/ martes 12 de julio de 2022

12 de julio, Día del Abogado


En esta fecha en México se celebra el “Día del abogado”, instituido por el Presidente Adolfo López Mateos en el año de 1960, desde esta fecha los abogados celebramos el día de la vocación jurídica de aquel ser humano que tiene la virtud de la palabra, para defender con el estudio y pensamiento el Derecho que se transforma en ciencia jurídica, con las diversas líneas de investigación en las materias que se especializan para ejercer la profesión de Abogado o Licenciado en Derecho.

El abogado es el ser humano que todos los días se prepara y actualiza el conocimiento jurídico para hacer del Estado Mexicano un Estado de Derecho, que tenga la facultad de crear la armonía social dentro de la convivencia ciudadana en una comunidad de desarrollo humano, económico y social.

Es el que con su palabra oral y escrita defiende al ser humano de la injusticia provocada por la fatalidad humana, cuando se pisotean los valores y se desconoce la moral y la ética, las defiende de las personas que buscan y se aprovechan de la confianza de un derecho sin tener este derecho tratando de poner en desventaja legal al ser humano que actúa de buena fe, como aquella persona que se niega a pagar su compromiso de dar alimentos a sus hijos, cumplir un contrato desde un arrendamiento de casa habitación o el que hace del trabajo un negocio personal para perjudicar a la fuente de empleo, enriqueciéndose sin tener un derecho, el abogado defiende el ordenamiento jurídico, laboral, civil, penal, administrativo, electoral, preparándose constantemente en una estructura de conocimientos jurídicos, humanos y sociales, dando certidumbre legal, moral, económica a las instituciones jurídicas.

El abogado hace valer los procedimientos legales y la ley ante el juicio de la causa en las diferentes líneas de investigación, con argumentos y alegatos prueba la defensa de las personas, con los recursos que la ciencia jurídica lo faculta para hacer valer el Derecho a través de la razón en ese constructo del pensamiento jurídico.

El abogado se forma en las instituciones de educación superior como son las Universidades públicas o privadas, Escuelas o Institutos de Derecho, decide esta profesión para vivir de una manera honrada fomentando en su proceso educativo los valores éticos y morales de su vocación, siempre apegados a los enunciados normativos y convencido de la movilidad de la norma y del derecho que se ajusta a una realidad jurídica, económica, política y social.

El abogado vive para hacer valer la justicia en el Derecho y no se aprovecha del Derecho ni del desconocimiento de este, toma el proyecto jurídico como un proyecto de vida para enamorarse del Derecho con la virtud de defender en el Derecho el valor de la libertad y armonía social aplicando en sus conocimientos siempre el valor de la justicia como producto de la verdad jurídica, la que enriquece la convivencia humana en el valor del respeto, la tolerancia, la justicia y la moral como principios rectores de la ética jurídica que transforma el pensamiento del abogado para formarlo como jurista, un profesional de la ciencia jurídica que tiene los conocimientos para hacer valer la justicia.

Profesor de Derecho de la Universidad de Guadalajara y miembro activo de la Asociación de Doctores en Derecho*


En esta fecha en México se celebra el “Día del abogado”, instituido por el Presidente Adolfo López Mateos en el año de 1960, desde esta fecha los abogados celebramos el día de la vocación jurídica de aquel ser humano que tiene la virtud de la palabra, para defender con el estudio y pensamiento el Derecho que se transforma en ciencia jurídica, con las diversas líneas de investigación en las materias que se especializan para ejercer la profesión de Abogado o Licenciado en Derecho.

El abogado es el ser humano que todos los días se prepara y actualiza el conocimiento jurídico para hacer del Estado Mexicano un Estado de Derecho, que tenga la facultad de crear la armonía social dentro de la convivencia ciudadana en una comunidad de desarrollo humano, económico y social.

Es el que con su palabra oral y escrita defiende al ser humano de la injusticia provocada por la fatalidad humana, cuando se pisotean los valores y se desconoce la moral y la ética, las defiende de las personas que buscan y se aprovechan de la confianza de un derecho sin tener este derecho tratando de poner en desventaja legal al ser humano que actúa de buena fe, como aquella persona que se niega a pagar su compromiso de dar alimentos a sus hijos, cumplir un contrato desde un arrendamiento de casa habitación o el que hace del trabajo un negocio personal para perjudicar a la fuente de empleo, enriqueciéndose sin tener un derecho, el abogado defiende el ordenamiento jurídico, laboral, civil, penal, administrativo, electoral, preparándose constantemente en una estructura de conocimientos jurídicos, humanos y sociales, dando certidumbre legal, moral, económica a las instituciones jurídicas.

El abogado hace valer los procedimientos legales y la ley ante el juicio de la causa en las diferentes líneas de investigación, con argumentos y alegatos prueba la defensa de las personas, con los recursos que la ciencia jurídica lo faculta para hacer valer el Derecho a través de la razón en ese constructo del pensamiento jurídico.

El abogado se forma en las instituciones de educación superior como son las Universidades públicas o privadas, Escuelas o Institutos de Derecho, decide esta profesión para vivir de una manera honrada fomentando en su proceso educativo los valores éticos y morales de su vocación, siempre apegados a los enunciados normativos y convencido de la movilidad de la norma y del derecho que se ajusta a una realidad jurídica, económica, política y social.

El abogado vive para hacer valer la justicia en el Derecho y no se aprovecha del Derecho ni del desconocimiento de este, toma el proyecto jurídico como un proyecto de vida para enamorarse del Derecho con la virtud de defender en el Derecho el valor de la libertad y armonía social aplicando en sus conocimientos siempre el valor de la justicia como producto de la verdad jurídica, la que enriquece la convivencia humana en el valor del respeto, la tolerancia, la justicia y la moral como principios rectores de la ética jurídica que transforma el pensamiento del abogado para formarlo como jurista, un profesional de la ciencia jurídica que tiene los conocimientos para hacer valer la justicia.

Profesor de Derecho de la Universidad de Guadalajara y miembro activo de la Asociación de Doctores en Derecho*