/ viernes 13 de marzo de 2020

AMG: gentrificación y barrios

Probablemente una de las expresiones más antiguas de las ciudades sea lo que en la teoría socio urbana se conoce como “Gentrificación”. Es decir la expulsión de habitantes antiguos de una zona luego del deterioro de las edificaciones y su consecuente devaluación. A partir de lo cual se experimenta en el entorno original un proceso inverso ante el nuevo interés urbano, incluido el interés del sector turístico y obviamente para las nuevas inversiones inmobiliarias.

De hecho, el problema de la gentrificación se agudiza cuando un barrio es intervenido pero casi nunca incluye proyectos de vivienda popular, sino en diversos casos de vivienda de lujo o servicios como restaurantes y servicios de hospedaje, sobre todo en fincas patrimoniales como las que, exitosamente se han instalado en el Centro Histórico de las ciudades de México, Guadalajara, Puebla, Querétaro, Morelia y Mérida sólo por citar algunos casos en los cuales, por cierto, no se ha incluido vivienda popular y mucho menos una redensificación poblacional, del cual un ejemplo cercano se encuentra en el entorno del Parque Morelos en Guadalajara o, mejor dicho, un fracaso de revitalización edificativa, habitacional y funcionalidad urbana.

En todo caso, la errónea decisión de la Ciudad Creativa Digital es una evidencia de esas intenciones fallidas de la dispersión urbana al pretender hacer de la Villa Panamericana en terrenos cercanos a los escurrimientos del bosque de la Primavera y una especie de vivienda colectiva de lujo cuando en realidad es un monumento al abandono en una edificación con graves problemas legales y ambientales.

Otra forma exitosa de rehabilitación y repoblamiento de áreas urbanas determinadas pueden ser la redensificación de los barrios como el de Analco que incluye hoy un rehabilitado Centro Cultural en el patio de Los Ángeles; por cierto el más antiguo de Guadalajara, Santa Tere, aún con el exceso de uso comercial; por cierto, el más antiguo de Guadalajara de Mexicaltzingo incluida la restauración del patrimonio edificado con el corredor cultural propuesto por la Universidad de Guadalajara desde la antigua estación de ferrocarril y su conexión con el centro histórico.

Probablemente deba reconocerse aparte la recuperación con visión comercial palpable en los barrios de Chapalita, Providencia y Jardines del Bosque donde no se incluyó la vivienda popular pero sí la habitación de lujo y el giro comercial de alta plusvalía.

Otros barrios con mayor reconocimiento de la utilidad social en su restauración integral pueden ser, la Colonia Moderna, el barrio de San Andrés y los barrios universitarios de Lomas del Paradero, Colonia Olímpica, y Colonia Universitaria. Aún cuando no cuentan con proyectos de vivienda popular, la mayor parte de sus centros habitacionales siguen siendo restaurados.

Quiere decir que la gentrificación, como dispersión y expulsión, se agudiza como un flagelo de nuestra ciudad cuando como consecuencia aparecen más que colonias populares, una especie degradante de fraccionamientos abandonados, cuyo abandono, por ejemplo en Tlajomulco, llega a significar hasta 60 mil viviendas. Con lo cual se demuestra una gentrificación, si bien soterrada, con las consecuencias más nefastas al ser un crecimiento mal planificado desde las oficinas gubernamentales que aprobaron el haber reconvertido terreno agrícola en asentamienos humanos sin la garantía del agua, el transporte público, la seguridad, la recreación, y ni siquiera la conexión urbana, como lo podemos comprobar.

* Académico del CUAAD de la Universidad de Guadalajara

carlosm_orozco@hotmail.com

Probablemente una de las expresiones más antiguas de las ciudades sea lo que en la teoría socio urbana se conoce como “Gentrificación”. Es decir la expulsión de habitantes antiguos de una zona luego del deterioro de las edificaciones y su consecuente devaluación. A partir de lo cual se experimenta en el entorno original un proceso inverso ante el nuevo interés urbano, incluido el interés del sector turístico y obviamente para las nuevas inversiones inmobiliarias.

De hecho, el problema de la gentrificación se agudiza cuando un barrio es intervenido pero casi nunca incluye proyectos de vivienda popular, sino en diversos casos de vivienda de lujo o servicios como restaurantes y servicios de hospedaje, sobre todo en fincas patrimoniales como las que, exitosamente se han instalado en el Centro Histórico de las ciudades de México, Guadalajara, Puebla, Querétaro, Morelia y Mérida sólo por citar algunos casos en los cuales, por cierto, no se ha incluido vivienda popular y mucho menos una redensificación poblacional, del cual un ejemplo cercano se encuentra en el entorno del Parque Morelos en Guadalajara o, mejor dicho, un fracaso de revitalización edificativa, habitacional y funcionalidad urbana.

En todo caso, la errónea decisión de la Ciudad Creativa Digital es una evidencia de esas intenciones fallidas de la dispersión urbana al pretender hacer de la Villa Panamericana en terrenos cercanos a los escurrimientos del bosque de la Primavera y una especie de vivienda colectiva de lujo cuando en realidad es un monumento al abandono en una edificación con graves problemas legales y ambientales.

Otra forma exitosa de rehabilitación y repoblamiento de áreas urbanas determinadas pueden ser la redensificación de los barrios como el de Analco que incluye hoy un rehabilitado Centro Cultural en el patio de Los Ángeles; por cierto el más antiguo de Guadalajara, Santa Tere, aún con el exceso de uso comercial; por cierto, el más antiguo de Guadalajara de Mexicaltzingo incluida la restauración del patrimonio edificado con el corredor cultural propuesto por la Universidad de Guadalajara desde la antigua estación de ferrocarril y su conexión con el centro histórico.

Probablemente deba reconocerse aparte la recuperación con visión comercial palpable en los barrios de Chapalita, Providencia y Jardines del Bosque donde no se incluyó la vivienda popular pero sí la habitación de lujo y el giro comercial de alta plusvalía.

Otros barrios con mayor reconocimiento de la utilidad social en su restauración integral pueden ser, la Colonia Moderna, el barrio de San Andrés y los barrios universitarios de Lomas del Paradero, Colonia Olímpica, y Colonia Universitaria. Aún cuando no cuentan con proyectos de vivienda popular, la mayor parte de sus centros habitacionales siguen siendo restaurados.

Quiere decir que la gentrificación, como dispersión y expulsión, se agudiza como un flagelo de nuestra ciudad cuando como consecuencia aparecen más que colonias populares, una especie degradante de fraccionamientos abandonados, cuyo abandono, por ejemplo en Tlajomulco, llega a significar hasta 60 mil viviendas. Con lo cual se demuestra una gentrificación, si bien soterrada, con las consecuencias más nefastas al ser un crecimiento mal planificado desde las oficinas gubernamentales que aprobaron el haber reconvertido terreno agrícola en asentamienos humanos sin la garantía del agua, el transporte público, la seguridad, la recreación, y ni siquiera la conexión urbana, como lo podemos comprobar.

* Académico del CUAAD de la Universidad de Guadalajara

carlosm_orozco@hotmail.com