/ lunes 8 de febrero de 2021

76 años de derechos humanos

“Toma mucho valor combatir prejuicios y regímenes opresivos, pero toma más valor admitir ignorancia y aventurarse en lo desconocido”

Yuval Noah Harari


27 de enero de 1945, la segunda guerra mundial está llegando a su fin y las tropas soviéticas abren las puertas del campo de concentración Auschwitz-Birkenau. Con ello, el mundo comienza a dimensionar la crueldad y la magnitud de los crímenes que se cometieron durante el Holocausto.

Es entonces cuando empieza un largo camino a la reconstrucción del mundo, una dolorosa mirada interna de lo que una sociedad es capaz cuando dejamos de reconocernos como iguales, cuando los países se vuelven nacionalistas y cuando el discurso populista usa el miedo y la división como arma.

Pasaron ya 76 años, pero el 27 de enero de 2021 se volvió un amargo recordatorio de que los derechos humanos no dejan de ser vulnerados alrededor del mundo y que en un contexto tan polarizado como el que vivimos, estamos a un discurso, un gobierno autoritario, una represión a la crítica de repetir la historia.

En las palabras del exministro de Relaciones Exteriores de Polonia y sobreviviente del Holocausto, Bronislaw Geremek “no ha cerrado el capítulo del odio”. No ha cerrado para Europa, ni para Estados Unidos, ni para México, ni para el mundo.

El genocidio de los rohingyas en Myanmar, la exterminación de pueblos indígenas en Brasil, Proud Boyz marchando en Washington, desapariciones forzadas en México, caravanas migrantes dispersadas a la fuerza en Guatemala. “No ha cerrado el capítulo de odio”.

En México, el respeto a los derechos humanos es particularmente frágil. Tan sólo el año pasado la Comisión Nacional de los Derechos Humanos abrió 30,435 expedientes, lo que representa un total de 492,424 víctimas y esto solamente contando a quienes llegaron a esta instancia a levantar una queja.

Al término de la segunda guerra mundial la ONU presentó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, una fecha para celebrar. Pero no nos engañemos, declarar no es procurar y hoy los derechos humanos en todo el mundo siguen siendo violentados por el odio y la falta de empatía.

No podemos dejar que pasen otros 76 años sin haber aprendido la lección, como humanidad tenemos las herramientas necesarias para lograr una verdadera procuración universal de los derechos humanos.

Pasaron ya 76 años, pero el 27 de enero de 2021 se volvió un amargo recordatorio de que los derechos humanos no dejan de ser vulnerados alrededor del mundo y que en un contexto tan polarizado como el que vivimos, estamos a un discurso, un gobierno autoritario, una represión a la crítica de repetir la historia.

En México, el respeto a los derechos humanos es particularmente frágil. Tan sólo el año pasado la Comisión Nacional de los Derechos Humanos abrió 30,435 expedientes, lo que representa un total de 492,424 víctimas y esto solamente contando a quienes llegaron a esta instancia a levantar una queja.


* Coordinador de Análisis y Comunicación del PAN Jalisco

“Toma mucho valor combatir prejuicios y regímenes opresivos, pero toma más valor admitir ignorancia y aventurarse en lo desconocido”

Yuval Noah Harari


27 de enero de 1945, la segunda guerra mundial está llegando a su fin y las tropas soviéticas abren las puertas del campo de concentración Auschwitz-Birkenau. Con ello, el mundo comienza a dimensionar la crueldad y la magnitud de los crímenes que se cometieron durante el Holocausto.

Es entonces cuando empieza un largo camino a la reconstrucción del mundo, una dolorosa mirada interna de lo que una sociedad es capaz cuando dejamos de reconocernos como iguales, cuando los países se vuelven nacionalistas y cuando el discurso populista usa el miedo y la división como arma.

Pasaron ya 76 años, pero el 27 de enero de 2021 se volvió un amargo recordatorio de que los derechos humanos no dejan de ser vulnerados alrededor del mundo y que en un contexto tan polarizado como el que vivimos, estamos a un discurso, un gobierno autoritario, una represión a la crítica de repetir la historia.

En las palabras del exministro de Relaciones Exteriores de Polonia y sobreviviente del Holocausto, Bronislaw Geremek “no ha cerrado el capítulo del odio”. No ha cerrado para Europa, ni para Estados Unidos, ni para México, ni para el mundo.

El genocidio de los rohingyas en Myanmar, la exterminación de pueblos indígenas en Brasil, Proud Boyz marchando en Washington, desapariciones forzadas en México, caravanas migrantes dispersadas a la fuerza en Guatemala. “No ha cerrado el capítulo de odio”.

En México, el respeto a los derechos humanos es particularmente frágil. Tan sólo el año pasado la Comisión Nacional de los Derechos Humanos abrió 30,435 expedientes, lo que representa un total de 492,424 víctimas y esto solamente contando a quienes llegaron a esta instancia a levantar una queja.

Al término de la segunda guerra mundial la ONU presentó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, una fecha para celebrar. Pero no nos engañemos, declarar no es procurar y hoy los derechos humanos en todo el mundo siguen siendo violentados por el odio y la falta de empatía.

No podemos dejar que pasen otros 76 años sin haber aprendido la lección, como humanidad tenemos las herramientas necesarias para lograr una verdadera procuración universal de los derechos humanos.

Pasaron ya 76 años, pero el 27 de enero de 2021 se volvió un amargo recordatorio de que los derechos humanos no dejan de ser vulnerados alrededor del mundo y que en un contexto tan polarizado como el que vivimos, estamos a un discurso, un gobierno autoritario, una represión a la crítica de repetir la historia.

En México, el respeto a los derechos humanos es particularmente frágil. Tan sólo el año pasado la Comisión Nacional de los Derechos Humanos abrió 30,435 expedientes, lo que representa un total de 492,424 víctimas y esto solamente contando a quienes llegaron a esta instancia a levantar una queja.


* Coordinador de Análisis y Comunicación del PAN Jalisco