ese entonces tenía solo 35 años.

También se le ha criticado el auspiciamiento del célebre tratado Mac Lane Ocampo en el que intervino de manera determinante su Secretario de Relaciones Exteriores y garantizaba un libre paso por el Itsmo de Tehuantepec en lo que colocaría como virtual sucedáneo del Canal de Panamá, obra del Francés Fernando de Lesseps 1881, tomando como modelo su propia obra del Canal de Suez, con la particularidad que el Francés nunca concluyó la obra del Canal de Panamá.

Por supuesto también ha enfrentado la crítica de la reelección, practicada también en forma reiterada por conservadores como Santa Anna y por otro Oaxaqueño, Porfirio Díaz, que incluso desembocó en el movimiento revolucionario encabezado por Francisco I Madero en 1910 bajo el lema de "Sufragio Efectivo, no reelección".

No podemos olvidar las acérrimas críticas por la promulgación de las leyes de reforma, fundamentalmente la desamortización de los bienes del clero, colocándolo como el epítome de la traición, por haber sido educado en la doctrina católica y con la visión de San Francisco de Asís, y haber emprendido acciones en contra de la propia Iglesia Católica.

Pero con detractores y partidarios que aun se desgarran las vestiduras y uno que otro político que se le ha hecho fácil agarrar el estandarte Juarista del Liberalismo para llevar agua a su molino, y aprovecharse de la claridad de su pensamiento, la personalidad del Benemérito de las Américas y su labor en pro de la República, marcando con sello propio la ideología de gobierno y las constituciones de 1857 y de 1917, y su estrella política continuará brillando aunque muchos, los enemigos y los aprovechados se empeñen en restárselo.

Y no se trata de convertirse en su seguidor o su crítico más acérrimo; conozcamos más la biografía del benemérito para tener mayores elementos de juicio para poder fijar una postura correcta y objetiva en torno a la personalidad del benemérito de las américas.

* Doctor en Derecho

Twitter. @campiranowolf