/ sábado 8 de junio de 2019

AMLO y Trump artífices de caos y triunfo

La declaración de Trump respecto a la imposición de aranceles de 5 y hasta 25 % a los productos mexicanos, en represalia por el incremento de migrantes que desean pasar al lado americano, es sin duda uno de los mayores desafíos que haya tenido gobierno mexicano alguno, en sus primeros seis meses de gobierno, pero ello no es casualidad, ni tampoco debemos considerarlo solamente como una ocurrencia de Trump, en el escenario electoral de Estados Unidos.

Debemos tener memoria y recordar que en diciembre y enero, comenzando el actual Gobierno, Gobernación dijo que regularmente pasaban 30 mil indocumentados por México hacia Estados Unidos y que ahora llegarían a un millón, luego el presidente López Obrador ofreció facilidades a los migrantes, inclusive les ofreció trabajo y salario, la postura humanitaria, en un discurso que apunta a lograr un Premio Nobel, es muy edificante, además convocó a todos los mexicanos y a todos los miembros del Gobierno, en los tres órdenes, federal, estatal y municipal. A los tres poderes, donde por cierto, atinadamente el Poder Judicial, en uso de su independencia del poder Ejecutivo se excusó, con al acertado argumento, que de no podría manifestarse en ese sentido pues en la eventualidad de demandas sería juez y parte. La vedad es que la convocatoria es poco practica para la economía de México y menos para los Estados Unidos.

Esta claro que Trump reaccionó a esas declaraciones y hubo que ver como se recomponía el escenario económico con los norteamericanos, pero tampoco había que alarmarse mucho, porque ello significaba también, el incremento de los precios de esos productos mexicanos para los consumidores de allá, que también son los que votan y le pueden significar una merma de votos a Trump. Por otro lado, México en consecuencia y de manera recíproca pudo elevar la carga de impuestos a los ingresos de empresas americanas, lo que tampoco es bueno electoralmente hablando para Trump, lo que – como señalamos el martes y el viernes en algunas estaciones de radio – no pasaría de ser solo una amenaza, pero que por lo pronto la economía de México ya lo resintió.

Hoy sabemos que finalmente Trump dio marcha atrás, y en México se echaron las campanas al vuelo, la misma Secretaria de Gobernación, en el clímax de la euforia, dijo, que hasta en EEUU estaba sorprendidísimos de la rapidez del gobierno de resolver ese tema, y en sus propias palabras dijo que “ya no hay tema”. Conociendo a Trump, la duda permanece, fue la amenaza de Trump, consecuencia de la declaración original de Gobernación de señalar el número tan elevado de migrantes, para doblegar al gobierno de México, lográndolo y no como señaló Olga Sánchez Cordero que haya sido la rapidez del gobierno para resolver, y sí la rapidez del gobierno para ceder y conceder las exigencias de Trump, o fue el estilo de Trump – o del mismo AMLO – de crear un caos. Para después erigirse en héroe salvador de un problema inexistente y creado para ese fin.

En cuanto a la convocatoria en Tijuana, para ser ilustrativos, nos preguntamos qué repercusiones reales tendría para México una magna manifestación de todos los presidentes de Latinoamérica en la frontera de México en Suchiate, ninguna. Solo evidenciaría el método usado durante 14 años por López Obrador, manifestaciones. También habría que ver con precisión las condiciones de la “negociación” porque lo que ha trascendido, le significa a México reforzar su frontera y mantener en territorio nacional a migrantes en espera de pasar a Estados Unidos, en condiciones que le significan erogación onerosa e imprevista para México, también la movilización de seis mil elementos de la guardia nacional, desde luego con cargo al erario de alimentos sueldos y hospedaje, porque no son militares que duerman en casas de campaña o a la intemperie, y el respeto a los derechos humanos pagado por usted, impuestos que paga usted que esto lee.

Finalmente la convocatoria de Tijuana tendría efecto bueno o malo según como quiera verse, si les dan apoyos a los indocumentados la población de la frontera esta harta y van a protestar, pero los inmigrantes irán a apoyar hasta como acarreados y si no los apoyan, los tijuanenses irán, pero los inmigrantes irían a protestar.


sadot16@hotmail.com


La declaración de Trump respecto a la imposición de aranceles de 5 y hasta 25 % a los productos mexicanos, en represalia por el incremento de migrantes que desean pasar al lado americano, es sin duda uno de los mayores desafíos que haya tenido gobierno mexicano alguno, en sus primeros seis meses de gobierno, pero ello no es casualidad, ni tampoco debemos considerarlo solamente como una ocurrencia de Trump, en el escenario electoral de Estados Unidos.

Debemos tener memoria y recordar que en diciembre y enero, comenzando el actual Gobierno, Gobernación dijo que regularmente pasaban 30 mil indocumentados por México hacia Estados Unidos y que ahora llegarían a un millón, luego el presidente López Obrador ofreció facilidades a los migrantes, inclusive les ofreció trabajo y salario, la postura humanitaria, en un discurso que apunta a lograr un Premio Nobel, es muy edificante, además convocó a todos los mexicanos y a todos los miembros del Gobierno, en los tres órdenes, federal, estatal y municipal. A los tres poderes, donde por cierto, atinadamente el Poder Judicial, en uso de su independencia del poder Ejecutivo se excusó, con al acertado argumento, que de no podría manifestarse en ese sentido pues en la eventualidad de demandas sería juez y parte. La vedad es que la convocatoria es poco practica para la economía de México y menos para los Estados Unidos.

Esta claro que Trump reaccionó a esas declaraciones y hubo que ver como se recomponía el escenario económico con los norteamericanos, pero tampoco había que alarmarse mucho, porque ello significaba también, el incremento de los precios de esos productos mexicanos para los consumidores de allá, que también son los que votan y le pueden significar una merma de votos a Trump. Por otro lado, México en consecuencia y de manera recíproca pudo elevar la carga de impuestos a los ingresos de empresas americanas, lo que tampoco es bueno electoralmente hablando para Trump, lo que – como señalamos el martes y el viernes en algunas estaciones de radio – no pasaría de ser solo una amenaza, pero que por lo pronto la economía de México ya lo resintió.

Hoy sabemos que finalmente Trump dio marcha atrás, y en México se echaron las campanas al vuelo, la misma Secretaria de Gobernación, en el clímax de la euforia, dijo, que hasta en EEUU estaba sorprendidísimos de la rapidez del gobierno de resolver ese tema, y en sus propias palabras dijo que “ya no hay tema”. Conociendo a Trump, la duda permanece, fue la amenaza de Trump, consecuencia de la declaración original de Gobernación de señalar el número tan elevado de migrantes, para doblegar al gobierno de México, lográndolo y no como señaló Olga Sánchez Cordero que haya sido la rapidez del gobierno para resolver, y sí la rapidez del gobierno para ceder y conceder las exigencias de Trump, o fue el estilo de Trump – o del mismo AMLO – de crear un caos. Para después erigirse en héroe salvador de un problema inexistente y creado para ese fin.

En cuanto a la convocatoria en Tijuana, para ser ilustrativos, nos preguntamos qué repercusiones reales tendría para México una magna manifestación de todos los presidentes de Latinoamérica en la frontera de México en Suchiate, ninguna. Solo evidenciaría el método usado durante 14 años por López Obrador, manifestaciones. También habría que ver con precisión las condiciones de la “negociación” porque lo que ha trascendido, le significa a México reforzar su frontera y mantener en territorio nacional a migrantes en espera de pasar a Estados Unidos, en condiciones que le significan erogación onerosa e imprevista para México, también la movilización de seis mil elementos de la guardia nacional, desde luego con cargo al erario de alimentos sueldos y hospedaje, porque no son militares que duerman en casas de campaña o a la intemperie, y el respeto a los derechos humanos pagado por usted, impuestos que paga usted que esto lee.

Finalmente la convocatoria de Tijuana tendría efecto bueno o malo según como quiera verse, si les dan apoyos a los indocumentados la población de la frontera esta harta y van a protestar, pero los inmigrantes irán a apoyar hasta como acarreados y si no los apoyan, los tijuanenses irán, pero los inmigrantes irían a protestar.


sadot16@hotmail.com