El uno de julio del presente año, el resultado de la votación para presidente de la república, de gobernadores de los estados y munícipes que se aparejaron a la elección del primero, decidieron mediante el sufragio poner un hasta aquí a lo que se dice la mafia del poder en busca de una auténtica autoridad, que es aquella respetuosa de la ley apartada de toda simulación y autoritarismo ya que este proceder exhibe solamente la voraz ambición al trono del poder.
Esto nos obliga a todos los mexicanos a impedir tajantemente y por todos los medios repetir nuestra historia independientemente del extracto social a que se pertenezca, pues habrá que recordar que las banderas de Juárez, de don Porfirio Díaz, era la no reelección y don Benito Juárez, se reeligió once veces, don Porfirio Díaz, por treinta años y después de la lucha de Madero no se reeligió la misma persona pero el mismo grupo o grupos que se encasillaron en el poder hasta el hartazgo, que el uno de julio mencionado, mediante el sufragio se pretendió poner un hasta aquí al autoritarismo, al pillaje, a la corrupción, a la impunidad y por sobre todo a la simulación que no es otra cosa que ilegalidad, que no se debe permitir que se repita.
Enrique Peña Nieto, hasta las veinticuatro horas del día treinta de noviembre del presente año, será el presidente constitucional de nuestra patria, por lo que tiene el deber de cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes que de ella emanen, como así lo manda esta y por ningún motivo consentir o tolerar bajo ninguna circunstancia o complicidad que se interfiera de modo alguno el mandato Constitucional del que aún es responsable, que de lo contrario es una evidente traición a la patria que el Congreso de la Unión debe atender sin recato y pasar a la historia como una institución legislativa digna del pueblo mexicano, que al margen de sus fobias y filias atiende los intereses de la nación.
No al autoritarismo bajo ninguna bandera por justa que parezca y por sobre todo reprobar la simulación de la que estamos hartos, ya que esta no legitima el resultado por leal que se trate de demostrar; queremos un presidente congruente con lo que dice y con lo que hace, que nos recupere la confianza en nuestras autoridades.
Una vez más por la legalidad que deben observar las autoridades en el ejercicio del poder, a nosotros los abogados más que a cualquier otro sector nos obliga el manifestarnos con el respeto debido y reprobar todo acto que vaya contra el Estado de derecho que solo genera impunidad y corrupción de las que estamos hartos.
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