/ domingo 28 de julio de 2019

Basta de bravuconadas e hipocresías

Mira Enrique Alfaro Ramírez, porque mis respetos para Alfaro Anguiano, hoy me voy a permitir tutearte, aunque detentes el cargo de Gobernador del Estado de Jalisco, es muy hiriente, ridículo y vergonzoso, para los jaliscienses esa actitud por demás arrogante e inútil, frente al estado de cosas que estamos viviendo y si no te vas a quebrar, que ha sido tu última frase, más valentona, ha de ser porque afortunadamente no sufren en tu familia, lo que muchos integrantes de esta sociedad padecemos día con día, es hora que esa supuesta hombría que pareciera posees, la apliques para combatir el crimen, que ya te quedó en claro, que ni respeto ni miedo te tienen, no puedes negar la anarquía en que vivimos, ya basta de tus frases huecas y estériles.

Soy un padre dolido hasta en el alma, es cierto y, eso más me obliga a exigirte que cumplas con tu deber de garantizarnos la seguridad de nuestras vidas, de nuestro patrimonio y del estado de derecho, que tú en nada respetas en el ejercicio de tu función y le quieres hacer la tarea a otro poder.

Es cierto, que no eres el todo poderoso y ojala lo entendieras, pues tu secretarito General de Gobierno y el subsecretario Jurídico, pareciera que los tienes solamente para apagar lumbradas en la primavera, rescatar ahogados del arroyo sal si puedes y negociar los nombramientos en el Poder Judicial; porque me consta, Enrique Ibarra es un hombre culto que sabe de derecho, igual que Adrián Talamantes, que te tienen demasiado respeto, por no decir, mucho miedo, que lo más seguro, es que los ignoras, si es que te aconsejaran, pero lo más cierto ha de ser que ni los consultas, porque del otro modo, la seguridad pública del Estado, no estaría en manos de quien la tiene y ya hubiera separado del cargo a tal personaje, estoy seguro será mejor como ginecólogo, atendiendo a futuras madres.

Es más importante y urgente, señor Gobernador, que se aplique en cumplir su responsabilidad como Titular del Ejecutivo y ejerza el poder en armonía y en conjunto de quienes integran su gabinete, en especial de lo que es la gobernabilidad en el interior del Estado y, lejos de hacer su rabieta por mi osadía, haga acopio de un dedo de su inteligencia y restablezca el orden que a su encargo le corresponde y le sugiero privilegie la Procuración de Justicia, sin regateos en recursos materiales, humanos, sin importar el costo, solamente vigilando el uso eficiente y oportuno de los mismos, que es lamentable, ver las condiciones de miseria salarial con que se atiende a ese rubro, no obstante el riesgo que implica, dotándose de capacitación, vehículos y armas acordes a las circunstancias, que es triste, deleznable ver vehículos desvencijados, los pocos que se logran mover, armas viejas y oxidadas, el colmo de las cosas, ni hojas de papel donde escribir y hasta en las salas de juicios orales, sin energía eléctrica para el desahogo de las audiencias, ya no digamos el abandono del Instituto de Ciencias Forenses, que igual que los pillos de la administración pasada, como no era negocio, nunca se quiso atender como hasta hoy sucede.

Bueno sería, que los señores empresarios se dejaran de complacer al Ejecutivo y se unieran a la exigencia de un Gobierno serio, ordenado, responsable y respetuoso en todos sus términos del Estado de Derecho, que los académicos en breve estaremos actuando, analizando y estudiando las necesidades del Estado, aportando sugerencias de solución y exigiendo el cumplimiento del deber.


Profesor Investigador de la División de Estudios Jurídicos de la UdeG

locb15@hotmail.com



Mira Enrique Alfaro Ramírez, porque mis respetos para Alfaro Anguiano, hoy me voy a permitir tutearte, aunque detentes el cargo de Gobernador del Estado de Jalisco, es muy hiriente, ridículo y vergonzoso, para los jaliscienses esa actitud por demás arrogante e inútil, frente al estado de cosas que estamos viviendo y si no te vas a quebrar, que ha sido tu última frase, más valentona, ha de ser porque afortunadamente no sufren en tu familia, lo que muchos integrantes de esta sociedad padecemos día con día, es hora que esa supuesta hombría que pareciera posees, la apliques para combatir el crimen, que ya te quedó en claro, que ni respeto ni miedo te tienen, no puedes negar la anarquía en que vivimos, ya basta de tus frases huecas y estériles.

Soy un padre dolido hasta en el alma, es cierto y, eso más me obliga a exigirte que cumplas con tu deber de garantizarnos la seguridad de nuestras vidas, de nuestro patrimonio y del estado de derecho, que tú en nada respetas en el ejercicio de tu función y le quieres hacer la tarea a otro poder.

Es cierto, que no eres el todo poderoso y ojala lo entendieras, pues tu secretarito General de Gobierno y el subsecretario Jurídico, pareciera que los tienes solamente para apagar lumbradas en la primavera, rescatar ahogados del arroyo sal si puedes y negociar los nombramientos en el Poder Judicial; porque me consta, Enrique Ibarra es un hombre culto que sabe de derecho, igual que Adrián Talamantes, que te tienen demasiado respeto, por no decir, mucho miedo, que lo más seguro, es que los ignoras, si es que te aconsejaran, pero lo más cierto ha de ser que ni los consultas, porque del otro modo, la seguridad pública del Estado, no estaría en manos de quien la tiene y ya hubiera separado del cargo a tal personaje, estoy seguro será mejor como ginecólogo, atendiendo a futuras madres.

Es más importante y urgente, señor Gobernador, que se aplique en cumplir su responsabilidad como Titular del Ejecutivo y ejerza el poder en armonía y en conjunto de quienes integran su gabinete, en especial de lo que es la gobernabilidad en el interior del Estado y, lejos de hacer su rabieta por mi osadía, haga acopio de un dedo de su inteligencia y restablezca el orden que a su encargo le corresponde y le sugiero privilegie la Procuración de Justicia, sin regateos en recursos materiales, humanos, sin importar el costo, solamente vigilando el uso eficiente y oportuno de los mismos, que es lamentable, ver las condiciones de miseria salarial con que se atiende a ese rubro, no obstante el riesgo que implica, dotándose de capacitación, vehículos y armas acordes a las circunstancias, que es triste, deleznable ver vehículos desvencijados, los pocos que se logran mover, armas viejas y oxidadas, el colmo de las cosas, ni hojas de papel donde escribir y hasta en las salas de juicios orales, sin energía eléctrica para el desahogo de las audiencias, ya no digamos el abandono del Instituto de Ciencias Forenses, que igual que los pillos de la administración pasada, como no era negocio, nunca se quiso atender como hasta hoy sucede.

Bueno sería, que los señores empresarios se dejaran de complacer al Ejecutivo y se unieran a la exigencia de un Gobierno serio, ordenado, responsable y respetuoso en todos sus términos del Estado de Derecho, que los académicos en breve estaremos actuando, analizando y estudiando las necesidades del Estado, aportando sugerencias de solución y exigiendo el cumplimiento del deber.


Profesor Investigador de la División de Estudios Jurídicos de la UdeG

locb15@hotmail.com