/ lunes 26 de abril de 2021

Aceptar el reto

Como resultado de la pandemia del COVID-19, en el mundo ha despertado un gran desafío en las desigualdades y vulnerabilidades, surgiendo para bien un extraordinario ingenio y potencial humano en la educación, realizando acciones políticas que se pueden tomar hoy para avanzar la educación al futuro.

Recientemente la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), elaboró una iniciativa bajo el rubro: Los futuros de la educación, que tiene como objetivo repensar la educación y dar forma al futuro, catalizando un debate mundial sobre cómo hay que replantear el conocimiento, la enseñanza y el aprendizaje en un mundo de creciente complejidad, incertidumbre y precariedad.

En un enfoque general educativo, los mexicanos a través de los años, hemos deseado vivir en un país más desarrollado en el que se combata la desigualdad, el desempleo y la pobreza, que nuestro México sea ubicado en el contexto internacional con un rumbo que nos lleve a instaurar una sociedad de conocimiento, de aquí parte la concepción de la educación, la ciencia, la tecnología y la cultura como ingredientes para lograr el cambio y la transformación de la sociedad. El reto no es fácil, es complejo, pero se puede lograr.

Si bien es cierta la adversidad en la salud que estamos viviendo, también es cierto que ello ha despertado a las instituciones educativas a plantear un nuevo modelo de desarrollo que debe ser congruente al momento y futuro en la educación, modelo en el que deben participar e impulsar todos los actores involucrados, gobierno en todos sus niveles, sectores productivos y sociedad en general, que sea como objetivo principal que sirva a los estudiantes para realizarse en forma intelectual y práctica con visión futurista. Evitando así el cierre de escuelas en todos los niveles.

En otro orden de ideas, deben buscarse estrategias para combatir estos efectos ya que de darse en una forma exponencial provocará, entre otros, la afectación en el aprendizaje y como consecuencia aumento en la deserción escolar, mayor desigualdad y desde luego la precariedad económica en la sociedad causando un retroceso en todos los rubros.

Ahora bien, por lo anteriormente narrado se suscita un cuestionamiento: ¿Es lo mismo educación a distancia que presencial?... es sabido que no, sin embargo, ambas son válidas y efectivas. La presencial permite a los estudiantes convivir día a día participando en una misma aula educativa, mientras que la educación a distancia representa una oportunidad para aquellos que quieren concluir sus estudios y trabajar al mismo tiempo, aunque no hay duda de que, debido a la desigualdad, no todos los estudiantes tienen acceso a las herramientas tecnológicas, por esto mismo se dice que no es igual una de otra.

Un factor de suma importancia que se ha detectado en los estudiantes es el miedo al contagio, el cuidado de familiares enfermos, el resguardo o confinamiento en los hogares y lo más icónico, la reducción en el ingreso familiar y que estos factores aumentan los niveles de estrés de millones de familias, esta es también una barrera perjudicial que minimiza la capacidad del aprendizaje; de tal forma que los docentes deben tomar muy en cuenta el estado emocional en que se encuentran sus alumnos y trabajar en forma conjunta con otras disciplinas para restaurar el bienestar emocional de los estudiantes.

Finalmente, ante la pandemia por COVID-19, la vida de todos ha cambiado y las maneras de dar clases no es la excepción, las instituciones educativas saben que para los docentes y estudiantes de todos los programas educativos ha sido difícil adaptarse a impartir sus clases a distancia y esto puede ser un detonante para que se sientan estresados, cansados o deprimidos porque piensan que no están comunicando los aprendizajes con sus educandos de manera correcta.

Estimado lector, todos de alguna u otra forma estamos involucrados ante este dolor mundial, tenemos mucho que hacer en todos los sentidos, aceptemos el reto y coadyuvemos para que nosotros, los nuestros y la sociedad lleguemos a buen puerto.

José Roque Albín Huerta

Rector General del Centro Universitario UTEG

Email joseroque@uteg.edu.mx

Como resultado de la pandemia del COVID-19, en el mundo ha despertado un gran desafío en las desigualdades y vulnerabilidades, surgiendo para bien un extraordinario ingenio y potencial humano en la educación, realizando acciones políticas que se pueden tomar hoy para avanzar la educación al futuro.

Recientemente la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), elaboró una iniciativa bajo el rubro: Los futuros de la educación, que tiene como objetivo repensar la educación y dar forma al futuro, catalizando un debate mundial sobre cómo hay que replantear el conocimiento, la enseñanza y el aprendizaje en un mundo de creciente complejidad, incertidumbre y precariedad.

En un enfoque general educativo, los mexicanos a través de los años, hemos deseado vivir en un país más desarrollado en el que se combata la desigualdad, el desempleo y la pobreza, que nuestro México sea ubicado en el contexto internacional con un rumbo que nos lleve a instaurar una sociedad de conocimiento, de aquí parte la concepción de la educación, la ciencia, la tecnología y la cultura como ingredientes para lograr el cambio y la transformación de la sociedad. El reto no es fácil, es complejo, pero se puede lograr.

Si bien es cierta la adversidad en la salud que estamos viviendo, también es cierto que ello ha despertado a las instituciones educativas a plantear un nuevo modelo de desarrollo que debe ser congruente al momento y futuro en la educación, modelo en el que deben participar e impulsar todos los actores involucrados, gobierno en todos sus niveles, sectores productivos y sociedad en general, que sea como objetivo principal que sirva a los estudiantes para realizarse en forma intelectual y práctica con visión futurista. Evitando así el cierre de escuelas en todos los niveles.

En otro orden de ideas, deben buscarse estrategias para combatir estos efectos ya que de darse en una forma exponencial provocará, entre otros, la afectación en el aprendizaje y como consecuencia aumento en la deserción escolar, mayor desigualdad y desde luego la precariedad económica en la sociedad causando un retroceso en todos los rubros.

Ahora bien, por lo anteriormente narrado se suscita un cuestionamiento: ¿Es lo mismo educación a distancia que presencial?... es sabido que no, sin embargo, ambas son válidas y efectivas. La presencial permite a los estudiantes convivir día a día participando en una misma aula educativa, mientras que la educación a distancia representa una oportunidad para aquellos que quieren concluir sus estudios y trabajar al mismo tiempo, aunque no hay duda de que, debido a la desigualdad, no todos los estudiantes tienen acceso a las herramientas tecnológicas, por esto mismo se dice que no es igual una de otra.

Un factor de suma importancia que se ha detectado en los estudiantes es el miedo al contagio, el cuidado de familiares enfermos, el resguardo o confinamiento en los hogares y lo más icónico, la reducción en el ingreso familiar y que estos factores aumentan los niveles de estrés de millones de familias, esta es también una barrera perjudicial que minimiza la capacidad del aprendizaje; de tal forma que los docentes deben tomar muy en cuenta el estado emocional en que se encuentran sus alumnos y trabajar en forma conjunta con otras disciplinas para restaurar el bienestar emocional de los estudiantes.

Finalmente, ante la pandemia por COVID-19, la vida de todos ha cambiado y las maneras de dar clases no es la excepción, las instituciones educativas saben que para los docentes y estudiantes de todos los programas educativos ha sido difícil adaptarse a impartir sus clases a distancia y esto puede ser un detonante para que se sientan estresados, cansados o deprimidos porque piensan que no están comunicando los aprendizajes con sus educandos de manera correcta.

Estimado lector, todos de alguna u otra forma estamos involucrados ante este dolor mundial, tenemos mucho que hacer en todos los sentidos, aceptemos el reto y coadyuvemos para que nosotros, los nuestros y la sociedad lleguemos a buen puerto.

José Roque Albín Huerta

Rector General del Centro Universitario UTEG

Email joseroque@uteg.edu.mx